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domingo, 9 de febrero de 2014

Ernesto Sammartino: "A los radicales nos separa la ambición de un hombre (Frondizi)" (16 de febrero de 1957)

En un discurso radial que pronunció el sábado pasado un presunto candidato a presidente, recordó una expresión mía, pronunciada en la  Cámara de Diputados de la Nación, para adulterar su sentido y enrolarme en la legión dantesca de los enemigos del pueblo.

Dijo el orador aludido que lo que para nosotros era el gauchaje, la chusma, el aluvión zoológico, la gleba electoral, era para él el pueblo argentino. Cuando hablé del aluvión zoológico me estaba refiriendo a ese sector del pueblo argentino que trajo a estas bancas a los señores diputados. Cuando hable del aluvión me estaba refiriendo a ese sector que engañado, a esa turba engañada con procedimientos demagógicos que se sumo al pueblo argentino para ese pronunciamiento. De nada valió la espontánea explicación. La incidencia dio a lugar a la designación de una comisión especial destinada a enjuiciarme.

Era la segunda vez que era objeto de esa honrosa medida, la tercera fue la vencida.
Me expulsaron del Parlamento.

Simultáneamente con mi enjuiciamiento parlamentario, se inicio una campaña de difamación que denuncie en el recinto en los términos siguientes:

“En carteles murales hechos en una imprenta oficial, en camiones con altoparlantes, en sendos comunicados de los actuales dirigentes oficialistas de la Confederación General del Trabajo y del Sindicato de la Alimentación, etc.  Se ha realizado una predica de odio y de exterminio. La mentira táctica totalitaria intento erigirme en blanco directo, encendiendo como el santo oficio, los leños de su hoguera alrededor de mi nombre”

Ante esta arremetida parlamentaria y ante esa campaña fomentada desde la alcoba del prófugo, convertida en despacho presidencial, el bloque radical, en el que el orador del sábado último ejercía la vicepresidencia, dio por unanimidad una declaración que voy a leer con intima violencia, por su tono laudatorio, pero obligado a hacerlo para exhibir la impostura de mi gratuito detractor de hoy.
Decía ese comunicado:

Una frase aislada pronunciada en un momento de la discusión, se utiliza, deformando su sentido, contra el diputado Sammartino, como cabeza de su proceso y elemento de difamación. Nosotros, que nos honramos con su colaboración, oponemos a la propaganda calumniosa y malevolente, la vida y la obra de Ernesto Sammartino. En una larga militancia política en un mismo partido, ha luchado y padecido por el pueblo argentino. En su brillante carrera política y parlamentaria fue defensor del patrimonio argentino, voz acusadora contra los negociados y critico implacable del soborno y del fraude”

Claro que no se suicidará como Alem o como De la Torre el que no protagoniza como ellos, en militancia de apostolado, el drama del país, porque ha escogido el papel de la farsa demagógica y de la adulación de la turbamulta. Lo que es verdadero revelación es eso de que pretenda suceder a Alem e Yrigoyen, maestros del renunciamiento y del desinterés, un maestro del fraude interno y de la ambición sin frenos morales y sin escrúpulos, como Frondizi.


A los radicales no nos separa un programa y en muchos casos, ni siquiera una conducta, nos separa la ambición de un hombre cuya defección vemos con angustia personal y con profunda inquietud argentina. En esta lucha titánica por la recuperación del régimen constitucional y civil y de las libertades publicas, por la liberación económica y social del pueblo, por la afirmación de la universidad, de la reforma y de la escuela sarmientina, por la defensa de nuestras riquezas fundamentales, por la abolición del feudalismo agrario, por la extirpación de todas las influencias imperialistas, debilitar con un cisma la herramienta segura de una transformación, que es la UCR, es traicionar la causa suprema de la República.


Estamos asediados por peligros inminentes. La conspiración de las fuerzas regresivas no descansa un solo instante e este lento amanecer del país. Solamente la unión de la ciudadanía libre, que no es el pacto de los partidos, ni la resurrección de la política del acuerdo, ni el “bill” de indemnidad a los delincuentes, ni la amnistía de los ladrones públicos y de los verdugos del pueblo, solamente la unión del radicalismo repito, puede conjurar la crisis política que se avecina empujada por la crisis económica y por una profunda subversión de la conciencia moral de muchos hombres responsables de los destinos de la Nación.

Vivimos una revolución política pero también una revolución económica y social. Los que no lo comprendan están irremediablemente perdidos, ya desempeñen funciones de gobierno o tareas cívicas partidarias. Queremos ayudar al gobierno, sin abdicar nuestra independencia y nuestra autonomía, pero queremos que el gobierno, escuchando nuestros reclamos y resolviendo estos problemas urgentes, ayude a la ciudadanía democrática a defender la libertad que reconquisto con tantos dolores y sacrificios. Solamente así evitaremos que un nuevo régimen totalitario nos hunda en las sombras del vasallaje y en la barbarie del Estado providencial.Queremos un gobierno civil y constitucional en el mas breve plazo posible, lo que no significa que lo queremos a expensas de la libertad reconquistada, pero no queremos el gobierno de un civil semejante al militar que derrocamos, ni queremos un gobierno constitucional, que como aquel de Prusia del que hablaba un historiador, se acostumbre a gobernar con la Constitución contra la Constitución.




























Fuente: Alocución radial del Dr. Ernesto Sammartino en Radio Splendid, el 16 de febrero de 1957, contestando palabras de Arturo Frondizi, quien osó compararse con Yrigoyen y Alem.



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