Nota: "Convención Interamericana para Prevención, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer"
Sr. Presidente (Menem): Tiene la palabra el señor senador por Chaco, bloque radical.
Sr. Presidente (Menem): Tiene la palabra el señor senador por Chaco, bloque radical.
Sr. León: Señor
Presidente: el bloque del radicalismo apoyará la iniciativa con el entusiasmo que
merece este tratado porque entre nuestras tradiciones esta la de prestigiar la
personalidad del genero humano.
El que nos ocupa es un tratado discutido y aprobado en
Brasil, y los Estados que lo suscriben manifiestan su intención de prevenir,
sancionar y erradicar toda forma de violencia contra la mujer.
El tratado se refiere al ámbito de la OEA, que es el ámbito
de América. Diría yo que quienes votaremos esta iniciativa tenemos el deseo de
que este tipo de legislación y de compromisos, dentro del país y fuera de él,
adopte un criterio de universalidad, que es el que reclama –pienso yo— esa
formidable dignidad que expresan las mujeres.
--Se llama para formar quórum.
Sr. León: Recién
le decía a un colega que los derechos humanos en relación con la mujer son los
mejores derechos humanos, porque ella tiene esa majestad formidable de la
maternidad.
El radicalismo sostiene que todo lo que sea violencia –en este
caso contra la mujer—cualquier acción que cause la muerte, daño y sufrimiento –esto
es lo que dice el texto que estamos por aprobar--, cualquier acción contra lo físico
o psíquico en el ámbito publico o privado, contradice la sustancia de la aprobación
que estamos por realizar.
Me voy a alejar un poco del texto porque sobre él se han
explayado muy bien el señor miembro informante y la señora senadora por la
Capital Federal.
El mundo tiene muchos tratados, entre ellos uno formidable
como es la Carta de las Naciones Unidas. Nosotros votamos la ley y le damos
estructura jurídica, pero tengo la sensación de que los gobiernos o los
sectores a los que circunstancialmente les toca dirigir los destinos de los
pueblos todavía no hemos creado las bases necesarias que nos permitan hacer
realidad el objetivo que persigue esta norma.
Se acaba de realizar una formidable reunión de mujeres en Pekín,
donde se juntaron alrededor de cuarenta mil miembros para defender sus
derechos. Llegaron de todo el mundo y la Argentina también tuvo su representación
en esa reunión. Tal vez, parodiando lo que sucedió allí, podríamos decir que no
hay una fórmula única acerca de cómo deben llevar su vida las mujeres. Ello
debe nacer de su elección. Cada mujer tiene derecho a desplegar su propio
potencial, y debemos reconocer que nunca las mujeres alcanzaran su máxima
dignidad hasta tanto sus derechos humanos sean totalmente protegidos. Para
lograr ellos los gobiernos deben asumir su propia responsabilidad. Este es básicamente
el reclamo hecho en esa reunión de Pekín.
No voy a extenderme más porque hay firme conciencia en todos
los sectores políticos que integran el Senado acerca de este aspecto razón por
la cual no se justifican largas exposiciones.
Pero si debo decir que otras organizaciones entre ellas la OIT,
han tratado siempre de dar la igualdad de la mujer como el hombre. Nosotros
establecimos en la Constitución que sean iguales salarios de los hombres y de las
mujeres. No obstante, hay algunas zonas de nuestro país en las que esto no se
respeta. Hay que tomar esta iniciativa como un avance, como la creación de mas
conciencia, como la siembra de la planta de nuestros compromisos y
responsabilidades, para que la mujer pueda formar su familia, cuidar a sus
hijos, custodiar sus amores y a la vez irse acercando a la dignidad que su jerarquía
merece en el escenario de la sociedad de nuestro tiempo.
Podría hablar de lo que dice la convención pero nosotros
debemos tratar de que lo allí se expresa se haga realidad en el marco de
nuestras responsabilidades. Esto que estamos buscando tiene criterio de
universalidad. Pero en América nos duele mucho el presente porque en el marco
de la niñez, también hay una convención sobre sus derechos, no obstante lo cual
observamos por televisión a niños hambrientos y pauperizados, incluso, a veces
que en algunas zonas de América avanza mucho el analfabetismo y la pobreza. Entonces
que sirva esto de convencimiento para que veamos en cada mujer la significación
de una causa muy grande, de tipo universal, como es la de prestigiarla.
En nuestro país avanza la prostitución porque crece la
pobreza. Por lo tanto, junto con esta iniciativa, debemos buscar una mejor
distribución de los ingresos y crear las condiciones para que tengamos una
sociedad mucho más justa, genuinamente libre, sin miedos, con trabajo y con
posibilidades de producir.
En consecuencia en nombre del radicalismo, me adhiero
totalmente al espíritu de este tratado, pero dejo sentado que mi partido piensa
que si no hay una concepción social de la democracia que se emocione frente al
hambre que se torture frente a otras torturas y que puedan apreciar la droga
achica la dignidad de la mujer, este convenio quedara flotando en nuestra
sociedad como una aspiración, ya que no tendrá importancia.
Nosotros queremos la dignidad de la mujer que, por ejemplo,
esta simbolizada en nuestro senado por las mujeres que están sentadas aquí en
representación de los pueblos, que buscan realmente su participación a través
de su propia militancia, que es definitivamente la búsqueda de un camino.
El hombre llegó a la Luna y tiene genio, pero la violencia
avanza. Entonces, como recién decía la señora senadora, si no modificamos
pautas culturales, si cada media hora nuestra televisión de hoy muestra una
violación, un crimen, un apasionamiento o un deterioro de la dignidad de la
mujer, vamos a seguir votando leyes, pero no conseguiremos el objetivo de hacer
de cada mujer una especie de personaje sagrado, porque ella es madre, novia,
cuida hijos y, al fin y al cabo, representa un patrimonio trascendente para
cualquier sociedad.
Con estas palabras dejo sentadas las ideas que queremos los radicales
y señalo que un proyecto similar al que hoy envía para su aprobación el PEN fue
presentado oportunamente por el ex senador Solari Yrigoyen miembro de nuestra
bancada.
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