Las declaraciones formuladas por el Ministro del Interior en
Santiago del Estero* en las que reitera sus conocidos ataques a los partidos
políticos, adquieren en esta ocasión inusitada gravedad. En efecto, cuando
afirma que los partidos políticos tuvieron su oportunidad y no fueron capaces
de detener la marcha del país hacia el caos y que la Argentina no está, ni
estará por muchos años para la discusión del comité porque no lo quiere el
pueblo, ni lo tolerarán las fuerzas armadas, incurre en 4 errores inadmisibles:
PRIMERO: divide a
los argentinos en réprobos y elegidos insistiendo en un esquema en el que se
apoyan los sectores que pretenden instaurar un sistema totalitario permanente y
conspirando contra el objetivo fijado por el Presidente de la Nación de
consolidar la unión nacional, bajo el principio de unidad en la diversidad que
él mismo recuerda.
SEGUNDO: formula
una falsa apreciación histórica. Basta recordar los últimos cuarenta años para
advertir que no han sido tantas ni tan permanentes las oportunidades de los partidos
políticos para ejercer su responsabilidad y que, en todo caso, otros sectores
la han tenido en demasía.
TERCERO: confunde
la tarea política con lo que llama peyorativamente discusiones de comité, por
lo que viene a coincidir con la vieja prédica de los fascistas argentinos.
CUARTO: coloca a
un sector de la ciudadanía muy cerca de una situación límite que lo obligará a
reaccionar para que no se le impute claudicación o falta de dignidad.
Demasiado tenemos los argentinos con nuestros padecimientos,
como para que empecemos a buscar culpables. Digamos sin soberbia que todos
tenemos nuestra cuota de responsabilidad y trabajemos para definir entre todos
el futuro que queremos.
* Alude a manifestaciones del general Harguindeguy el 20 de
julio de 1977.
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