La prensa sostenedora
del acuerdo se ha aprovechado de la actitud serena y moderada de la mayoría del
Comité de la Unión Cívica, para presentarla como un síntoma favorable a ese
plan político.
Lo que no ha sido en
las reuniones de los últimos días más que una condescendencia caballeresca y generosa
para complacer a la minoría y evitar que cumpliese su amenaza de desertar del Comité;
se ha tornado como una concesión a las ideas y a los propósitos del acuerdo. Estas
interpretaciones mal intencionadas y desprovistas por si solas de autoridad
para hacer camino entre el pueblo que conoce la firmeza de principios con que
procede la mayoría radical de la Unión Cívica, han venido a ser robustecidas
con la ayuda que les presta el doctor Bonifacio Lastra en un reportaje
publicado por El Nacional de ayer.
El doctor Lastra no
tiene empacho en afirmar que todas las resistencias serán vencidas, por la conversión
al acuerdismo de los radicales mas conspicuos, y espera que tal conversión se producirá
en masa entrando en ella hasta el doctor Alem, a quien acompaña hoy "un
numero reducido de miembros del comité”.
Como estas
afirmaciones, de que se hace eco la Nación de hoy trascribiendo el reportaje a
sus columnas, importan un cargo poco menos que de inconciencia para la mayoría
radical, a quien se hace tan fácilmente cambiar de rumbo y hasta un ultraje a
la decencia personal de los individuos que han comprometido solemnemente su
palabra vinculándose y acercándose recíprocamente para sostener a la Unión Cívica
en su integridad o en su pureza primitivas, hemos creído la mejor manera de aclarar
las brumas de la situación dirigiéndonos al doctor Alem solicitando respuesta
para varias- cuestiones fundamentales.
Ha tenido la
deferencia de acceder a nuestro pedido y consignamos a continuación el
resultado de la entrevista.
Redactor: ¿Tiene
usted conocimiento del reportaje de El Nacional al doctor Bonifacio Lastra?
Dr. Alem: Lo he leído recién esta mañana. Anoche estuve con
el doctor Lastra, ignorando todavía la existencia del reportaje.
Me causa profunda extrañeza, y no me explico como el doctor
Lastra afirma respecto de mi actitud cosas que le consta positivamente que son
inexactas.
Si sabe bien como entiendo yo la cuestión del acuerdo y que
creo que por consecuencia principista que no se hacen pactos electorales con
los gobiernos, aunque se ofrezca en cambio la presidencia de la República.
Él sabe también la opinión que tengo respecto de la
moralidad de un acuerdo político nacido de un abrazo con un ministro y cuya primera
consecuencia fue la renovación de las practicas incondicionales por un desfile
de gobernadores, ministros y jefes de línea que se apresuraron a ofrecerse en
apoyo y prepararle el triunfo.
Esto era pactar con que nos llevo al Parque.
Además, también el doctor Lastra sabe que inmediatamente de
tener conocimiento del paso dado por el general Mitre, me apresure a referirle
a este ultimo la situación espantosa de las provincias, diciéndole que en mi opinión
dificultaba radicalmente el acuerdo, pues no puede suprimirse la lucha donde
continua imperando la fuerza.
El general Mitre estuvo de acuerdo conmigo —hasta hoy me manifiesta
estarlo— y cuando los delegados de las provincias que habían venido a saludarlo
en su llegada fueron en corporación a despedirse, empeño la palabra de ponerse
a la obra de mejorar la situación interior de la Republica y les declaro:
"que podían decir a los comités de sus provincias que mientras hubiera una
garantía suprimida o una libertad conculcada iríamos a la lucha en defensa do
los principios, porque los principios deben salvarse siempre".
En mi sentir estamos todavía en, esta situación y hay muchas
garantías conculcadas que cierran el paso a acuerdos impracticables.
También el doctor Lastra debe recordar mis categóricas respuestas
cuando el y el mismo general Mitre me han hecho instancias para que acepte el
acuerdo. Con tales antecedentes vuelvo a repetir: me causa extrañeza que el
doctor Lastra haya lanzado esas afirmaciones que yo no hubiera nunca pasado en
silencio y que hubiera rectificado en cualquier forma si no se hubiera
presentado la oportunidad de hacerlo en la que usted me proporciona.
Mi actitud es bien conocida y si el doctor Lastra cree que cuestión
de patriotismo ceder yo creo por mi parte que es cuestión de patriotismo no
arrojar a la atmosfera que van a respirar las generaciones nuevas, gérmenes de
impureza exhibiéndoles una tras otra claudicaciones y claudicaciones.
Redactor: ¿Que opina
usted doctor, de la composición del Comité?
Dr. Alem: La mayoría anti-acuerdista es bien pronunciada y quiero
a este respecto hacer una observación que conceptúo digna de tenerse en cuenta.
Esa mayoría no representa solo la opinión individual de los
que la forman, sino que es un fiel reflejo del pueblo de las provincias que representan.
Tucumán, Salta, Santa Fe, Córdoba, Catamarca, Entre Ríos, Mendoza, La Rioja,
Santiago del Estero y San Luis, son genuinamente radicales, y sus delegados en
si Comité Nacional tienen la satisfacción muy legitima de ser los interpretes
del sentimiento de sus pueblos en la actitud que han asumido.
No hay una provincia, con tendencia acuerdista que tenga delegados
radicales, mas bien podría decirse algo de lo contrario. Los que apoyan, pues,
su infalibilidad individual, despreciando a un radicalismo a que llaman
intemperancia porque les conviene llamarlo así debían fijarse quienes son los
representantes mas genuinos y la expresión mas fiel del sentimiento de sus
mandantes.
Redactor: El doctor
Lastra dice que en el caso improbable de que usted resista al acuerdo, solo será
acompañado por unos pocos.
Dr. Alem: Dice mal. Las dos sesiones que han tenido lugar
deben haberle probado la minoría en que se encuentran.
La igualdad de representación en la comisión ha sido concedida
por los radicales —que no son tales radicales sino cívicos tal como se entendía
esta palabra en sus primeros tiempos— y no ganada por ellos, lo mismo que los
nombres de la Comisión fueron votados por todos casi por unanimidad.
Redactor: ¿Que opina
de la aseveración respecto de la actitud de los doctores del Valle, Demaria,
Cullen, Ferreyra Cortes y Estrada?
Dr. Alem: Que es inexacta.
El doctor Lastra tal vez se ilusione por la facilidad como
que han sido atendidas sus primeras solicitaciones; pero olvida que no ha
estado en cuestión nada fundamental.
Redactor: ¿Que opina
usted, doctor Alem, de la insinuación que se apercibe en La Nación de hoy y que
corresponde a un rumor que circulo durante la sesión del Comité y que es que la
minoría hubiera roto con la Unión Cívica si no se accede a lo que pedía?
Dr. Alem: Eso le viene a demostrar quienes son los intransigentes.
Yo no entiendo bien las consecuencias de tal actitud, pues
como usted lo habrá notado, La Nación dice que tal desmembramiento no obstaculizaría
el acuerdo. En este caso tendría que realizarse solo con la minoría, lo que importaría
por parte de ella y del general Mitre, colocarse fuera del programa de nuestro
partido.
Tal ha sido nuestra entrevista con el doctor Alem.
Fuente: Leandro Alem "Mensaje y Destino" Tomo VII, Editorial Raigal, 1955.
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