La Convención se reunió en Tucumán mientras ejercía el poder
la denominada Revolución Libertadora, la que ejercía presiones directas e
indirectas sobre el partido, muy fuertes. Empezando por el hecho de que
conspicuos dirigentes de las líneas unionistas, antipersonalistas y todo el
anti-yrigoyenismo que estaba dentro del radicalismo ocupaban funciones en la Revolución
Libertadora. Una de las preocupaciones más grandes era evitar la candidatura a
presidente de Frondizi. La candidatura de alternativa fue la de Ricardo Balbín.
Este, entre apoyar a Frondizi y salir candidato por los grupos que antes habían
sido sus adversarios dentro del partido, opto por lo ultimo y no lo apoyo a
Frondizi. Aparece de esta manera su figura, aliado de sus adversarios de siempre
en el partido.
Cuando triunfa la formula Frondizi-Gómez, todos los que apoyamos
a Frondizi estábamos tranquilos pensando en que se iba a aceptar la voluntad
estatutaria, la voluntad mayoritaria de la Convención.
Creímos que era conveniente saludar al Dr. Ricardo Balbín
junto a otros amigos del interior, de esas nuevas provincias incorporadas por
primera vez a la Convención. Fuimos al hotel donde se hospedaba, éramos 8 o 10,
más o menos, Balbín nos recibió en su habitación, conversamos con el
amigablemente y nos pregunto:
'¿Cual era el motivo
de la visita? '
Y le respondimos:
'El hecho de que
nosotros que representábamos a los ex territorios nacionales, hablamos apoyado
al Dr. Arturo Frondizi, no significaba de ninguna manera desconocer sus
merecimientos, ni su lucha, ni su jerarquía dentro del partido, y que creíamos
que a pesar de que el no iba a ser candidato a presidente tenia una gran función
que cumplir dentro del partido, dentro del futuro gobierno si se lograba, por
que lo considerábamos una de las grandes figuras del radicalismo'.
El Dr. Balbín nos escucho con toda tranquilidad, con toda
serenidad y nos dijo:
'Yo les agradezco que ustedes
se hayan tomado la molestia de venir a verme... este asunto esta pensado y
decidido'.
Tomo un papel y nos dijo:
'Yo me voy a mi casa,
y una noche de estas escribo y les dejo mi testamento político'.
Parecía que el Dr. Balbín aceptaba lo resuelto por la Convención
y, por lo tanto, se retiraba. Nosotros, le dijimos:
'Que no podía irse del partido y que necesitábamos de su participación, y que además iba a tener todo nuestro apoyo, cariño y respeto'.
'Que no podía irse del partido y que necesitábamos de su participación, y que además iba a tener todo nuestro apoyo, cariño y respeto'.
Balbín se levanto, nos dio la mano a cada uno, nos volvió a
agradecer y nos dijo:
'Pero ya saben cual es
mi decisión'.
Nosotros nos fuimos del hotel pensando que Balbín se retiraría
de la vida política y que no rompería el Partido. Por radio, al otro día,
escuchamos que el Dr. Crisologo Larralde sostenía que la convención soberana
del partido había elegido la formula presidencial:
'Esa formula es mi
propia formula'.
Allí tomamos conciencia de que la formula se iba a aceptar
en pleno y todos la apoyarían. Muchos sectores del gobierno militar presionaban
a favor del sector Balbinista y Unionista para que rompieran el partido y no
aceptaran la 'formula, porque la iban a proscribir. Con ese cuento impulsaban a
esa gente dentro del partido para que lo rompiera y desconociera lo resuelto en
la Convención, con el fin de 'salvar al
radicalismo'. Regresamos a Viedma en auto, tardamos unos dos o tres días y,
cuando llegamos, ya estaba armada la oposición a la resolución de Tucumán. Había
un arreglo entre Ricardo Balbín, Crisologo Larralde y Amadeo Sabattini para
romper el partido.
Fuente: Testimonio del Dr.
Enrique Viglione en José María Guido: “El Presidente está solo” del Dr. Edgardo
Cardone, Editorial Eder, Buenos Aires, 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario