Balbín era la palabra; la palabra era el mensaje; el mensaje
era la construcción, la construcción permanente de la institucionalidad
constitucional y la defensa de la libertad, la ideología de la democracia
social transmitida en los documentos partidarios, el compromiso con el pueblo y
el destino de la Nación.
Familiares de Ricardo Balbín; autoridades nacionales,
provinciales y de la ciudad de La Plata; señores presidentes de la República;
señor ex gobernador de la Provincia; autoridades de la Unión Cívica Radical de
la provincia de Buenos Aires; amigas y amigos: no pensé que debía o que tenía
que hablar en este acto; asistí como un ciudadano más y agradezco el honor que
me hacen al dispensarme la tribuna en este momento. Una reflexión es
importante.
Hoy quería estar aquí, junto a la tumba de Balbín, para recoger
otra vez el mensaje que él transmitió en tantos años de lucha, lucha en lo que
fue una permanente crisis durante más de medio siglo, las luchas por la
libertad, la lucha por la democracia y la Constitución, la lucha por la paz
para poner término a la violencia entre los argentinos y quiero decirle a
Balbín, a su memoria y a su ejemplo que estamos cumpliendo los postulados
permanentes en que nos formamos, los valores esenciales de esa democracia
social que él predicó, el respeto a la libertad y a la democracia, la defensa
insobornable de la Constitución.
Es cierto que los tiempos son difíciles, más difíciles
seguro que lo que preveíamos, una recesión que se prolonga, un endeudamiento
excesivo, la falta de recursos suficientes para realizar los programas que
queremos. Ahí está, sin embargo, el desafío, en llevar adelante el dramático
cambio que nos toca cuando no queda nada por vender después de las
privatizaciones y nos encontramos frente a nuestra propia realidad como ante un
espejo, necesitados de desenvolvernos con los recursos de que disponemos y
comprendiendo el dolor de un pueblo que tiene necesidades y urgencias, la
dramática situación del desempleo y la pobreza.
Nuestro pueblo, Ricardo Balbín, está en dificultades y
estamos luchando para superarla. Vamos a vencer esas dificultades con la fuerza
moral de un pueblo, con la firmeza de las ideas y de las convicciones que nos
vienen desde lo más profundo, que se construyeron por años, que jamás vamos a
dejar de lado. Las dificultades tienen el alivio de ese espíritu de unión
nacional que hoy preside la escena de los argentinos y que usted construyó
cuando lo saludó a Perón, cuando supo despedirlo, porque esa fue la lucha de
toda su vida de la unión nacional.
Y hoy también este Presidente ha debido llamar a la unión de
los argentinos en circunstancias dramáticas desde el punto de vista
económico-financiero y coincido plenamente con el doctor Alfonsín, con ese
sentido de una unión nacional que fije objetivos básicos que estén por encima
del interés de los partidos. Es lo que llamé la nueva política que en realidad
era la política de siempre de Balbín, la política que se construye con diálogo
y sin agravios, que pone por encima el interés general antes que el interés de
los partidos porque hay un pueblo que sufre y espera y una Argentina que quiere
realizarse en esta América latina de tantas diferencias donde sufrimos la
discriminación de los mercados y los efectos de una globalización que produce
pobreza y exclusión.
Ojalá hubiera la libertad de comercio que reclamamos
permanentemente y el fruto de nuestros campos encontrara los precios justos que
realmente valen y no los precios administrados que tumban nuestros recursos.
Ojalá encontráramos la forma de evitar esa discriminación
que trae tantas consecuencias negativas. Vamos a trabajar para reducir los
costos del servicio de la deuda que golpea permanentemente los recursos
presupuestarios y que no vamos a desatender porque no vamos a caer ni en el
default, que traería consecuencias tremendamente negativas, ni se va a devaluar
en la Argentina porque esto es la seguridad para todos los habitantes del país.
Vamos a poner el esfuerzo conjunto –y a esto llamo a todos
los argentinos- para movilizar el mercado interno y salir de esta recesión que
viene prolongándose y no hay motivos para que se prolongue cuando se han
fortalecido ya las reservas del Banco Central y están volviendo los depósitos y
el desarrollo de la actividad permitirá mayor recursos para salir de la
restricción y entonces atender mejor a las necesidades sociales urgentes y
cumplir nuestro objetivo fundamental de crear trabajo para todos.
Es difícil el tiempo que nos toca, son duras las decisiones.
Pero hay que asumirlas con el coraje que nos enseñaron hombres como Balbín, que
cuando está en juego el interés superior de la patria, hay que actuar
cualquiera sea el precio que deba pagar quién toma la decisión.
Hablé e implementé la política del déficit cero, porque no
se puede seguir transmitiendo desde el Estado a la gente las consecuencias del
endeudamiento.
Y dijo bien Alfonsín, que quiere también hambre cero. Esto
está en nuestras políticas sociales. Y yo aún le agregaría analfabetismo cero;
corrupción cero; endeudamiento cero; dependencia cero. Es lo que honda y
realmente queremos todos los argentinos.
Y si el mensaje que viene de los tiempos de Ricardo Balbín
era de la unión de los argentinos, cómo no habría de ser también el de la unión
de todos los radicales, de todos los que constituimos la Alianza en la hora del
gran desafío y la responsabilidad.
Yo les agradezco muchísimo la presencia a los dignos
representantes del Justicialismo que están en este acto, lo cual muestra que la
convocatoria es amplia y respetuosa, que este sentido de unión que a veces en
vísperas electorales se reciente un poco porque se vuelve más áspera la
palabra, no nos haga perder la perspectiva del horizonte y del futuro donde
precisamos trabajar todos para preservar la institucionalidad, evitar el derroche
en el Estado, bajar los déficit, reducir el endeudamiento, crear las
condiciones para la reactivación económica, generar empleo para todos, atender
a los más necesitados y poner como prioridad la educación y la salud
modernizando el país con la incorporación de nuevas tecnologías que hagan que
las familias estén bien atendidas en condiciones igualitarias y los chicos
avanzando en programa modernos que eviten la diferencia en los niveles de
educación frente a otros pueblos.
Por eso aquí, frente a la tumba de Ricardo Balbín,
reafirmemos el espíritu de unión que es el sentido de grandeza que marca la
responsabilidad de las dirigencias políticas. Hay una ética de la solidaridad
que debe movernos y una ética de la responsabilidad que debe impulsarnos.
A veces, se busca con demasiada ligereza hablar del
conflicto o la pelea. Si alguien dijo que teníamos distanciamiento o pelea con
el doctor Alfonsín, yo dije en un programa de televisión que de ninguna manera
era así. Y hoy ratifico mi afecto y mi respeto.
Primero, porque si nos peleáramos en esta circunstancia
difícil, seríamos unos irresponsables y, segundo y sobre todo, por la dimensión
de los afectos, por el respeto que le guardo y por la dimensión ética que él
encarna. (Aplausos).
Que esto se comprenda bien, porque no vamos a poner el signo
de la desunión o de la división cuando hay que sumar esfuerzos para atender a
un pueblo que está clamando para que este cambio dramático que hemos emprendido
podamos concretarlo y estamos llevándolo adelante.
Yo quiero decir a la memoria de Ricardo Balbín, que estamos
en el compromiso de realizar la democracia social, que estamos en la lucha por
mejores condiciones para nuestro pueblo, que hay carencias de recursos, pero
que el sentimiento está junto a la gente, que queremos construir un país libre,
empinado sobre los cantos del trabajo y de la producción para que llegue a
todos los beneficios del progreso.
Déjenme que como Presidente asuma las responsabilidades,
pago los precios que puedan tocarme por tomar las decisiones necesarias para
evitar que nos vayamos por la pendiente, que sigamos cayendo. Vamos a salir
seguro de esta recesión, empiezan a verse los síntomas de la recuperación.
Pero no la dejemos caer con el pesimismo ni escuchemos los
mensajes perturbadores de los que viven anunciando tragedias. Aquí está un país
grande, un país rico, un gran pueblo que tiene grandes ejemplos, ejemplos como
los de Ricardo Balbín, que enalteció la política y puso la virtud como norte de
su acción y de su vida.
Muchas gracias.
Dr. Fernando de la Rúa.
Fuente: Discurso del Sr. Presidente de la Nacion, Dr. Fernando de la Rúa en el Cementerio de la Recoleta por el Vigesimo aniversario del fallecimiento del Dr. Ricardo Balbin, 9 de Septiembre de 2001.
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