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viernes, 17 de agosto de 2012

Caras y Caretas: Entrevista al Ministro del Interior Dr. José P. Tamborini" (16 de agosto de 1928)

 Los ministros hablan de lo que realizaron en el Gobierno que termina, con el Ministro del Interior Dr. José Pascual Tamborini.

 ¿Qué es, de lo que ha hecho en su ministerio, lo que cree más provechoso para el país o en lo que ha puesto más cariño?...

 Pero no alcanzo a formular en ese momento la segunda cuestión, porque el doctor Tamborini me ha interrumpido, diciendo sin vacilar:

— Desde luego, el proyecto de ley de organización jurídica de los partidos políticos, enviado
al Congreso en julio del año último. Considero que su adopción significa otro nuevo paso adelante en el progreso de nuestra democracia, tan fuerte y adelantada ya. Como se expresa en el mismo mensaje con que fuera presentado, en la moderna democracia, en el proceso de exteriorización de la voluntad popular, los partidos políticos aparecen como elementos insubstituibles.

El derecho de participar en el gobierno de la cosa pública se extiende a todo el pueblo elector y se realiza por órgano de los partidos, colocándolos, por lo tanto, dentro de la esfera constitutiva del Estado. De ahí  la legitimidad de su intervención y la necesidad de reglamentarlos para evitar las corruptelas que pueden viciar la expresión de la soberanía popular.

En dicho proyecto, han tenido en cuenta la legislación y la experiencia de los países democráticos, así como la nuestra propia y algunas iniciativas esbozadas en ese sentido, se establece cuáles son las agrupaciones que se considerarán partidos políticos a los efectos de participar en elecciones nacionales, la sanción de un programa que servirá de mandato para sus respectivos candidatos, la forma de elección de éstos, la obligación de contabilizar y comprobar las entradas y salidas de fondos, y se crea también un tribunal especial, formado por magistrados judiciales, para entender en las dificultades y diferencias, así como el procedimiento de los juicios respectivos,, las causas de disolución de los partidos y las violaciones y penas. A pesar de su brevedad. pues consta sólo de 32 artículos, creo que es uno de los más completos, claros y sencillos que pudieron haberse presentado, y su sanción significaría el cumplimiento, no sólo del anhelo de este gobierno y el mío, sino de muchísimos ciudadanos bien intencionados que desean el progreso de la patria.

En segundo lugar, debo citarle el Código del Trabajo, a cuyo proyecto acaba de dar término
precisamente en estos días la comisión de ilustrados especialistas que preside el doctor Carlos Saavedra Lamas. Desde la lejana época del ministro Joaquín González hasta hoy se han presentado diversos proyectos de legislación industrial uniforme, pero unos fueron tachados de reaccionarios por los obreros y de revolucionarios por los patronos, otros fueron considerados simplemente defectuosos o incompletos, y aun puede ser que alguno haya sido abandonado sin más causa que el olvido de los legisladores o de sus propios autores. Y entonces nuestro progreso en esa materia ha sido lento y fragmentario.

Mientras cuestiones de secundaria importancia han tenido la fortuna de ser resueltas por leyes adecuadas, otras cuestiones fundamen. tales no han recibido la atención legislativa.

Todo esto no guarda relación con el progreso que, en el terreno moral y de las ideas, se ha
operado en nuestro país a ese respecto. Por eso considero que el proyecto de Código a que me refiero, preparado con un criterio práctico en cuanto ha tenido muy en cuenta el ambiente en que va a funcionar, pero científico en cuanto se desvincula de las sugestiones de los factores interesados, ha de merecer la atención de los legisladores y de los hombres de estudio, y, en caso de ser sancionado, ha de prestar al país servicios muy valiosos y contribuir a la solución de muchos problemas de vital importancia.

Aquí el doctor Tamborini, que ha hablado reposadamente, pero sin detenerse, toma un minuto de respiro, que parece largo a mi impaciencia periodística, y digo entonces, como ex-hortándole a continuar:

- ¿ Y ?

— Ah! Algo que no es obra concreta, que no es una iniciativa determinada, pero que ha sido la principal norma de mi actuación en el ministerio: creo haber cumplido la promesa que a
mí mismo y a mis amigos formulara cuando acepté la cartera que muchos llaman "política"
por excelencia, de  mantener la más completa prescindencia con respecto a todos los partidos y a los hombres que actúan en ellos.

Cuando anuncié que iba a hacer "política institucional" en lugar de "política electoral", mis propios amigos sonrieron. Les parecía imposible.

Sin embargo, creo haber realizado ese propósito, sin que se pueda citar el más insignificante detalle en contra de él, mientras yo puedo exhibir uno a uno los actos de este ministerio en comprobación de su cumplimiento.

— Pasando a las reparticiones que están bajo la dependencia del ministerio,—le digo, viendo que vuelve a detenerse.

— El Departamento del Trabajo continúa desenvolviendo su acción dentro de lo que le permiten sus limitados recursos. Limitados en todo orden, porque si el presupuesto no lo pone en condiciones de tener el número de inspectores que es necesario para el fiel control de las leyes del trabajo, peor es todavía la situación en lo que se refiere a los medios legales que puede utilizar. En efecto, como se demostró en la interpelación sobre trabajo nocturno en las panaderías, el Departamento carece de "imperium", y en tales condiciones, las comprobaciones de violaciones a la ley que realiza, y las multas y sanciones. que impone, no pasan del terreno de la teoría al de la práctica.

También realiza una activa campaña el Departamento Nacional de Higiene, a pesar de los escasos fondos con que cuenta. Actualmente está empeñosamente dedicado, no a la "desratización", como dijo alguien traduciendo de un técnico francés a quien se le ocurrió inventar la palabra — y la observación filológica de mi interlocutor no deja de ser interesante y sabrosa, — sino a la matanza de ratas, en los puertos de Buenos Aires, Santa Fe y Rosario, donde han llegado a constituir repentinamente un serio peligro.

El nuevo edificio de Correos y Telégrafos, el "interminable edificio", como ustedes los periodistas
han dado en llamarle, está a punto de ser definitivamente concluido y hallarse listo para su total funcionamiento, de modo que dentro de un mes será inaugurado por el Presidente de la República.
Y me parece — dice el doctor Tamborini, cambiando de tono, — que he dejado ampliamente
satisfecha la pregunta.

— Sí, pero falta otra...

-A ver...

— Y ahora, ¿qué iniciativa o proyecto se propone emprender o llevar a término antes de concluir este gobierno?

— Si es posible, esto es, si no falla mí excelente intención, tengo todo el propósito de conseguir que el Senado trate y despache el proyecto de nuevo censo nacional. Es sabido que, de acuerdo con una disposición constitucional, éste debe realizarse cada diez años, y que el último data de 1914, con lo cual no habría necesidad de añadir una sola consideración a este respecto, si no fuera la de que ese mandato ha tenido siempre bastante mala suerte.


Esto ha dicho, palabra más, palabra menos, el ministro del Interior.  Le agradezco y me retiro, "con lo cual se da por terminado el acto".




























Fuente: Entrevista al Ministro del Interior Dr. José P. Tamborini" en Caras y Caretas  16 de agosto de 1928

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