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martes, 13 de marzo de 2012

Fernando de la Rúa: "Vigesimo aniversario del fallecimiento del Dr. Ricardo Balbín" (9 de Septiembre de 2001)

Balbín era la palabra; la palabra era el mensaje; el mensaje era la construcción, la construcción permanente de la institucionalidad constitucional y la defensa de la libertad, la ideología de la democracia social transmitida en los documentos partidarios, el compromiso con el pueblo y el destino de la Nación.

Familiares de Ricardo Balbín; autoridades nacionales, provinciales y de la ciudad de La Plata; señores presidentes de la República; señor ex gobernador de la Provincia; autoridades de la Unión Cívica Radical de la provincia de Buenos Aires; amigas y amigos: no pensé que debía o que tenía que hablar en este acto; asistí como un ciudadano más y agradezco el honor que me hacen al dispensarme la tribuna en este momento. Una reflexión es importante.

Hoy quería estar aquí, junto a la tumba de Balbín, para recoger otra vez el mensaje que él transmitió en tantos años de lucha, lucha en lo que fue una permanente crisis durante más de medio siglo, las luchas por la libertad, la lucha por la democracia y la Constitución, la lucha por la paz para poner término a la violencia entre los argentinos y quiero decirle a Balbín, a su memoria y a su ejemplo que estamos cumpliendo los postulados permanentes en que nos formamos, los valores esenciales de esa democracia social que él predicó, el respeto a la libertad y a la democracia, la defensa insobornable de la Constitución.

Es cierto que los tiempos son difíciles, más difíciles seguro que lo que preveíamos, una recesión que se prolonga, un endeudamiento excesivo, la falta de recursos suficientes para realizar los programas que queremos. Ahí está, sin embargo, el desafío, en llevar adelante el dramático cambio que nos toca cuando no queda nada por vender después de las privatizaciones y nos encontramos frente a nuestra propia realidad como ante un espejo, necesitados de desenvolvernos con los recursos de que disponemos y comprendiendo el dolor de un pueblo que tiene necesidades y urgencias, la dramática situación del desempleo y la pobreza.

Nuestro pueblo, Ricardo Balbín, está en dificultades y estamos luchando para superarla. Vamos a vencer esas dificultades con la fuerza moral de un pueblo, con la firmeza de las ideas y de las convicciones que nos vienen desde lo más profundo, que se construyeron por años, que jamás vamos a dejar de lado. Las dificultades tienen el alivio de ese espíritu de unión nacional que hoy preside la escena de los argentinos y que usted construyó cuando lo saludó a Perón, cuando supo despedirlo, porque esa fue la lucha de toda su vida de la unión nacional.

Y hoy también este Presidente ha debido llamar a la unión de los argentinos en circunstancias dramáticas desde el punto de vista económico-financiero y coincido plenamente con el doctor Alfonsín, con ese sentido de una unión nacional que fije objetivos básicos que estén por encima del interés de los partidos. Es lo que llamé la nueva política que en realidad era la política de siempre de Balbín, la política que se construye con diálogo y sin agravios, que pone por encima el interés general antes que el interés de los partidos porque hay un pueblo que sufre y espera y una Argentina que quiere realizarse en esta América latina de tantas diferencias donde sufrimos la discriminación de los mercados y los efectos de una globalización que produce pobreza y exclusión.

Ojalá hubiera la libertad de comercio que reclamamos permanentemente y el fruto de nuestros campos encontrara los precios justos que realmente valen y no los precios administrados que tumban nuestros recursos.

Ojalá encontráramos la forma de evitar esa discriminación que trae tantas consecuencias negativas. Vamos a trabajar para reducir los costos del servicio de la deuda que golpea permanentemente los recursos presupuestarios y que no vamos a desatender porque no vamos a caer ni en el default, que traería consecuencias tremendamente negativas, ni se va a devaluar en la Argentina porque esto es la seguridad para todos los habitantes del país.

Vamos a poner el esfuerzo conjunto –y a esto llamo a todos los argentinos- para movilizar el mercado interno y salir de esta recesión que viene prolongándose y no hay motivos para que se prolongue cuando se han fortalecido ya las reservas del Banco Central y están volviendo los depósitos y el desarrollo de la actividad permitirá mayor recursos para salir de la restricción y entonces atender mejor a las necesidades sociales urgentes y cumplir nuestro objetivo fundamental de crear trabajo para todos.

Es difícil el tiempo que nos toca, son duras las decisiones. Pero hay que asumirlas con el coraje que nos enseñaron hombres como Balbín, que cuando está en juego el interés superior de la patria, hay que actuar cualquiera sea el precio que deba pagar quién toma la decisión.

Hablé e implementé la política del déficit cero, porque no se puede seguir transmitiendo desde el Estado a la gente las consecuencias del endeudamiento.

Y dijo bien Alfonsín, que quiere también hambre cero. Esto está en nuestras políticas sociales. Y yo aún le agregaría analfabetismo cero; corrupción cero; endeudamiento cero; dependencia cero. Es lo que honda y realmente queremos todos los argentinos.

Y si el mensaje que viene de los tiempos de Ricardo Balbín era de la unión de los argentinos, cómo no habría de ser también el de la unión de todos los radicales, de todos los que constituimos la Alianza en la hora del gran desafío y la responsabilidad.

Yo les agradezco muchísimo la presencia a los dignos representantes del Justicialismo que están en este acto, lo cual muestra que la convocatoria es amplia y respetuosa, que este sentido de unión que a veces en vísperas electorales se reciente un poco porque se vuelve más áspera la palabra, no nos haga perder la perspectiva del horizonte y del futuro donde precisamos trabajar todos para preservar la institucionalidad, evitar el derroche en el Estado, bajar los déficit, reducir el endeudamiento, crear las condiciones para la reactivación económica, generar empleo para todos, atender a los más necesitados y poner como prioridad la educación y la salud modernizando el país con la incorporación de nuevas tecnologías que hagan que las familias estén bien atendidas en condiciones igualitarias y los chicos avanzando en programa modernos que eviten la diferencia en los niveles de educación frente a otros pueblos.

Por eso aquí, frente a la tumba de Ricardo Balbín, reafirmemos el espíritu de unión que es el sentido de grandeza que marca la responsabilidad de las dirigencias políticas. Hay una ética de la solidaridad que debe movernos y una ética de la responsabilidad que debe impulsarnos.

A veces, se busca con demasiada ligereza hablar del conflicto o la pelea. Si alguien dijo que teníamos distanciamiento o pelea con el doctor Alfonsín, yo dije en un programa de televisión que de ninguna manera era así. Y hoy ratifico mi afecto y mi respeto.

Primero, porque si nos peleáramos en esta circunstancia difícil, seríamos unos irresponsables y, segundo y sobre todo, por la dimensión de los afectos, por el respeto que le guardo y por la dimensión ética que él encarna. (Aplausos).

Que esto se comprenda bien, porque no vamos a poner el signo de la desunión o de la división cuando hay que sumar esfuerzos para atender a un pueblo que está clamando para que este cambio dramático que hemos emprendido podamos concretarlo y estamos llevándolo adelante.

Yo quiero decir a la memoria de Ricardo Balbín, que estamos en el compromiso de realizar la democracia social, que estamos en la lucha por mejores condiciones para nuestro pueblo, que hay carencias de recursos, pero que el sentimiento está junto a la gente, que queremos construir un país libre, empinado sobre los cantos del trabajo y de la producción para que llegue a todos los beneficios del progreso.

Déjenme que como Presidente asuma las responsabilidades, pago los precios que puedan tocarme por tomar las decisiones necesarias para evitar que nos vayamos por la pendiente, que sigamos cayendo. Vamos a salir seguro de esta recesión, empiezan a verse los síntomas de la recuperación.

Pero no la dejemos caer con el pesimismo ni escuchemos los mensajes perturbadores de los que viven anunciando tragedias. Aquí está un país grande, un país rico, un gran pueblo que tiene grandes ejemplos, ejemplos como los de Ricardo Balbín, que enalteció la política y puso la virtud como norte de su acción y de su vida.


Muchas gracias.


Dr. Fernando de la  Rúa. 









Fuente: Discurso del Sr. Presidente de la Nacion, Dr. Fernando de la Rúa en el Cementerio de la Recoleta por el Vigesimo aniversario del fallecimiento del Dr. Ricardo Balbin, 9 de Septiembre de 2001.

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