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miércoles, 30 de julio de 2025

Revista UBA: "1° aniversario de la desaparicion de Ricardo Rojas” (Julio-Septiembre de 1958)

Al cumplirse el primer aniversario de la desaparicion de Ricardo Rojas la Revista de la Universidad va a detenerse en su camino para examinar la obra y la vida del autor de Historia de la Literatura Argentina. Varias razones nos mueven a hacerlo. Por lo pronto, fue rector de nuestra Universidad; además fue Decano de la Facultad de Filosofia y Letras; pero ante todo, fue profesor eminentísimo, fundador de la cátedra de Historia de la Literatura Argentina y primer director del instituto anexo y realizó desde ellos una obra docente y de investigacion que señala una época en la semisecular casa de estudios de la calle Viamonte. La Revista de la Universidad honra en este número al profesor cuyas conferencias -joyas cinceladas y veneros de emocion y de ciencia- fueron acontecimientos memorables en la vida intelectural de nuestra ciudad, pero no puede olvidar al historiador, al poeta, al ensayista, al dramaturgo, al pedagogo, al periodista, al ciudadano austero que supo sacrificar la tranquilidad de su vida hogarena en aras de sus convicciones democráticas.

Ricardo Rojas representa en la metrópoli la cultura de las provincias argentinas, con los mismos titulos de sus contemporaneos Joaquin V. Gonzalez, Ramón Cárcano, Leopoldo Lugones y Juan B. Terán. Personifica la tradicion indígena y colonial, sobre todo el pasado indígena, que importa -según él- mantener vivo e incolumne, al lado del otro pasado de la patria joven de San Martín, el santo de la espada, y de Sarmiento, el profeta de la pampa.

Hombre de tierra adentro, llegó a Buenos Aires en una época en que comenzaba a hacer crisis una concepcion de nuestra nacionalidad fundada, preoponderantemente en la riqueza económica y el bienestar individual, y una manera de pensar y de sentir que no correspondian ya a la realidad compleja del vasto país cuyo encubramiento contemplaba el nuevo siglo.
Entre la metropoli, con la cara vuelta al río, al mar, al extranjero, de espaldas al pais, y su provincia natal, Ricardo Rojas tomó el partido de la patria chica de sus mayores, el pais de la selva. Quizas no procuró establecer con claridad -siempre pensó y sintió como poeta- los motivos de su preferencia, las razones y la oportunidad de tal elección.

Pues en la Argentina de nuestros dias se torna dificil una decision entre lo que es argentino y lo que deja de serlo, entre lo que es menester rechzar porque no representa nuestra tradicion y lo que debemos adoptar porque encarna nuestra historia. La Argentina se ha integrado en una estructura de valores de referencia universal y parece ilusiorio vincularnos con un sistema de cultura en detrimento de otros. Ricardo Rojas creyó que tal decision era posible. Y trabajó toda su existencia para demostrarlo. Como Barrés, el tambien creyó en la misteriosa voz de la sangre y de los muertos, expresada por las razas aborigenes; creyó en sus paisanos del interior, que -segun su opinión- crearon el pensar democrático; en la tradicion española, aportada por los conquistadores con la lengua de Cervantes.

El dialogo entre Europa y América indiana suministra las intímas tensiones que alimentan la obra de Ricardo Rojas; y en ella nada es olvidable: monografias eruditas, vastos tratados, obras teatrales, leyendas, poemas, ensayos.

Antes de desaparecer, tuvo el autor de Eurindia, después de las tinieblas de la segunda tiranía, la inmensa satisfaccion de ver levantarse de nuevo el sol de Mayo con el pronunciamiento de Córdoba -la voz de las provincias argentinas, como él queria- y el triunfo de la Revolución Libertadora. Vio restaurada la libertad en las cátedras de la Universidad; vio a los argentinos unidos en un solo deseo de reconstruccion; vio cercana la hora de la llegada del Esperado (según la alegoria con que termina su Historia de la Literatura Argentina): “para que se resuma su tradicion, para que la renueve en arte perdurable, trascienda por la patria a la humanidad”.

La Revista de la Universidad agradece a los familiares e intimos de Ricardo Rojas, a doña Julieta Quinteros de Rojas, a doña Ester Quinteros de Sastre, al Dr. Nerio Rojas, al Dr. Ismael Moya, a sus inestimable colaboracion, sus informaciones, la cesion de fotografias y páginas inéditas.


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Fuente: “Primer aniversario de la desaparicion de Ricardo Rojas” en Revista de la Universidad de Buenos Aires, Quinta Época, Año III – N° 3, Julio-Septiembre 1958.

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