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jueves, 8 de agosto de 2013

Luis Brasesco: "Debate de Defensa del Orden Democrático" (30 de mayo de 1984)

Sr. Presidente (Araujo). — Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos.

Sr. Brasesco. — Señor presidente: diré pocas palabras al finalizar este debate acerca del proyecto de protección del orden constitucional y la vida democrática. Pero se hace necesario hacer algunas pequeñas reflexiones sobre ciertos y determinados aconteceres que a lo largo del debate y de las exposiciones han quedado flotando en el ambiente.

No cabe duda de que comenzamos el periodo de consolidación de la Constitución. No cabe duda de que hemos transitado un largo periodo desde; 1853 hasta la fecha, durante, el cual la  Constitución ha sufrido distintas alternativas. Los argentinos de distintas corrientes políticas  se han enfrentado no solamente para defender la Constitución sino también para modificarla, para sancionar nuevas constituciones, para reformar nuestro régimen jurídico. Hemos tenido en este largo periodo la Constitución de 1949 —que en este momento no rige—, y ahora ha sido reconocida por todos los hombres políticos argentinos y el pueblo la plena vigencia de la Constitución de 1853, Muchas de las cosas negativas que tenemos ahora han sido producto de la violación de la Constitución o del enfrentamiento entre los hombres.

Ha comenzado un periodo nuevo en la Argentina aunque nos cueste reconocerlo a nosotros, que somos los protagonistas de la hora de la historia. Nos vamos a encontrar en la contradicción de lo que hemos hecho en nuestra vida política y de lo que tenemos que hacer de ahora en adelante, Cada uno tendrá la cuota de su arrepentimiento, si es que tiene que arrepentirse, Pero cada uno de nosotros tendría la gran dosis de honorabilidad política en haber sido consecuente si hemos sido sinceros, hermanados en esta lucha para mejorar el derecho,, la vida y el estilo democrático de nuestro pueblo.

Acá estamos sentados hombres de distintas ideologías, pero estoy seguro —porque si no seriamos unos farsantes ante la historia y ante el propio juramento que un día nos tomaron en nombre de nuestro Dios y de nuestra Constitución—, que nadie quiere un nuevo golpe de Estado en el país; estoy seguro de que nadie quiere que esta Constitución que hoy estamos defendiendo sea violada. 

Pero es necesario también crear las normas de un derecho penal liberal basado en; la teoría del tipo para preservar, de aquí en adelante, ese orden constitucional.

Podrá haber venido el proyecto del Poder Ejecutivo con errores, podrá haber sido desprolija la redacción. Yo bendigo las desprolijidades en el derecho cuando ellas hacen que los legisladores ahonden en el estudio para perfeccionar la ley en defensa de una convivencia nacional y de una Constitución que todos hemos jurado defender.

De manera, entonces, que sobre las desprolijidades del derecho, sobre esa andanada que la prensa esta enviando a este Congreso hablando de sanciones dictatoriales, sobre lo que dicen algunos, que callaron cuando se violaba la ley y la Constitución, nosotros —con la humildad de los albañiles del derecho, no de los teóricos ni de los pontífices del derecho—, de aquellos que con sus manos y con sus defectos quieren hacer una cosa honorable en el país, vamos a sancionar esta ley.

Sabemos que esta ley no viene a resolver el problema social; sabemos que esta ley no viene a resolver el problema laboral del país; sabemos que esta ley no viene a resolver el problema de una democracia social y de un desarrollo económico del país; todos lo sabemos. Sabemos que la democracia es un estilo de vida, y ese estilo de vida también se proyecta al campo social y al campo laboral. Sabemos que tenemos que  sancionar las normas necesarias para que se logre una economía de producción. 

Sabemos que tenemos que hacer la gran concertación social y económica en el país entre todos los hombres que pensamos igual en el fin y que tenemos discrepancias políticas para llegar a ese poder y a esa finalidad y que, por eso, estamos encasillados en distintos partidos políticos. Pero también sabemos que tenemos que elaborar, por lo menos, el texto ético y moral contra el golpe de Estado,

Es necesario que este pueblo pueda trabajar para resolver sus problemas. La historia y; la vida enseñan que únicamente en democracia se resuelven los problemas sociales y económicos. 

Defendiendo al hombre, defendemos la Constitución y la continuidad del poder democrático en el país, aunque mas no sea ese poder formal, que consiste en que el hombre vaya a votar para elegir quien manda o quién gobierna en el país.

Hablamos de cosas que pueden asustar a algún jurista, aunque de juristas han estado llenos los gobiernos de facto, Con los juristas han sido infectados los textos del derecho penal. En las leyes que estamos derogando, en las normas de facto o en las creaciones jurídicas que pudieron haberse materializado en esos gobiernos no elegidos por el pueblo, siempre estuvo la mano de un profesor de la ciencia jurídica, de un abogado, de un hombre de derecho, para trampearle al pueblo, a la democracia y a la verdad. Sin embargo, estos hombres de derecho de quienes hablaba y muchos otros tuvieron enemigos y adversarios: los hombres de derecho que se quedaron en la calle con el pueblo,.sufriendo las contingencias y defendiendo a los presos y las propiedades avasallados; y estos últimos actúan ahora con sentido nacional en la reconstrucción de la. Republica.

Tenemos que crear hoy el miedo, el miedo democrático al golpe de Estado, que pondrá de manifestó la vocación sincera de los hombres del pueblo, del gobierno o del llano, de, seguir con la continuidad democrática, a través de gobiernos elegidos por el pueblo, sean de cualquier cuno o partido político.

Estas leyes, señor presidente, que pueden ser calificadas de formales, son las que constituyen los grandes instrumentos que nos han de orientar. Anoche, un esclarecido hombre del civismo argentino, 
Barrios Arrechea, decía que todos los proyectos nacionales han estado fracasando en nuestro país. Le hicieron fracasar el suyo a Yrigoyen; lo mismo pasó con Perón, y únicamente ha pretendido triunfar en nuestro país el proyecto de la dependencia. Los hombres del pueblo, radicales, peronistas o de los partidos populares provinciales, siempre hemos sido atacados por las fuerzas oscuras de la regresión en el golpe de Estado, frustrándose las grandes realizaciones de las mayorías argentinas,

Por eso, señor presidente, esta ley va más allá. Pretende ser más que una expresión jurídica. Aunque siempre respetarnos el derecho, es una expresión política de una aspiración concreta de un pueblo frustrado mil veces, que mil veces se ha levantado sobre las astillas y las roturas del edificio constitucional para volver a edificar- Jo. Estamos despejando el camino para reconstruir la democracia argentina. Estamos sacando las piedras de ese camino para poder construir el gran edificio del derecho democrático.

He querido hacer estas consideraciones en torno a este proyecto que implica la suspensión de la prescripción, en virtud de la cual todos los argentinos en el momento oportuno podremos sancionar ante los tribunales del país, con el debido proceso y las garantías de la defensa, a todos aquellos que hubieran pretendido abusar o hubiesen abusado de una democracia bendita y buena, para tomar el poder y violar la Constitución. De allá que, alborozado, vaya a votar en general y en particular este proyecto de ley. (Muy bien.)

Al mismo tiempo, señor presidente, salvo que haya senadores inscritos en la lista de oradores, considero que esta agotado el tema y formulo moción de orden para pasar a votar.



























Fuente: Honorable Cámara de Senadores de la Nación Argentina.

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