La presencia en el acto de hombres y mujeres sin temores, de mujeres con sus hijos en brazos, están notificando al país que es preferible afianzar la libertad en el derecho de la democracia, que mandar ejércitos a luchar contra las guerrillas. La guerrilla no estará en la medida que los pueblos se pronuncien de esta manera. Se aventará el terrorismo y se pacificarán las mentes para comprender definitivamente, que en el camino de la democracia real, con un profundo sentido social, la paz reina y la justicia es el símbolo para todos.
Pienso que la participación de todos y cada uno, está fortaleciendo el edificio institucional del país. Alguno ganará, pero todos han servido. Este fue el lenguaje que nosotros iniciamos en el país antes de los procesos electorales. Dijimos una verdad que estamos cumpliendo y ha tenido sus consecuencias. Terminado el comicio alguien gana y alguien pierde, pero todos debemos ayudar porque el pueblo ya se ha pronunciado.Toda la Nación está en queja. Todo el país se siente no consultado. No se ha acertado en la conducción. Debe rectificarse la conducción. Se dijo de todas las maneras, se explicó en todos los lugares. Podría decirse que la palabra interesada de un senador de un partido político o de un diputado, se pudo decir que era un documento de un partido político, pero faltaba esto, esta presencia y esta noche para comprender que salen de abajo para arriba reclamos vigorosos de rectificaciones que necesita el país con urgencia, con decisiva urgencia. Porque de continuar de esta manera podemos llegar a situaciones irreparables y hay que evitarlas en nombre del país. Este no es el compromiso de una expresión política que estaba asomando, deberes nacionales obligan al conjunto a repensar cómo deben ser las ubicaciones y en qué medida se pueden obtener las rectificaciones. En nombre de esa lealtad yo les digo que estamos pasando momentos difíciles que se pueden transformar en consecuencias desgraciadas. No soy el augur de cosas que destrozan o angustian, pongo la verdad: aquí hay una queja profunda que está extendida en todo el país. ¿Cuál es el destino de la queja? O la consideramos a tiempo, rectificamos los rumbos, aliviamos circunstancias o la dejamos correr para que cada vez se vaya agudizando más la angustia, la desesperación y el desengaño.
Yo quisiera pasearlos de la mano por el país, a cada uno de los hombres jóvenes, viejos o maduros. Tomarlos de la mano y hacerles caminar por la dimensión de la Argentina. Acá se fueron enumerando los problemas de todas las regiones pero yo les puedo decir a ustedes, porque yo he visto en Santa Cruz que ya le están perdiendo fe a su tierra, porque ven que no es la naturaleza quien los derrota, sino el hombre que los aplasta.
Yo los llevaría al valle del río Negro donde un hombre me dijo a mí, a un hombre que era su amigo: 'no me digas que saque la fruta, no me digas que salve las instituciones, porque si yo arranco la fruta me fundo, y fue mi trabajo'. El ánimo de esa gente es el que tiene que considerar la Señora Presidente de la República.
Debe dejar de estar en los lugares cerrados, donde llegan los que se aprovechan, para que pase lo que dice nuestro candidato, la voz del pueblo y el pensamiento del pueblo y sobre todo, la sonrisa del pueblo. Entonces habría de comprender cuál es la magnitud de su responsabilidad.
Yo he lamentado mucho que mandara los colchones y las frazadas, que vinieran pensiones multiplicadas, que dineros que no sabemos de dónde salen se han repartido aquí -lo lamento por ella- que debe saber que es la Presidente del país y no la compradora de conciencias en Misiones.
Señores adversarios: los hijos de nosotros son también vuestros hijos. Cada uno de nosotros tiene ya la vida realizada, estamos más cerca de la nada que de la vida. ¿ Por qué no manejan esta responsabilidad? Porque el joven radical que se queja, es igual al joven peronista que se queja en silencio. y puede transformarse en un amargado, ayúdenlo, ayúdenlo. Levanten los potenciales de la fuerza moral de su provincia, que va a servir al país, va a ser necesario al país.
Si ganan los otros, será una victoria limpia, pero sería un peligro. Se emborracharían de poder los de allá. y entonces las cosas andarían peor en el país. Pueden desmejorarse definitivamente.
Queremos las instituciones y su permanencia. Estamos en contra de todos los golpes y de los golpeadores. Estamos hartos de dictadores y dictaduras. Queremos fortalecer el país, que vote el pueblo en 1977, todo el pueblo. Si aciertan ganarán, si pierden ganarán otros, pero marchará la República por el camino de la democracia, de la libertad y del derecho.
Este proceso electoral misionero es mucho más importante de lo que cada uno piensa. Porque a la provincia la está mirando el país, y el país quiere saber si puede recobrar la fuerza de la fe, la fortaleza de la democracia.
Jóvenes: cuando los países y sus pueblos bajan la guardia están esclavizadas las Repúblicas. Cuando se pierde la fe en sí mismo, cuando no se consideran las expresiones dadas por un pueblo, se bajan las guardias en su mayoría. Y entonces vienen las minorías torpes, los aventureros sucios que se apoderan de las escenas. Solamente ustedes jóvenes, pueden evitar todo esto. Pueden desde aquí con vuestra decisión levantar la fe del país de nuevo. Algunos dicen que si ganan los radicales en Misiones, será una isla. Y yo les digo a ustedes que si gana el pueblo con los radicales, será un símbolo y no una isla.
Nos comprometemos a pasear vuestra victoria por todo el país. No les vamos a decir ganaron los radicales, les vamos a decir con lealtad, ganó el pueblo total de Misiones, la lucha de la reivindicación nacional.
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