Sr. Presidente (Campora).
— En consideración la moción de orden presentada por el señor diputado por la
Capital, de que la Honorable Cámara se constituya en comisión para el
tratamiento del proyecto de ley sobre represión de la propaganda antiargentina
realizada desde el exterior,
Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.
Sr. Frondizi. —
La Cámara asistió ayer al espectáculo realmente extraordinario de que se
postergara la consideración de asuntos fundamentales para tratar una orden del día
por la cual se resuelve declarar el mes justicialista y levantar un monumento
al presidente de la Republica, o mejor dicho, al jefe del Partido Peronista.
Sr. Visca. — A la
nueva Argentina.
Sr. Presidente
(Campora). — No interrumpa el señor diputado por Buenos Aires al orador que
esta en el uso de la palabra.
Sr. Frondizi. —
El señor diputado Lopez Serrot fijo con claridad la posición del bloque - de la
Unión Cívica Radical y denuncio lo que eso significa en este momento del país,
en que el pueblo espera angustiado que se le resuelvan problemas fundamentales
de su vida política, económica, social y cultural; que espera angustiado que se
restablezca la seguridad para la vida y el honor de los habitantes de la
Republica.
Pudo decir con verdad el señor diputado Lopez Serrot, que
nosotros, minoría en la Cámara de Diputados, representamos al Parlamento de la
democracia de la Republica, mientras acuso a los diputados de la mayoría de
representar la Cámara de Perón.
Sr. Visca. — El
24 de febrero no fue así, señor diputado.
Sr. Frondizi. —
Ahora asistimos a otro hecho más extraordinario. Se posterga la consideración
de ese asunto para sancionar una nueva ley represiva dirigida contra los que no
son peronistas. Este Parlamento será seguramente consagrado en la historia como
el que ha dictado más leyes represivas de las libertades y de los derechos de
todos los habitantes de la Argentina.
A nosotros no se nos oculta el significado de la ley que se
pretende sancionar por parte de la mayoría peronista. Desde hace tiempo asistimos
a un espectáculo realmente degradante: toda la prensa del oficialismo, que es
casi toda la prensa del país, salvo alguna excepción, esta dedicada a la persecución,
a la implacable persecución contra el honor de habitantes del país y de
argentinos que viven en el exterior, sin posibilidad de defensa alguna de ese
honor injustamente atacado.
Ahora se trata de un proyecto por el cual se pretende
castigar a los que en el exterior sostengan esta o aquella idea. Con el se pretende
defender la soberanía del país del ataque de algún argentino que resida en el
exterior no por propia decisión, sino porque ha tenido que dejar el país porque
su atmosfera era irrespirable.
Sr. Vischi. — Por
cobardes...
—Hablan varios señores diputados a la vez, y suena la campana.
Sr. Frondizi. —
Cobardes no son los hombres que como Sammartino, como Rodríguez Araya y como
Cattaneo han dejado el país por decisión de este bloque y del propio partido,
ya que nos hemos convencido que no podían seguir viviendo en la Republica para
que no les pasara lo que al estudiante Bravo o a esos muertos de Florida.
—Hablan varios señores diputados a la vez, y suena la campana.
Sr. Frondizi. —
Cobardes son los que se ponen el servicio del despotismo y de la dictadura;
cobardes son los que gritan al amparo de la fuerza, los que injurian al amparo de
ella y no permiten la defensa de esos hombres injuriados, no permiten que
demuestren la falsedad de las imputaciones.
No se trata de proteger al país de la acción extranjera realizada
por argentinos o por extranjeros. Nosotros seriamos los primeros que defenderíamos
la dignidad y la soberanía del país. Jamás toleraremos la intromisión de fuerzas
extrañas para la solución de los problemas argentinos.
El proyecto de ley no tiene ese propósito. Los argentinos
exilados no están atacando a la Nación, ni al pueblo: están atacando al
despotismo peronista que soportamos.
Tal es la verdad argentina de esta hora. Todos los días...
—Varios señores diputados hablan simultáneamente, y suena la campana.
Sr. Frondizi. —
Todos los días, desde hace años, señor presidente, se nos acusa desde los
diarios y las cadenas de radiotelefonía, de ser nosotros traidores a la patria,
de ser asesinos, de ser vendepatrias y de ser ladrones. Pero ocurre que
nosotros podemos venir a la Honorable Cámara de Diputados y podemos ir a
cualquier rincón de la Republica a mostrar nuestras vidas y nuestras manos no
manchadas por ningún crimen. Desearía que todos los hombres del oficialismo
hicieran lo mismo: que levantaran las manos, que abrieran sus casas, como abrimos
las nuestras, para que entre la investigación de la policía o del gobierno para
demostrar quienes son los ladrones públicos, quienes son los vendepatrias,
quienes son los traidores y quienes son los asesinos. (Aplausos.)
Sr. Presidente
(Campora). — La Presidencia invita al señor diputado por la Capital a ceñirse
en su exposición a la consideración de la moción formulada.
Sr. Frondizi. —
Lo que la moción del señor presidente del bloque oficialista pretende, es la sanción
por el Parlamento argentino, de una nueva ley represiva, dirigida a intimidar a
los que resisten al peronismo.
Este gobierno no se sacia de perseguir los hombres que vivimos
en la Argentina; este gobierno no se sacia de encarcelar, de quitar los
derechos que tenemos como argentinos y que, como argentinos, los vamos a
defender.
Lo que ahora se pretende para servir a una campaña electoral,
es dictar una ley para perseguir a quienes están fuera del alcance de su garra
totalitaria. Mas con eso no conseguirán doblegar la voluntad argentina de los
hombres del radicalismo que vivimos dentro del país, ni van a doblegar tampoco
la decisión argentina de los hombres que están obligados a vivir en el exilio.
Pese al oficialismo, pese al despotismo, seguimos siendo argentinos los
radicales que vivimos aquí, dentro de las fronteras de la patria y los
radicales que están obligados a vivir en tierras hermanas.
Otros déspotas contemporáneos también quisieron condenar históricamente
a hombres que se vieron obligados a abandonar su patria para defender la libertad,
la democracia y la decencia. Pero el peronismo puede dictar todas las leyes que
quiera, porque históricamente esta derrotado por los exiliados y por los
hombres que luchamos contra el en el país.
—Suena la campana indicadora de que ha vencido el termino de que
dispone el orador para hacer uso de la palabra.
Sr. Frondizi. —
Esa es nuestra palabra de desafío a este despotismo entronizado en el gobierno.
(¡Muy bien! ¡Muy bien!)
Fuente: Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina
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