Parto al exilio sin resentimientos contra nada ni agravios contra nadie pero con la preocupación por los miles de ciudadanos que quedan en las cárceles por causas políticas y por el trato que en ellas reciben y por todos los que de alguna manera están soportando las consecuencias de la represión.
Mi abandono forzado del país es una adversidad más de las muchas que vengo viviendo en el último año. Fui privado de mi libertad, mi domicilio fue saqueado y mi automóvil destruido con explosivos, sufrí crueles tormentos, soporté injusta prisión durante nueve meses y fui calumniado con el propósito de desvirtuar mi posición cuando no tenía oportunidad de defenderme.
Mi pensamiento no puede tergiversarse: es el de la democracia social que sostiene el radicalismo. Sustenta la Reparación Nacional, la vigencia de las libertades, la redención social, el pleno imperio del derecho y una política internacional independiente. Se opone a todo lo que sean odios, violencia y opresión. La lucha por estos principios constituye para mí un apostolado.
Aprovecho estos últimos momentos en el país para agradecer todas las expresiones de adhesión popular y para ratificar mi permanente prédica por la paz, la concordia y la unión de los argentinos.
Fuente: Declaración hecha en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza el 17 de mayo de 1977.
En Los Años Crueles" de Hipólito Solari Yrigoyen, Edición Bruguera.
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