Se ha cumplido recientemente el cuarenta y cuatro
aniversario de la fundación de la Universidad Popular de la Boca. Fue esta,
ciertamente, una obra de gran trascendencia en su época, Sus proyecciones
fueron inmensas, A poco de abrir sus puertas, en la misma metrópoli, en
Rosario, en Corrientes y en otras ciudades, establecimientos de educación
similares, iniciaban una obra destinada a dar capacidad a la juventud para el
ejercicio de actividades útiles, con un sentido practico y positivamente
constructivo. Pues la enseñanza que, desde su hora inicial, se impartió en
estas Universidades populares -hoy diseminadas en todo el país, a punto tal que
es difícil hallar un pueblo o ciudad que no cuente con una de ellas- tuvo un
objetivo progresista de gran amplitud social.
El fundador de la Universidad Popular de la Boca fue un
eminente hombre de estado, un ciudadano probo y laborioso, infatigable,
incansable en la realización de grandes iniciativas de alcance educacional. No
solo en este caso brilló su talento. Ocupó altas posiciones públicas, y en esta
misma Cámara actuó con eficacia y competencia, demostrando una predilección muy
particular por el estudio de los problemas que afectaban a la vida del campo y
al bienestar de la comunidad. Pero no voy a referirme a estos aspectos -muy
vastos- de la biografía del doctor Le Bretón, para fundar mi proyecto de
resolución. Me bastan los títulos que ofrecen a la posteridad su limpia
ejecutoria de hombre entregado con afanes claros a la formación ética de la
juventud. Y en este sentido la obra que emprendió desde la Universidad Popular
de la Boca, es de las que definen y robustecen conceptualmente una
personalidad.
Al referirse a su señera figura en oportunidad del homenaje
que le tributara a su memoria esa Institución -el 2 de junio ppdo--el orador de
la jornada señaló el hecho -muy lamentable por cierto – de que ni una escuela,
ni una calle del municipio porteño ostente su nombre. Cuando se es tan generoso
en el ejercicio de este atributo, no puede admitirse que se incurra en una
omisión tal con un ciudadano de tan relevantes calidades morales y cívicas como
en su recta vida, las ofreciera el Dr. Le Bretón. Por eso, haciéndome eco de
esas legítimas aspiraciones - que son sin duda las aspiraciones coincidentes de
más de cien mil alumnos que pasaron por las abiertas aulas de la Universidad
Popular de la Boca, la primera en su género fundada en el país, presento este
proyecto de resolución con el preciso objeto de que se repare en parte tan
injustificable olvido.
Fuente: “Designando con el nombre del Doctor Tomás Alberto
Le Bretón, a una escuela de la Ciudad de Buenos Aires” Proyecto de Resolución y
Fundamentos del Dr. Reinaldo Elena, 7 de junio de 1961.
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