El 17 de octubre salio el pueblo a la calle y produjo un
acto de adhesión al coronel Perón. Creyó que las llamadas conquistas sociales corrían
peligro de desaparecer y afirmó su derecho de mantenerlas, vivando al coronel
Perón. En este apellido la gente joven, y alguna parte de los trabajadores que
no son jóvenes, ven al realizador de un programa social.
El pueblo habló, gritó, desfiló, realizó agresiones, llenó
de inscripciones las paredes, dijo lo que le pareció justo; el coronel Perón,
desde los balcones de la Casa Rosada, repitió, en un discurso, sus conocidas
exposiciones dirigidas a la clase trabajadora. El debate esta abierto y
nosotros vamos a decir nuestra opinión en este asunto. Es menester que el
pueblo conozca algunos antecedentes de la política y de la legalización social
argentinas y sobre todo que escuche el tañido de la campana silenciada hasta
hoy por la desaparición de las garantías constitucionales.
UNA CONDENACIÓN IMPROCEDENTE
Asistimos a la condenación de las manifestaciones populares del 17 y 18 de Octubre; observamos que diarios, gremios, instituciones y partidos se empeñan en demostrar que los manifestantes no fueron el pueblo ni los obreros auténticos, se quiere probar que el pueblo no pudo decir mate un judío; libros no, alpargatas si; mate un estudiante y mil cosas más; se afirma que fue sacado de las fabricas y de los establecimientos comerciales por la violencia, por el engaño o por el soborno; que eso que desfiló era una horda de descamisados; que el episodio entristece, avergüenza y disminuye; que la policía prohijó, todos los actos, etc.
El ciudadano que escribe este artículo, hijo de una inmigrante que trabajó como sirvienta y de un obrero que perdió la vida mientras conducía un carro, declara que en esa multitud que desfiló el 17 de octubre encontró gente del pueblo.
El autor de este artículo se encontró a sí mismo en los niños de zapatillas rotas y mal vestidos; en muchos casos o en todos los que fueron tildados de descamisados. Él también conoció, con sus cinco hermanos, el hacinamiento de una sola habitación y la promiscuidad de los inquilinatos; supo que es carecer de medias, ropas, botines y -alguna vez- comenzó sus estudios secundarios poniéndose los pantalones largos de su padre, un saco “rehecho por su madre”, camisa y sombrero usados, provistos por algún vecino generoso. Lo que ahora no lo sorprende.
Tambien habría salido en aquella época, corresponde pues, tratar de hallar las causas del episodio. extraer alguna conclusión, alguna enseñanza, y decir la verdad necesaria para que ese mismo pueblo que desfiló y mucho de los que lo acompañaron sin salir de sus casas, comprendan la verdad de su drama y la indole de las soluciones que el pais reclama.
Fuente: Antecedentes de la politica social Argentina: Realidad de la obra cumplida antes y despues del 4 de junio de 1943 " (diciembre de 1945) en el periodico "El Centinela" de la ciudad de Avellaneda.
Tambien habría salido en aquella época, corresponde pues, tratar de hallar las causas del episodio. extraer alguna conclusión, alguna enseñanza, y decir la verdad necesaria para que ese mismo pueblo que desfiló y mucho de los que lo acompañaron sin salir de sus casas, comprendan la verdad de su drama y la indole de las soluciones que el pais reclama.
DOS AÑOS DE DISCURSOS, PUBLICACIONES Y REUNIONES
Estamos frente a los resultados de dos años y medio de mítines,
publicaciones y discursos llevados a cabo por el coronel D. Juan Domingo Perón
y sus millares de colaboradores en los organismos de la administración publica.
Durante todo ese tiempo, un solo argentino entre catorce millones, tuvo el
derecho de hablar, publicar y celebrar asambleas; ese argentino fue Perón. Durante
todo ese tiempo un solo argentino pudo moverse de un lado a otro del
territorio, decir su pensamiento sin trabas, atacar a todo lo que quiso y en
los términos que mejor le parecieron; el resto del país debió callarse porque
el estado de sitio significaba la cárcel o el destierro para quienes opinaran
de modo diferente a la dictadura; los diarios fueron censurados y clausurados;
los gremios obreros disueltos, sus dirigentes presos y apaleados, los
estudiantes igualmente golpeados; la universidad intervenida por notorios
fascistas.
Desde el 4 de junio –excepto los cincuenta días en que
estuvo levantado el estado de sitio- solo hay libertad para hablar bien de la
dictadura o Perón. En este dilatado periodo no hubo un solo argentino democrático
que pudiera dirigirse a sus conciudadanos, cinco minutos por una sola radio.
Fuente: Antecedentes de la politica social Argentina: Realidad de la obra cumplida antes y despues del 4 de junio de 1943 " (diciembre de 1945) en el periodico "El Centinela" de la ciudad de Avellaneda.
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