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martes, 5 de enero de 2021

Jorge Walter Perkins: “Homenaje al Dr. José Pascual Tamborini” (25 de septiembre de 1958)

HOMENAJE

Sr. Presidente (Decavi). Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.

Sr. Perkins. Señor Presidente: el 26 de septiembre de 1955 dejó de existir José P. Tamborini, uno de los hombres mas dignos y puros entre los que hayan actuado en la Unión Cívica Radical. Si la modestia tuviera un arquetipo, llevaría su nombre.

En medio de una vida politica intensa y de absorbente consagración, que culminó en la candidatura a la Presidencia de la Nación, pasaba entre los grandes honores tratando de no llamar la atención como si no fuera él su destinatario. Ejemplo útil y aleccionador en un medio que ha llegado a otorgarle categoria moral a la propaganda que fabrica o destruye reputaciones e ídolos.

Llegaba la Revolucion Libertadora a la Casa de Gobierno y una gran virtud radical desaparecia en la hora del regocijo y de la esperanza. Visto en la perspectiva del tiempo, como alegra y conmueve una vida de esa calidad. Soportó con estoicismo el drama de su derrota electoral, que no fue suya sino de las libertades argentinas, que entraron desde ese mismo instante en el eclipse del que no saldrían sino por la sangre y la abnegacion de los que tuvieron fe y no capitularon con la tirania abyecta, soberbia y corrompida.

Cuando se escriba la historia de los dias vividos desde el año 1930 hasta hoy, es posible que el historiador -que nosotros no conoceremos- se pregunte como han sobrevivido las libertades y la democracia, que es su abanderada, a pesar de tantas batallas perdidas, de tantas vidas sacrificadas y de tanta riqueza dilapidada o usada con propositos egoistas de aprovechamiento personal por algunos gobernantes, ademas de malvados inescrupulosos.

Ese historiador, al hacer su sintesis, tendrá que reconocer que la gran batalla por la recuperacion de las libertades argentinas no se ha perdido y podrá, en definitiva, ganarse, porque ejemplares humanos de excepcion, luchando desde el seno de determinados partidos politicos y especialmente desde la Unión Cívica Radical, resistieron al halago, a la fatiga, a las vicisitudes de todo género, para que fuera cierto que el honor, en su expresion suprema de la identidad del ideal con una convicción, esta por encima de una vida perecedera y que no existe ningun interes en conservarla cuando el precio excede el limite de lo que puede concederse a los que detentan arbitrariamente el poder en una hora o en un instante fugaz del pais.

Esta reinvindicacion del politico como expresion superior de una epoca, tendra que hacerse y habra que decir entonces que aquí, en la Argentina, como en el resto del mundo, los espiritus superiores, interpretes o espejo de una sociedad en constante evolución y desarrollo, entran en la historia por la puerta de la politica.

Así entró Mariano Moreno, allá lejos, en el alumbramiento de nuestra nacion. Siete meses de actuacion en una junta revolucionaria le dan el derecho a la inmortalidad con que su patria ha premiado el bien inestimable de haber salvado la revolucion, o sea el ideal emancipador, en el momento de su mayor peligro.

Por la puerta de la politica han entrado en la historia hombres de nuestras filas: Alem, Yrigoyen y Alvear. Los dos gobernantes radicales dejan el recuerdo de su respeto por los postulados fundamentales de la democracia. Ni persecuciones al pensamiento, ni cárcel, ni exilio para sus adversarios, ni estado de sitio para gobernar, ni diarios suprimidos o perseguidos. Y, por sobre todo, una politica economica que permitió en las tres presidencias radicales mantener el alto valor del peso, de 44 centavos oro, no recuperado mas en los años posteriores a su caida.

No hay politica social que pueda defenderse con una moneda desvalorizada y de escaso o nulo poder adquisitivo.

Por esa puerta de su actuacion politica tambien ha entrado en la historia José P. Tamborini, cargado sobre sus hombros y en el silencio, que hoy se rompe en su homenaje en esta Cámara, con la incomprensión de los que nos vieron que el destino de las instituciones democráticas argentinas ya estaba fijado en febrero de 1946, y que la tiranía, que se adueñaba del país con el aparente descalabro de Tamborini en las urnas, ya no podría ser vencida en adelante por un comicio honrado, que no se lo concibe sin prensa y tribunas libres, que la tiranía no lo haría nunca, hasta caer por el esfuerzo de las armas de la patria y el impulso civil del indomable pueblo argentino. (¡Muy bien! ¡Muy bien!)

Ex profeso, por innecesario, no evoco a Tamborini diputado, senador y ministro del Interior. Todo esto, está por debajo de sus merecimientos. Su gran conducta y su gran virtud no pertenecen a los cargos que desempeñó, por otra parte, en forma esclarecida.

Muchos han sido diputados, senadores y ministros; con ser algo, no es todo para que un sentido de gratitud y reconocimiento quede como saldo de una vida ilustre y ejemplar. Esa gratitud y reconocimiento están presentes en este homenaje, porque en las circunstancias decisivas en que le tocó actuar guardó lealtad y consecuencia a los propositos inquebrantables que animaron su fe civica.

Porque hombres como Tamborini cumplieron con su deber, la tiranía mandó sin gobernar.

Por todo ello, pido que esta Honorable Cámara sea invitada a ponerse de pie en homenaje a su memoria, que no ha de desaparecer mientras la Unión Cívica Radical sea ella tambien fiel a la bandera de la libertad, que es su razón de ser. (¡Muy bien! ¡Muy bien! Aplausos.)

Sr. Presidente (Decavi). Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Gonzalez. En nombre del bloque de la mayoría voy a adherir a la indicación de homenaje propuesto por el señor diputado Perkins, que implica la voluntad expresa de que a traves de una decisión de esta Honorable Cámara se rinda el tributo justiciero que merecen siempre los varones austeros que ponen su pasión argentina al servicio de las grandes causas nacionales.

Yo tendría que suscribir integramente los conceptos vertidos por el señor diputado por la Capital; pero sólo agregaré que el hecho de que el doctor Tamborini haya entrado en la historia por la puerta ancha de la politica, constituye la efectiva corroboracion de que la politica es el arte supremo que abre la posibilidad a los hombres bien nacidos de expresar su generosidad y altruismo, poniendolo por encima de los intereses personales al servicio de los grandes intereses populares.

Tamborini fue un médico de selección; tenía una profunda vocacion profesional. Ejerció su profesion con altura, con altruismo y con profundo sentido humano.

En su paso por la Honorable Cámara de abogó fervorosamente por el ejercicio pleno de las instituciones democráticas que tanto amaba.

Con esta palabras, quiero dejar expresado el sentimiento radical y democrático de esta bancada para adherirnos al homenaje justiciero que se propone, que significa destacar la relevancia y el perfil austero de un patriota. (¡Muy bien! ¡Muy bien! Aplausos.)

Sr. Presidente (Decavi). Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.

Sr. Frega. Señor presidente: El doctor José P. Tamborini, cuya figura se recuerda en este instante, fue un hombre de la Capital que se destacó en la militancia cívica y en la Unión Civica Radical desde su primera juventud.

Quienes lo hemos conocido a lo largo de su vida civica no podemos olvidar su actuación.

Por sus merecimientos partidarios, por su constante lucha en pro del afianzamiento de las instituciones democráticas y por su generosidad y altruismo en el ejercicio de su profesión, adhiero emocionado al homenaje, que se le ha de rendir, en la forma que ha sido propuesto. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Decavi). Invito a los señores diputados y a los asistentes de las galerías, a ponerse de pie en homenaje a la memoria del ex diputado nacional, doctor José P. Tamborini.


-Ponense de pie los señores diputados y el publico asistente de las galerías.







Fuente: “Homenaje al Dr. José Pascual Tamborini” proyecto del Sr. diputado por la capital Dr. Jorge Walter Perkins, pág. 4491 a 4492 del diario de sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación Argentina, 25 de septiembre de 1958.


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