Diario La Nación, 13 de
agosto de 1986
PERÓN 1964
Señor Director:
En carta de lectores del 5 y del 7-8-86, el Señor almirante
Isaac Francisco Rojas y el Senador Fernando De la Rua se refirieron a dos
episodios de la vida política argentina con enfoques dispares.
Como tuve activa participación en el segundo el frustrado regreso
a la Argentina de Juan Domingo Perón, en diciembre de 1964-, debo señalar que
el senador De La Rua, que alude a la verdad histórica, se aparta de la verdad
como lo demostrare.
Tras el larguísimo silencio que he guardado al respecto,
debo ahora puntualizar como ocurrieron los hechos, así tendrán la fisonomía que
les corresponde: lino de los primeros días de diciembre de 1964, alrededor de
las 22, llama par teléfono a mi casa el entonces embajador de España en la
Argentina, José María Alfaro y Polanco, con quien me unía una amistosa relación.
Me dijo -casi textualmente-, que en nombre del gobierno español ponía en
conocimiento del argentino que ese día Perón había embarcado en Barajas con
destino a Buenos Aires. Agrego que efectuaba esa in formación en forma urgente
y par mi intermedia, ya que el canciller, Miguel Ángel Zavala Ortiz, se
encontraba en los EE. UU.
De inmediato me dirigí a casa de gobierno para informar la
novedad al Presidente Illia. Me recibid interrumpiendo una comida, dado que manifesté
a su edecán la extrema necesidad de verlo con urgencia, sin dar razón de ello.
Una vez que impuse la novedad al señor presidente de la Nación
Illia, este se preocupa y me ordeno que hablara con el Señor ministro del Interior
doctor Juan Palmero. Lo hice de inmediato, a los efectos de adoptar las medidas
necesarias para preservar el orden publico que ese viaje podría eventualmente
alterar.
El ministro Palmero, se limito a decir que no creía esa versión.
Le insistí que no era una versión sino información de la embajada.
Ante la negativa de Palmero fui al primer piso de la Casa Rosada
y explique a Illia el dialogo mantenido. Illia, QUIEN NO QUERIA QUE PERON PISE
SUELO ARGENTINO, dispuso que explicara los hechos al Doctor Leopoldo Suárez,
ministro de defensa a cargo de la cartera de Relaciones Exteriores. Así la hice.
De madrugada se realiza la entrevista con Suárez en su
despacho, con la Presencia de los de Ejercito, General Ávalos, de Marina,
Almirante Pita, y de la Fuerza Área, Brigadier Romanelli. A el la fue citado el
ge rente de Iberia en Buenos Aires, requiriéndosele informe sobre el vuelo,
horarios estimados y nomina de pasajeros, al mismo tiempo que se le hacia saber
que a partir del momento en que el avión que transportaba al Ex Presidente ingresaría
en cielo argentino VOLARIA A SU PROPIO RIESGO...
Al día siguiente al promediar la mañana, llego
inmediatamente DE LOS EE. UU el doctor Zavala Ortiz. Le envíe a Ezeiza la información
del viaje de Perón. La trascendencia de este impidió el recibimiento que
marcaba el protocolo y la habitualidad.
Entretanto había hablado cuantiosamente con nuestro
embajador ante Itamarati, Carlos Fernández, para que tuviera informada a la Cancillería
del viaje iniciada par Perón.
El doctor Zavala Ortiz se dirigid a entrevistarse urgente
con Illia y en seguida a la Cancilleria. PERON NO TENIA QUE VOLVER.
Sin tiempo para saludarlo, pues no me aviso de su llegada, recibí
un llamado telefónico desde Río de Janeiro de! embajador Fernández para
comunicarme que en contra de mis instrucciones, el doctor Zavala Ortiz le había
dado ordenes concretas y precisas de GESTIONAR ANTE EL GOBIERNO DE BRASIL la intercepción
del vuelo. PERON NO TENIA NI QUE ESTAR EN AIRES ARGENTINOS.
Con la consiguiente sorpresa liable con el ministro y le
expuse mi posición, de que un problema argentino debía de solucionarse entre
argentinos.
Con la consiguiente sorpresa liable con el ministro y le
expuse mi posición, de que un problema argentino debía de solucionarse entre
argentinos.
Después de muchos años puedo decir sin arrebatos que
conformo el primer escalón para que el 3-6-65 presentara mi renuncia al cargo
de Subsecretario de Relaciones Exteriores, embajador extraordinario y ministro
plenipotenciario, con acuerdo del Senado y REPRESENTANTE ESPECIAL ANTE SU MAJESTAD
BRITANICA.
(...) De la Rua en su versión miente.
No puedo dejar de recordar con tristeza y no olvidada vergüenza
argentina, que por orden de Zavala Ortiz debí ser trasladado a Brasil para
agradecer a su representante, Decio de Moura, EN NOMBRE DE ILIA A Y EL GOBIERNO
ARGENTINO, LA INTERVENCION DE SU PAIS PARA DETENER EL VUELO, Y QUE EL GOBIERNO
PUEDA SALVARSE DE UN TAMANO PROBLEMA COMO EL REGRESO DE PERON AL PAIS.
Fuente: “Perón 1964”
Replica al senador Fernando de la Rúa en carta de lectores de Diego Mazzieri en el
Diario La Nación, 13 de agosto de 1986.
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