Ocho años atrás, Raúl Alfonsín, solicitaba, tras su cargo
formal de vicepresidente segundo del bloque de diputados nacionales del
radicalismo popular de real conductor de ese organismo del entonces oficialismo
radical. Desde entonces, Alfonsín ha recorrido como un discípulo ejemplar todos
los escalones necesarios para encarnar el rol que ahora pelea por obtener en la
UCR, el de nuevo jefe. El domingo 7 de mayo, el mito de la paternidad política
de Ricardo Balbín sobre su más aplicado discípulo desapareció. Ese día se
enfrentaron –jefe y sucesor- en las urnas radicales de la provincia de Buenos
Aires. Entonces 42 mil afiliados prefirieron al Chino frente a 27 mil que
respaldaron al caudillo de Chascomus para dirigir el Comité Nacional. Apenas
unas semanas atrás. Alfonsín había computado todas las alternativas posibles
antes de lanzarse a un enfrentamiento, que por otro de los componentes que participarían
en la empresa –los izquierdizados afiliados cordobeses- implicaba el riesgo de
la división partidaria.
Hoy, en cambio, Alfonsín parece un hombre seguro de la
victoria. “Mas que empatar, como usted dice, me parece que vamos ganando”, se
ufanó el martes 10. Fue en la casa de su madre, un semipiso de clase media
acomodada al 1600 de Santa Fe (refugio de Alfonsín cuando recala en Buenos
Aires).
“No me saque con este”, advirtió al fotógrafo marcando la
presencia de uno de sus hijos –con barba contundente- que rondaba la escena. Es
que este hombre, que la juventud radical levanta como su bandera
circunstancial, no puede, ni en broma, traspasar la barrera de la izquierda. No
se molesta si lo comparan con George Mc Govern, el candidato demócrata
norteamericano a la presidencia. “Los que lo dicen –se ríe- quieren darle una
imagen progresista a Mc Govern y de paso vincularme con una figura
probablemente perdedora.”
¿Qué piensa de los 10
puntos de Perón?
No creo que se deba participar en las propuestas de este
gobierno para que sean fijados de antemano los límites de acción del futuro
gobierno constitucional. El primer punto de ese documento, el más genérico,
habla de la presencia y las ligazones establecidas en el país en el
imperialismo “hemisférico”. ¿Por qué no se habla del capital europeo y su
importante presencia en nuestra vida económica? De algún modo se da cierto crédito
allí al supuesto plan pactista con apoyo de los inversores europeos.
¿Usted supone que el
proceso esta de tal modo definido que no hay que generar diálogos con el
gobierno?
La UCR no tiene nada que discutir con las Fuerzas Armadas. Será
el gobierno elegido por la Constitución el que determine la nueva situación política.
Algunos
correligionarios suyos observan preocupados el poderío militar que respalda
posiciones enfrentadas con el programa que sustentan ustedes.
Frente a un poder que se computa en tanques y aviones hay
que contemplar la perspectiva el desarrollo de las fuerzas políticas, su proyección
al futuro. Se olvida que este proceso fue arrancado por el pueblo. Que es este
proceso electoral tenía en sus comienzos, un solo nombre y apellido que luego debió
ser postergado.
Esa suerte de
plebiscito que usted propugna ¿llegara a producirse a pesar de la vigencia de
la legislación represiva?
Creo que si. A pesar de ese vallado establecido para impedir
la libre expresión popular, es posible que los argentinos construyamos una solución
que nos permita llegar al gobierno, para después tomar el poder y realizar
profundas transformaciones.
Pero lo que usted
propone, ¿no es retroceder a las condiciones de 1966?
Paradójicamente, la revolución contra Illia generó una maduración
política muy grande en el país.
Nosotros buscamos el desarrollo de una democracia real con
el pueblo en la calle.
Entonces, las cosas van a cambiar en la Argentina.
Un alto oficial de
las Fuerzas Armadas ha dicho que habrá elecciones aunque voten tres personas.
Se asegura que ese militar podría ser el Comandante en Jefe del Ejército el 26
de mayo.
El comandante en jefe que suceda a Lanusse lo va a definir
el próximo gobierno constitucional.
El programa de “reconstrucción
nacional” de Perón propone dejar en manos del futuro gobierno la posibilidad de
la amnistía a los guerrilleros presos. ¿Puede coincidir en eso con Perón?
Estamos de acuerdo. El Congreso es el único organismo
constitucional que esta capacitado para dictaminar sobre el tema.
¿Usted cree que la cúpula
de las instituciones militares puede modificarse de un plumazo?
No se olvide que si existe una institución con movilidad en
la Argentina, esa es la militar.
El peronismo
inclusive en sus sectores más duros, opina que usted sostiene una línea mas
gorila que la que propugna Ricardo Balbín, ¿Le parece justo el cargo?
No, de ningún modo. El Radicalismo y nuestro sector especialmente, no sostiene
posiciones gorilas frente al Justicialismo. Pero eso no quiere decir que nos
inclinamos demagógicamente ante él. Lo que no estamos dispuestos a producir a
esta altura del proceso es una posición de tipo populista que resulta
totalmente inadecuada para la Argentina.
Sin embargo, ciertas
definiciones en el plano sindical de la plataforma de la UCR se dirigen contra
el gremialismo peronista.
Proponemos, en realidad, el fortalecimiento de las
estructuras federativas de los gremios y el respeto de la democracia sindical,
en contra de los aparatos burocráticos.
Pero los hombres que
se oponen a la conducción peronista en el campo gremial, como Antonio Scipione,
apoyan a Balbín.
Scipione es un hombre que merece nuestro respeto todavía. El
ha trabajado mucho en Olavarria y ha hecho su opción. Pero hay otros
sindicalistas radicales que nos apoyan a nosotros.
¿Qué porvenir le
espera al Frente de Izquierdas?
Todavía es difícil predecir las tácticas que van a emplear
ciertos sectores del ENA. A ellos les faltan datos de la realidad, como nos
faltan a nosotros.
Creo que la fórmula de la UCR puede ser una opción para la
izquierda argentina.
Precisamente, en
ciertos sectores de la izquierda se especula con la posible división del
partido, si usted es derrotado. ¿Si pierde se va de la UCR?
Es indispensable mantener la unidad del partido. Nuestro movimiento
es muy claro a ese respecto. Lo digo por la gente que esta más cercana a mí, y
por otros con los que hemos coincidido luego para llegar a esta pelea no podrán
llevarnos a la quiebra del radicalismo. Nuestra propuesta no se va a concretar
en un día. A lo mejor se verifica en los años por venir.
¿Y si el candidato de
la izquierda fuera Agustín Tosco?
Aun con Tosco en esa alternativa, seguiríamos siendo
radicales y actuando dentro del partido, luchando por nuestra línea.
Pese a haber
desarrollado una posición doctrinariamente izquierdizada, su sector no parece
haber consolidado alianzas con otros alineamientos políticos, especialmente
peronistas de izquierda.
Todavía no se ha conseguido superar ciertos resabios de
totalitarismo en algunos de esos sectores más combativos. Nuestra eventual acción
en el gobierno habrá de despertar inquietudes de los sectores del privilegio y
entonces, frente a enemigos comunes, podremos tener solidaridad con todas
aquellas tendencias que se enfrenten a esa misma estructura regiminosa.
¿Qué suerte le
pronostica a Manrique?
En el último tramo, que siempre es el de las polarizaciones,
el hombre va a perder terreno.
¿Cómo se va a definir
el peronismo frente al proceso?
El peronismo tiene un pie en cada no de los cuatro proyectos
políticos básicos que existen en la Argentina: el continuista, el
desarrollista, el socialista y el de la liberación, donde participamos
nosotros. Es difícil saber por cual va a optar.
En ese cuadro, ¿Qué significa
el retorno de Perón?
El Justicialismo y su Jefe son inciertos e imprevisibles. Perón
puede volver para acordar, como para patear el tablero. Realmente, en ese tema
no se lo que puede pasar.
En medio de esa
incertidumbre, ¿le parece que peligran los comicios?
Solo un insensato querría impedir la elección. Son los
grandes intereses económicos los que buscan quebrar el proceso pero, de ningún
modo, pueden bloquear el camino hacia las urnas.
PANORAMA: "LOS NUEVOS RADICALES" |
Fuente: Revista Panorama: “Los nuevos Radicales”, Raúl
Alfonsín: La moderación de un intransigente. Año X, N° 286, 19 de octubre de
1972.
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