Tte. Coronel Pomar: Al deseo de restituir a mi patria las libertades conculcadas, porque el general
Uriburu, con quien hablo, ha faltado a su palabra de honor.
Dictador Uriburu: Invito
al teniente coronel Pomar a que reflexione y a que deponga las armas, en bien
de los altos intereses de la patria.
Tte. Coronel Pomar: No depondré las armas hasta tanto no delegue el mando en la persona del presidente de la Corte Suprema, doctor Figueroa Alcorta.
Tte. Coronel Pomar: No depondré las armas hasta tanto no delegue el mando en la persona del presidente de la Corte Suprema, doctor Figueroa Alcorta.
Dictador Uriburu: Insisto
en reiterarle mi promesa de que será respetado; que no tomare represalias
contra usted, ni contra los jefes, oficiales y suboficiales que lo acompañan. Vuelvo
a invitarlo a que deponga la actitud asumida.
Tte. Coronel Pomar: Es
tarde, general.
Fuente: El Radicalismo "Ensayo sobre su Historia y Doctrina" de Gabriel del Mazo, Editorial Suquía 1984.
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