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lunes, 19 de noviembre de 2012

Raúl Alfonsín: "Debate sobre la ley del Salario mínimo vital y móvil" (30 de junio de 1964)


Sr. Presidente (Del Pero). — Tiene la palabra el señor diputado Alfonsín.
Sr. Alfonsín. — Señor presidente: dispongo de muy pocos minutos, de manera que voy a dejar de lado toda posibilidad de construir un discurso para entrar de lleno a contestar algunas afirmaciones que se efectuaron en el recinto y que no pueden quedar sin respuesta por parte de nuestra bancada.
Ayer ha oído la Cámara la lectura del dictamen sobre este problema de la UCRI Frentista y también escuchamos las afirmaciones del señor diputado Marsico en el sentido de que el mismo significaba un aporte serio y responsable a la labor legislativa. Para no quebrar lo que debe ser una norma de cordialidad en la Cámara, corresponde que nosotros señalemos simplemente al respecto que de ninguna manera coincidimos con la calificación efectuada por el señor diputado Marsico.
Bastaría quizá señalar muy brevemente algunas de las postulaciones del proyecto para darnos cuenta cabal de la enormidad y de la insensatez que ellas significan. Propone, por ejemplo, que se suspenda la aplicación del artículo 49 de la carta orgánica del Banco Central. Ello significaría que el Poder Ejecutivo no pudiera realizar las entregas de fondos necesarias a las cajas de jubilaciones, como lo ha hecho a través de esta modificación de la carta orgánica del banco y en cantidad aproximada a los 12.000 millones de pesos. Supone también cesar con el auxilio y la ayuda a las provincias, comprometidas por una cantidad de 13.000 millones de pesos. Supone, por ejemplo, la paralización de las obras de Agua y Energía Eléctrica de la Nación, comprometidas por 7.000 millones de pesos. Supone evitar seguir entregando fondos a EFEA, lo que se ha hecho hasta la fecha por 18.000 millones de pesos.
Vale decir, que esa suspensión de la aplicación del articulo 49 de la carta orgánica del Banco Central lisa y llanamente significaría no solo  la paralización del país, sino quizá su postración definitiva.
Propone también el dictamen de la UCRI Frentista una moratoria general del sector industrial. Esto equivaldría a dejar, indudablemente, sin recursos al erario publico. Todos sabemos —y conviene que se recuerde en este momento— que en los 25.000 millones de pesos que aproximadamente se recaudan al año en concepto de impuesto a los réditos, la actividad agropecuaria, en una estimación que puede no ser perfectamente ajustada pero quo tiene todos los visos de cierta, llega escasamente a los mil millones de pesos, de modo que son de importancia fundamental los recursos de la industria. Por otra parte sabemos que de los 26000 millones de pesos que se recaudan por los impuestos a las ventas, el sector agropecuario no aporta cifra alguna fundamental. Quedaría entonces el Poder Ejecutivo sin posibilidades de afrontar no solo las obras necesarias para el desarrollo del país, no solo aquellos servicios sociales como las jubilaciones y pensiones, sino también, si se aplicara estrictamente el programa que nos presenta la UCRI Frentista, los fines esenciales del Estado.
Llama la atención que se pretenda sostener en este recinto por el sector mencionado que el Poder Ejecutivo —como ha dicho el señor diputado Marsico— no ha sido fiel interprete de los reclamos de los trabajadores y que por eso se justifica el plan de lucha. Llama la atención, porque si este fuera el sincero y real pensamiento de esa bancada, nosotros tendríamos que sostener que en la época en que los sueldos se pagaban con bonos, en que el aguinaldo se pagaba en diez cuotas, en que se producían despidos en masa, en que los sueldos se abonaban con un extraordinario atraso, todo plan de lucha tendría que haber terminado, para ser consecuente con el criterio de esa bancada, con un incendio general del país. (¡Muy bien! ¡Muy bien! Aplausos.)
Hay también en las palabras del señor diputado Marsico una acusación al gobierno de inoperancia o de incapacidad. Cabe señalar, señor presidente, que esta es una vieja argucia que venimos sufriendo los pueblos latinoamericanos. Cada vez que en uno de nuestros países asume el poder un gobierno con un sentido auténticamente popular, los intereses; de la reacción se levantan para acusarlo de inoperancia o de incapacidad. (Aplausos). Pero allí esta la obra realizada por el gobierno en muy corto plazo. Por supuesto que aceptamos que se hayan podido cometer errores; por supuesto que no nos creemos los depositarios de la verdad absoluta; por supuesto que sabemos perfectamente que los problemas con los que nos encontramos son muy grandes. Pero estamos convencidos, y debe estarlo también la Honorable Cámara, de que este es un gobierno sin claudicaciones, que por todos los medios ha de cumplir sus compromisos con el pueblo.
Ofrecimos al país un plan de siete puntos y toda la tarea fundamental está destinada a su cumplimiento. Allí esta el problema del petróleo, el de SEGBA, el del Fondo Monetario Internacional, el de los derechos obreros, el de la legislación represiva, el de la no intromisión en la vida gremial del país. Cada uno de estos tópicos ha sido estudiado, manejado y resuelto en la forma en que el gobierno lo había prometido al pueblo antes de las elecciones del 7 de julio. (¡Muy bien! ¡Muy bien!) No queremos que jamás se pueda levantar en el país una voz que pueda acusar al gobierno de una claudicación. Admitimos todo lo que se quiera decir respecto a la imperfección en las soluciones, respecto a los errores que se puedan cometer, pero la fuerza moral que tiene este gobierno es necesaria no solo para el, sino para el pueblo argentino que debe apuntalar la democracia.
Sr. Rodríguez del Rebollar. — En esto estamos, señor diputado; no niegue la realidad.
Sr. Pugliese. — Nos alegramos que estén ahora en eso.
Sr. Rodríguez del Rebollar. — Lo estuvimos siempre.
Sr. Alfonsín. — Desde esa bancada se esta sosteniendo la justificación del plan de lucha, al que se han referido diversos oradores en este recinto. No es necesario que el radicalismo diga su palabra de respeto a la lucha do los trabajadores. Ello esta consustanciado con sus ideales y con su programa.
Pero es necesario decir, a este respecto, algunas cosas. ¿Es que no se percibe que existe la intención de invertir una tendencia que llevaba a este país a abismos de incomprensión? ¿Es que no se percibe la voluntad puesta de manifiesto en la solución de todos los problemas por el Poder Ejecutivo de la Nación y por el Congreso Nacional? ¿Es que no se percibe la intención de pacificar, el deseo de terminar para siempre con absurdas divisiones del pueblo argentino? ¿Es que no nos damos cuenta que volvemos a un absurdo replanteo y que tratan de dividir al país entre peronismo y antiperonismo? ¿Es que no se advierte que en este momento el gobierno de la Nación esta afrontando luchas duras contra sectores muy diversos que se ven afectados en sus privilegios, y que reclaman entonces el apoyo de las bases populares para que pongan de manifiesto la necesidad de que este país se maneje de manera distinta a como ha sido manejado hasta ahora? ¿Es que no nos damos cuenta de que todos debemos aportar nuestro grano de arena a la solución de los graves problemas que padece el país? ¿Acaso no pensamos que hay también oportunidades en que debemos recordar actitudes anteriores para formarnos una impresión cabal del problema?
Yo veo los numerosos afiches de la CGT reclamando adhesiones al plan de lucha, y recuerdo otros afiches de otras épocas, con las firmas de algunos de esos dirigentes, que reclamaban también que se sacara el petróleo aunque sea dando concesiones, a través de la llamada CGT autentica.
Aquí existe una voluntad de salir, y el radicalismo esta convencido de que vamos a salir. Somos optimistas, extraordinariamente optimistas, porque sabemos que contamos con un pueblo maravilloso, sin graves problemas, porque todos han de ser superados; y sabemos que contamos con una fuerza moral en la que estamos acompañados por la mayoría de los partidos políticos argentinos. Es claro que contra esto se puede tratar de luchar de muy diversas maneras, incluso a través de la táctica de la bancada de la UCRI Frentista, que para no demostrar claramente su oposición al sistema del salario vital móvil...
Sr. Ferreira. — Esta equivocado, señor diputado.
Sr. Alfonsín. —... no hacen otra cosa que buscar, por el atajo de un ataque despiadado, de encubrir la verdad de sus ciertas intenciones.
Sr. Ferreira. — Aclare cuales: son las intenciones a que alude.
Sr. Alfonsín. — Las intenciones y todo, señor diputado. Lo que se traduce de la actitud de los señores diputados, no solamente en el tratamiento del asunto que consideramos, sino a través de todos los debates de la Cámara, es la intención de obstruir y perturbar la obra de gobierno.
Sr. Ferreira. — Nunca hemos obstruido; hemos dado nuestra opinión.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Presidente (Del Pero). — Continúe en el uso de la palabra el señor diputado Alfonsín.
Sr. Alfonsín.— También en el día de ayer se hizo referencia, por el señor diputado Sandler, a la inconveniencia de producir, juntamente con el aumento de los salarios, resoluciones, como la que se incluye entre las cláusulas transitorias, que permitan la congelación del precio de determinados artículos.
Quiero señalar, muy ligeramente, porque observo que esta por expirar el termino que me corresponde para hacer uso de la palabra, que inclusive durante el gobierno del general Aramburu, en el año 1956 o 1957, se produjo un aumento de sueldos y por una resolución numero 191 de la Secretaria de Comercio se estableció para todos los artículos, la congelación do los precios, el margen de utilidades y los precios máximos.
Dijo también el señor diputado Sandler que el señor ministro de Economía había sostenido que los salarios integran más o menos un veinte por ciento del costo de los productos. No es exacto. Lo que el señor ministro de Economía sostuvo es quo el precio de venta al publico de los productos incluye un veinte por ciento, mas o menos, del valor agregado en concepto de salarios; y considerando que el plan propuesto significa mas o menos un 10 por ciento, ese traslado al precio de venta al publico reportara un aumento del dos por ciento.
Sostuvo también el señor diputado Sandler que se hizo una emisión, a raíz de la modificación de la carta orgánica del Banco Central, de 75 mil millones do pesos. No es exacto tampoco; son solamente 40 mil millones de pesos.
El señor diputado Sandler se pronuncio ayer en la Cámara de manera que considero —con toda cordialidad— exagerada. Luego a sostener que el señor ministro de Economía debía despertarse todos los días para hacer una economía de 500 millones en el presupuesto, lo que al cabo de un año equivaldrá a unos 180 mil millones.
Con respecto al aumento de los salarios quiero decir que ha existido una incrementación real de los mismos, porque si bien es cierto que el costo de vida aumento desde octubre hasta ahora en un 25 por ciento, esos aumentos están contemplados en la mayor proporción, en los distintos convenios de manera que los trabajadores han aumentado ligeramente su capacidad adquisitiva.
Por otra parte, también es cierto que la desocupación ha disminuido en un 14,8 por ciento y que con respecto al pago de los servicios del capital, después de muchos años, se han conseguido pagar importantes cantidades, y se han logrado aumentar las reservas del Banco Central.
Para concluir con mi disertación, simplemente quiero decir, con relación a la Dirección de Abastecimiento, que si bien es cierto no se ha realizado una tarea para afuera que demuestre al publico la actividad desarrollada —como los señores diputados habrán podido observar— también es evidente que nos encontrábamos con oficinas desmanteladas y, por otra parte, en el sector privado se había perdido la costumbre del control. Es decir, que la dificultad era doble: no solamente en el sector público sino también en el sector privado, que no comprendía la serie de medidas que se deben tomar. Pero, a pesar de ello, se realizaron estudios sobre los costos de muchos productos como, por ejemplo, el pescado, el azúcar y la harina; se han fijado precios para el pan y la leche; se están haciendo estudios de mercado y se están realizando también estudios definitivos con respecto a la prohibición de la intermediación económica.
Termino sosteniendo que la ley que estamos considerando de ninguna manera ha de traer un perjuicio económico, sino que al beneficio social que, sin duda, va a aportar, nosotros con esta sanción estamos incorporando, además, un real beneficio económico que se traducirá en un aumento de la capacidad adquisitiva del pueblo argentino. (¡Muy bien! ¡Muy bien! Aplausos. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador).























Fuente: Secretaria de Información Parlamentaria - Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.

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