Republica Argentina
Telégrafo
de la Nación
17 de febrero de 1928
Destinatario: HONORIO PUEYRREDON
He recibido su telegrama urgente particular de ayer.
Su contenido oblígame a remontarme al punto de partida de la
incidencia que le provoca y a manifestarle que mi Gobierno, sorprendido por la
actitud intransigente que asumió usted al anunciar, sin previa consulta, que no
firmaría la convención si no se incluían sus proposiciones, analizo la situación
y comprendió que usted había estado bien en la enunciación de los principios
pero mal en cuanto a la resolución extrema con que pretendía imponerlos. La
naturaleza de la Conferencia Internacional en que actuaba no habría permitido
que mi Gobierno autorizara a su delegación a asumir semejante conducta frente a
los representantes de otros pueblos, tan libres y respetables como el nuestro. Por
eso, y en vista de la situación creada, pedimos a usted que depusiera esa
intransigencia una vez salvadas, como lo estaban, las ideas. Ese raciocinio no
logró convencer a usted.
Lamenté su incomprensión del instante, pero alce mi
pensamiento hasta los bien entendidos intereses del país, y comprendí que
nuestra seriedad podía verse comprometida por ese episodio revelador de cierta
aparente ligereza en el manejo de tan delicada cuestiones internacionales. Para
evitar ese daño moral a nuestro país, y no por las altas consideraciones
personales que le profeso a usted, preferí sacrificar la posición jerárquica y
la opinión propia y tolerar que, a pesar de todo, siguiera usted el camino
elegido, a mi juicio imprudentemente. Al obrar de esta manera yo ratifique,
como Presidente de la Republica, esa firmeza de voluntad y claridad de actitud,
cuyo elogio usted me hace y yo agradezco, y que inspiraron mi conducta cuando
siendo yo delegado y usted presidente de la representación argentina en
Ginebra, salvé sin opiniones personales, en privado y sin resonancias, y las
sacrifique en homenaje al respeto y a la autoridad internacional de mi país y
de su gobierno. Entonces como delegado y hoy como Presidente de la Republica mi
definición fue categórica en contra de todo cuanto fuera personal y a favor de
todo lo que significara el prestigio de mi Patria. Lamento que su último
telegrama se demuestre que todo lo que he hecho ha sido inútil puesto que usted
reitera su renuncia. Retribuyo que personales sentimientos que estos sucesos no
han hecho variar en su intimidad afectuosa.
ALVEAR
Presidente de la Nación
Argentina
Fuente: Telegrama del señor Presidente de la Republica Dr.
Marcelo Torcuato de Alvear al Dr. Honorio Pueyrredón con motivo de su renuncia
a la presidencia de la delegacion argentina en la Sexta Conferencia
Panamericana. Donde condenó la invasión por parte de Estados Unidos a los
paises de America Central y buscaba a traves de su Presidente Mr. Coolidge la
solidaridad del resto de los paises de America la ratificacion de esa politica,
17 de febrero de 1928.
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