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domingo, 25 de marzo de 2012

Ricardo López Murphy: "Texto de renuncia a la Unión Cívica Radical" (2 de abril de 2002)

Almirante Brown, 2 de abril de 2002

Señor Presidente

del Comité de la UCR de Almirante Brown

Dr. Luis Mario Helfenstein

c/c al Sr. Presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical

c/c al Sr. Presidente de la UCR de la Provincia de Buenos Aires

Cumplo en dirigirme a Ud. y a las demás autoridades de ese Comité a fin de hacerles llegar mi renuncia como afiliado a la Unión Cívica Radical, solicitándoles su aceptación con la fecha de la misma.

Como ustedes saben, desde mi niñez estuve ligado a ese partido por lazos familiares. Mi bisabuelo, mis abuelos y mis padres fueron radicales y hasta mis nombres ofrecen testimonio de ello. Me llamo Ricardo, atento la amistad de mi padre con Don Ricardo Balbín y mi segundo nombre, Hipólito, me fue dado en homenaje a nuestro primer presidente, el Dr. Hipólito Yrigoyen. Más allá de tales vínculos, ya en mi primera juventud, tomé la decisión de unirme a ese partido porque entendí que era un bastión de la libertad, porque unía a quienes profesaban diferentes credos o pertenecían a distintos sectores sociales y por los fundamentos éticos que constituían su principal bandera.

Recuerdo, y hasta tal vez añore, aquellos años en los que enfrentábamos a cualquier régimen que atentara contra la libertad. Con mis pocas o muchas fuerzas siempre repudié a todo acto autoritario, tanto que afectara a nuestro país como a cualquier sociedad de nuestro mundo donde las prisiones o la confiscación sean la política para con la disidencia. Ello así, por la simple razón de que en mi casa y en mi partido aprendí que cada vez que se ataca o daña a un hombre, esto también me afecta a mi.

Sin embargo, con el correr del tiempo fueron surgiendo diferencias de objetivos y de procedimientos. No obstante, permanecí y continué luchando por todo cuanto valoraba. Fui muchas veces criticado, mientras, según mi óptica, prevalecía el electoralismo y profesionalismo sobre el cuidado de los principios, al menos tal como yo los interpretaba.

En lo institucional me opuse a la reforma de la Constitución Nacional en el año 1994, como así también a la decisión de la afiliación del partido a una organización internacional. También disentí con la última alianza política que nos llevó al gobierno porque entendí que primaban los fines electoralistas por sobre las homogéneas y modernas propuestas que permitieran gobernar el país. Una discrepancia fundamental ha sido la falta de cultura de gobierno, con su correlato de la negativa de apoyo al presidente que todos habíamos elegido. No está de más recordar mis propias experiencias en el gabinete nacional.

Más allá de mi situación personal, hay dos consecuencias que me permito señalar. La primera es que creo que el país, en este crucial momento, perdió una buena posibilidad de evitar la terrible y dolorosa crisis actual. La segunda, es que las diferencias se evidenciaron tan profundas que resultaba imposible superarlas. Para no afectar al gobierno electo y por razones de delicadeza que entiendo también deben regir en la política, me llamé al silencio.

Cabe agregar que a partir de enero último hubo un decidido apoyo partidario hacia un gobierno cuya actitud, según mi punto de vista, ha sido de destrucción de las bases del sistema económico y que se encuentra en las antípodas de lo que a mi entender requiere la recuperación argentina: el respeto sin cortapisas a las instituciones, al estado de derecho y a la seguridad jurídica.

No hay en esta carta agravio alguno a nadie ni siquiera a aquellos que fueron injustos conmigo o que pudieron causarme mal. Simplemente me aparto por las profundas diferencias existentes.

No obstante, en este adiós, quiero ratificar aún con mayor fuerza que nunca, mi adhesión a aquellos ideales democráticos en los que me he nutrido, a la vez que esta pasión por la libertad y la justicia que da sentido a mis días.

Para acompañar a esos principios superiores, para servir a mi pueblo y en especial a los más necesitados, creo que nada puede resultar mejor que la verdad, la ética, y el conocimiento, junto a un serio, eficiente y disciplinado esfuerzo para lograr el éxito.

Así, en tales términos y desde el lugar que sea, continuaré luchando por mi país, por toda su gente, por el estado de derecho y por la tolerancia a la diversidad que son parte de mi idearios político.

Copia de esta renuncia que envío a ustedes la remitiré de inmediato al Sr. Juez Federal con Competencia Electoral de la Provincia de Buenos Aires, a fin de que de la baja a mi ficha de afiliación a ese partido, con la fecha de esta renuncia, en los términos del art. 25 de la Ley 23.298.

Saludo a ustedes con toda consideración

Lic. Ricardo Hipólito López Murphy




















Fuente: Texto completo de la renuncia de Ricardo López Murphy a la Unión Cívica Radical, 2 de abril de 2002.

2 comentarios:

  1. Grave pérdida para el partido; un hombre capaz y honesto

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  2. Dejaron ir a un GRAN ECONOMISTA, HONESTO y ÉTICO, y permitieron que se fuera con el peronismo e hicieron volver a un peronista incapaz como Cobos.

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