El bloque de diputados nacionales de la Unión Cívica Radical
se dirige al Presidente de la Republica. Las perspectivas amenazantes que ofrecían
las renovaciones provinciales y nacionales, por parte de los gobiernos que traicionaron
a la Unión Cívica Radical y de los del «régimen, nos decidieron a concurrir a
la casi totalidad de los distritos electorales de la Republica, movidos por
nuestros deberes de argentinos y estimulados por el apostolado político a que
pertenecemos, por cuya obra reparadora se explican nuestras consagraciones
publicas.
Habiendo comprobado regresiones inauditas, atentados de todo
género, atropellos y vejámenes de todo orden, nos creíamos en el caso de llegar
ante V. E. en razón de los supremos conceptos de solidaridad, a que nos hemos
referido, para llevar a su conocimiento esas anormalidades, de tal manera que,
debemos decir, no hay memoria en la historia de las inversiones de la vida política
de nuestro país de un funcionamiento electoral más repulsivo a la seguridad, a
las garantías y a la dignidad nacional.
Bajo tan ingrata impresión nos disponíamos a entrevistarnos
con V. E., cuando una revelación monstruosa, por su índole y sus proyecciones,
nos hizo saber que todas las escalas de las depravaciones estaban consumadas
ya, y adquirido proporciones tales que hasta las libretas de enrolamiento militar,
que testimonian el carácter de ciudadano y sirven de garantía para el ejercicio
del derecho electoral —evidentemente falsificadas— circulaban y se traficaban,
descarada e impunemente, en los colegios electorales de la Provincia de Córdoba,
quedando derrumbadas así, desde su fase más fundamental y eficiente las conquistas
que el pueblo argentino ha alcanzado, desde que esa desoladora realidad no
puede dejar duda alguna de que todo el organismo político impreso con tan profundas
modalidades éticas, levantado y purificado con tanto esfuerzo, ha sido viciado
en su esencialidad misma.
En consecuencia, no es ya posible pensar en ninguna
austeridad democrática al respecto, sino mediante una nueva Reparación que
extinga, en absoluto, a partir de sus orígenes, todas las perversiones que,
fatalmente han germinado a la sombra de las desviaciones y de las connivencias,
confabuladas en contra de los imperativos de las soluciones nacionales, sumiéndolos
en el lógico desdoro ante los demás pueblos que nos aplaudieron noble y
generosamente en la realización de la grande obra.
Plenamente convencidos de que la primordial medida consiste
en intervenir de inmediato a dicha Provincia, concluyendo con ese gobierno —que
surgiendo al margen de todas las dignidades representativas, era lógico suponer
que habría de extremarse, en el transcurso de los días, si necesario le fuera
para su sostenimiento, como ha sucedido, sorprendiéndosele en la ejecución de
tan infamante delito—, como resolución previa, para entrar en seguida bajo las garantías
de la suprema autoridad federal a la sustanciación del proceso que revelara las
ramificaciones que se hayan expandido en la Republica, es que la presentamos a
la consideración de V. E., invocando nuevamente toda la solidaridad de orden
publico que nos vincula a V. E., ya que en este momento tiene en sus manos las
atribuciones suficientes para realizarla.
Queda, pues, librada la solución a las patrióticas
inspiraciones de V.E.
La presente nota estaba fechada en Buenos Aires, el 27 de marzo de 1926, dirigida a
S. E. el señor Presidente de la Nación, doctor Marcelo T de Alvear", y firmada por las autoridades del bloque: Tomás Zurueta, como presidente, y Guillermo Fonrouge y Leopoldo Bard, como secretarios.
La presente nota estaba fechada en Buenos Aires, el 27 de marzo de 1926, dirigida a
S. E. el señor Presidente de la Nación, doctor Marcelo T de Alvear", y firmada por las autoridades del bloque: Tomás Zurueta, como presidente, y Guillermo Fonrouge y Leopoldo Bard, como secretarios.
Fuente: El Radicalismo "Ensayo sobre su Historia y Doctrina" de Gabriel del Mazo, Editorial Suquía 1984.
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