El concepto de patria no puede significar la defensa de
intereses subalternos de egoísmos, de rencores, de ambiciones censurable.
Patria para nosotros los radicales importa la evolución pacifica y fraterna de
un pueblo orientado siempre hacia la igualdad sin odios, hacia el trabajo sin
servidumbres ni humillaciones, hacia la aplicación ecuánime de la ley, hacia la
respeto de la dignidad ciudadana, hacia una democracia sin excesos ni
privilegios.
Inspirados en estos conceptos la convención nacional de la
Unión Cívica Radical formula las siguientes declaraciones:
1. Resuelve la
Unión Cívica Radical concurrir a las elecciones a que ha sido convocada la
Republica, porque necesita responder a una situación de hecho que daña y traba
el desenvolvimiento del país y cuya prolongación es inadmisible; lo resuelve a
pesar de que las restricciones impuestas, además de no obedecer a causas
justificadas, desde cualquier punto de vista que se las examine, sirven y valen
para perseguir, encarcelar ciudadanos y expatriar a hombres que no tienen otras
culpas que la de profesar ideas y sentimientos contrarios a los exteriorizados
por los que ejercen el mando, y lo hacen aun en las condiciones de inferioridad
en que ha querido colocárselas porque entiende que, como fuerza política que ha
prodigado sus esfuerzos por la conquista de la efectividad del voto, su
obligación imperiosa es la de ratificarse en ese anhelo fundamental, dispuesta
una y otra vez a defender con todas sus energías los principios de la
democracia.
2. La Unión
Cívica Radical atribuye al decreto del gobierno de "facto" llamando a
elecciones para el próximo domingo 8 de noviembre la significación de que
termina con el estado actual de cosas porque la consulta al pueblo, de hecho
significa encuadrarse dentro de la ley.
Induce por lo tanto que su consecuencia ha de ser la entrega
inmediata de las funciones del gobierno a los que resulten con mayoría en las
urnas y en el supuesto deseado de que el acto electoral se efectúe de acuerdo a
las prescripciones de la ley Sáenz Peña, por ello determine que los
legisladores nacionales del partido lleven el mandato imperativo de plantear en
el seno del Congreso, apenas constituido, si el gobierno de "facto"
no resignara de inmediato sus poderes en el gobierno de la ley, como una cuestión
previa y esencial, la de que por el decreto de elecciones y conocidos los
resultados el país se encuentra en condiciones de exigir el equilibrio
constitucional y entregar y confiar su dirección y poderes en sus mandatarios
legales.
3. La Unión
Cívica Radical entiende que la instituciones armadas que han aceptado o a las
que se atribuyen gran responsabilidad del actual estado de cosas han de mirar
con una profunda atención el desarrollo de la acción pre y post electoral para
quien la consulta al pueblo sea respetada y amparada antes y después de dar su
respuesta: 1) en su libre derecho da elegir los hombres que crea dignos, y 2)
en que una voz elegidos la decisión no sea alterada, postergada o lisa y
llanamente desconocida. Y hace este llamamiento porque siempre ha respetado al
ejercito y a la marina, sabiéndoles dispuestos
a, defender a la patria y a las instituciones, y por tanto tener, en que
su honorable convención delibera, que el electorado de la provincia de Buenos
Aires visto defraudadas sus decisiones soberanas y por ratificar la verdad
primaria de que cuando los gobiernos consultan a los pueblos no es para que los
pueblos sometan su voluntad a tutorías intolerables de terceros.
4. La Unión
Cívica Radical reafirma ante el pueblo de la República su carácter de partido
de orden. Su historia demuestra que ha luchado con tesón y heroísmo por la
libertad efectiva del sufragio y que aspira a realizar una labor de
reconstrucción que acompase el país el ritmo de los pueblos mas adelantados
sobre la base del respeto mutuo, la jerarquización de los valores y la profunda
solidaridad de todos los que constituyen la nacionalidad argentina. Pide a sus
afiliados y simpatizantes no olviden nunca que son los legatarios de los que,
con la sangre, el sacrificio, la intransigencia y los esfuerzos mas abnegados
han abierto el camino de las urnas a los ciudadanos y les exigen que ejerzan
permanentemente un altivo y cuidado contralor, a fin de que los representantes
que surjan respondan a la expectativa y a las esperanzas que el partido les
confía al proclamarlos candidatos para los puestos electivos.
5. Considera la
Unión Cívica Radical que el estado de sitio, el de mayor durabilidad que
recuerda nuestra historia, no responde ni ha respondido a motivos atendibles.
Lo que pudo excusarse en los primeros momentos, como una consecuencia de los
sucesos del 6 de septiembre, no se le encuentra luego razón que explique su
mantenimiento por un gobierno que, con jactancia, ha reiterado en discursos,
reportajes y proclamas, que la opinión y el ejercito lo acompaña, y menos para
un pueblo que, como el nuestro, siempre ha demandado la paz en los espíritus
para entregarse afanosamente al trabajo y acentuar los progresos de su marcha.
Reclama su inmediato levantamiento, porque entiende que la voluntad del
electorado solo ha de traducirse en los atrios en forma autentica e
indubitable, siempre y cuando la libertad ampare su prensa, sus tribunas y sus
asambleas.
6. La Unión
Cívica Radical reconoce que la expresión de las ideas que no lesionan la
reputación y el honor de los particulares esta asegurada por la Constitución
Nacional y que no es admisible que por concebirlas y expresarlos so sufran
persecuciones. Considera también que las ideas de renovación y transformación
no pueden ser combatidas sino con otras ideas y que cuando están inspiradas en
un anhelo poderoso de justicia social y ponen de relieve un estado de
desequilibrio y de desigualdad reparables, obligación de los mandatarios de escucharlas, atenderlas o tenerlas en
vista sin que les asista, en manera alguna, el derecho de perseguir o reprimir
a los que las enuncian, por cuanto de ser equivocadas, es la sensatez de los
demás la sanción que ha de esperarse, y de ser justas, es la colectividad la
que ha de incorporarlas para asegurar los progresos de su evolución incesante.
7. La Unión
Cívica Radical no admite que los hombres puedan ser juzgados por otra autoridad
que no sea la de los tribunales, con supeditación a las garantías procesales y
entendimiento jurisprudencial de las leyes. Así lo determina la Constitución
Nacional y lo enseña el derecho de gentes, en sus conquistas definitivas.
Rechaza, enérgicamente, cualquier pronunciamiento o restricción que no dimane
de los organismos legales, que tienen la misión especifica y la facultad
exclusiva de dictarlos, y considera una facultad inalienable de los partidos el
juzgar a sus componentes con las altas finalidades de selección que han, de
inspirarlos al entregar sus programas, sus plataformas y sus candidatos a las
decisiones de la opinión y a las resultancias del sufragio universal.
8. La Unión
Cívica Radical censura, severa y públicamente, a los magistrados que con olvido
de la independencia y la dignidad de sus cargos han eludido prestar el amparo
que han peticionado los particulares invocando la aplicación leal de los
principios de los textos legales; y han subalternado las funciones de la
justicia aplicando reglas de excepción, enrolándose en propósitos obscuros y
alternando el criterio recto de las normas. Entrega esa conducta a juicio de la
opinión, por cuanto es la que afecta de un modo mas fundamental los altos y
permanentes intereses de una sociedad civilizada y la encomienda a los
representantes, que obtenga el radicalismo en los próximos comicios, a fin de
que en el Congreso y en las legislaturas de las provincias sepan examinarla con
reposada serenidad y recoger de los hechos la lección que se desprende
imponiendo las sanciones que corresponda.
9. Afirma la
Unión Cívica Radical en estos momentos en que el país reclama imperiosamente la
vuelta al régimen armonioso de sus instituciones que los afiliados sabrán
intervenir en el ejercicio pleno de sus derechos cívicos y el cumplimiento
categórico de sus deberes, la altivez y decisión en las luchas comiciales y que
no han de admitir, en manera alguna, que por cualquier circunstancia se
pretenda aminorar la libertad que ha de amparar a los partidos en el logro
legitimo de sus aspiraciones y a los votantes en el ejercicio del sufragio,
porque considera que solo la voluntad de la mayoría es la que ha de decidir de
los destinos colectivos y las autoridades surgidas de comicios regulares son
las únicas encargadas de responder a los anhelos de todo orden que singularizan
la hora que alcanzamos.
10. La Unión
Cívica Radical hace llegar su mas franco reconocimiento a los, jóvenes
universitarios que al sentir en peligro la democracia, por defenderla, han
interrumpido sus estudios, sufriendo padecimientos físicos y morales en una
actitud de nobleza y heroísmo que ha dejado de ser un episodio de la historia
interna de la Universidad, para convertirse en una pagina de las mas brillantes
de la historia argentina.
Fuente: "La Abstención" Declaración de la H. Convención Nacional de la Unión Cívica Radical en El Radicalismo "Ensayo sobre su Historia y Doctrina" de Gabriel del Mazo, 1984.
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