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viernes, 6 de mayo de 2016

UCR de CBA.: "En conmemoracion de la revolucion del 4 de febrero de 1905" (febrero de 1909)

En la historia política de los pueblos, los partidos orgánicos tienen su rol y misión que cumplir como factores activos en la nobilísima labor de conquistar la posible felicidad común en el presente, que es lo que pudiéramos llamar la parte egoísta de la obra de cada generación y preparar el camino para que las generaciones posteriores continúen la lucha en el sentido de alcanzar el máximo grado de perfectibilidad social, por el esfuerzo proporcional y equitativo de cada individuo, venciendo los obstáculos que por lo general, opone la tendencia avasalladora y absorbente de aquellos que por una u otra causa llegan a tener en sus manos medios superiores de dominación. Este concepto que se desprende de la observación de los acontecimientos humanos a través de los siglos, ha determinado la necesidad del regular y constante funcionamiento de partidos de oposición que ejerzan una acción controladora y enérgica, capaces de ir hasta el sacrificio en la defensa de la libertad, de la justicia, y de los derechos individuales y colectivos, siempre que el egoísmo de los gobernantes arrastra a estos a la violación de las leyes y a la desnaturalización de las instituciones para satisfacer apetitos familiares o de círculos, pues cuando los pueblos descuidan la custodia de sus propios intereses, se exponen a soportar las consecuencias de la tiranía y del despotismo, es decir, el imperio de la fuerza bruta sobre los dictados de la sana razón.

El decaimiento del carácter y de la altivez cívica de los argentinos, la timidez conservadora de los partidos tradicionales y su total descomposición determinada por la sensualidad de una época triste en la historia de nuestra patria, nos arrastraron a la tiranía de 1889, tiranía del desquicio y de la impudicia que puso en la picota el nombre de la Republica en el extranjero e hizo ludibrio de todas nuestras instituciones; pero esa misma tiranía sirvió para prevenir al pueblo de sus errores; lo congrego en un anhelo común de hacer efectiva la soberanía, armo su brazo para poner fin a tanta vergüenza y lo impelió a la revolución para el derrocamiento de la presidencia del doctor Juárez y de la formación del partido radical, que desde aquel momento,- ha sido el baluarte de la causa popular y la pesadilla de las oligarquías que se han sustituido al gobierno de la constitución.

Con la severidad de su intransigencia el partido ha evitado grandes males al país y sus sacrificios en pro de la restauración del gobierno libre aunque no hayan alcanzado el triunfo material le han dado un ascendiente moral que hoy nadie discute y que le coloca en el primer rango entre los partidos que mas se han distinguido por su patriótica situación en la lucha, que día mas, día menos nos hará palpar los inapreciables beneficios de la libertad y de la justicia, suprema aspiración del individuo y de las colectividades humanas.

El día que por cualquier evento, llegara a descartarse de la política del país, el Radicalismo como fuerza de oposición intransigente al régimen feudal que representan las actuales oligarquías, ese día la vida se hará insoportable para las clases obreras, para el pueblo contribuyente, indefenso, cuyo trabajo no será suficiente a satisfacer las exigencias del funcionarismo elevado a la categoría de una casta privilegiada de insaciable voracidad, pero que se contiene en sus apetitos porque tiene' esa fuerza fiscalizadora que observa y esta siempre dispuesta a ejecutar el fallo de la opinión publica.

El partido radical esta de pie, sirviendo de ultimo reducto a la resistencia, firme en sus propósitos, fiel a su programa principista, aprestando sus elementos como lo requieran las circunstancia en las luchas próximas de la democracia y para ello el Comité Central de Córdoba exhorta a sus correligionarios y a todos los ciudadanos que simpaticen con la causa, a concurrir a los actos cívicos que se iniciaran el domingo con la conmemoración de la gloriosa jornada del 4 de febrero de 1905, en homenaje a los valerosos compañeros caídos al pie de la inmaculada bandera del Parque y en cumplimiento del testamento político del gran patriarca de la democracia argentina.















Fuente: Manifiesto en conmemoracion del 4° aniversario de la Revolucion Radical de 1905 por el Comite Central de la Unión Cívica Radical de Córdoba, febrero de 1909.


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