Personalmente tengo gran admiración por el heroico esfuerzo
revolucionario que se realiza en Rusia, me explico todas sus violencias y
aparentes exageraciones por las condiciones peculiares de aquel medio
histórico, que así mismo han sido, en cierto sentido superiores a las de
nuestro propio medio señores diputados.
Allí había cruel prepotencia de las clases privilegiadas;
había una población campesina vilmente tratada y había gran corrupción
burocrática; pero, al menos no había un sistema político basado en el voto
falso, porque no existía el derecho legal de voto. En este país, aparte del
correctivo que hayan podido poner las idealidades de un pequeño número de
cabezas y almas escogidas, hemos estado bajo el peso de la mayor corrupción
imaginable, porque era el dominio de una oligarquía basada en el falseamiento y
la corrupción sistemática del voto popular. Y es deplorable ahora que estamos
en un parlamento realmente elegido por el voto popular, aun cuando por un voto
popular inconsciente, pues la gran masa de los ciudadanos argentinos son
incapaces de darlo con eficacia, porque en gran parte son todavía analfabetos y
porque en las campañas electorales no se les enseña nada, sino mentiras, ya que
el método del partido radical gobernante ha consistido en la difamación
sistemática del enemigo, no elevándose por encima de eso en su propaganda ––en
estas condiciones, es deplorable que este parlamento persista en las prácticas
administrativas, impositivas y monetarias del viejo régimen.
Esta cuestión de la clausura de la caja de conversión está
íntimamente vinculada a la política monetaria tradicional de la oligarquía del
voto espurio y falso. No diré del voto inconsciente, porque creo, como he
dicho, que el gobierno actual también es el gobierno del voto inconsciente.
Estamos expuestos en este país a cataclismos sociales tan
graves como el de la Rusia, si la clase gobernante no se da cuenta a tiempo de
algunas verdades que es necesario reconocer y respetar, y las más importantes
de ellas, acaso porque son las más positivas, son las que se refieren a
cuestiones como la que debatimos en este momento. Es necesario darse cuenta de
que la clausura de la caja de conversión importa un verdadero gravamen sobre la
clase trabajadora argentina, que recibe sus salarios en billetes de banco y que
necesita que esos billetes de banco tengan permanentemente todo su poder adquisitivo,
que representen siempre la misma cantidad de oro.
Fuente: Intervención del Dr. Juan B. Justo en la Cámara de Diputados con motivo del mantenimiento del Cierre de la Caja de Conversión por el Gobierno del Dr. Hipólito Yrigoyen, 27 de septiembre de 1920.
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