Después del estudio realizado ayer sobre los diversos
proyectos del Poder Ejecutivo en lo que respecta a la colonización, al banco
agrícola, a la Marina Mercante, a la consolidación de la deuda y al que
sucintamente me permití hacer sobre el régimen ferroviario del país, me queda
por estudiar lo mas rápida y concretamente que me sea posible el crédito que
solicita el Poder Ejecutivo para impulsar los trabajos en la región petrolífera
de Comodoro Rivadavia.
Ya en un debate accidental tuve oportunidad de evidenciar mi
criterio con relación a esta trascendental cuestión. Ratificare aquel concepto;
y la acción gubernativa con unos breves datos, que me permitiré someter a la
consideración de la honorable Cámara, terminare mi exposición.
Hace mucho tiempo que en la Republica Argentina se sabe que
existen riquísimos yacimientos de petróleo; pero la preocupación por esta
industria puede decirse que es reciente. Ella data de 1906, en que se descubrió
la zona petrolífera de Comodoro Rivadavia. Un capataz del Ministerio de
Agricultura buscando en las inmediaciones del mar, agua potable, sentida
necesidad de los habitantes del territorio, dio a los 525 metros , con el
descubrimiento del petróleo.
Hay dos conceptos que pueden confundirse a menudo: la
explotación y la exploración del petróleo; son dos cosas distintas, que
conviene estudiar por separado aunque sea brevemente, para llegar a la
conclusión poco consoladora de que ambos conceptos, en lo que respecta a la
exploración como a la explotación, han fracasado en Comodoro Rivadavia.
Lo primero que han debido hacer los gobiernos era una
exploración racional y científica, para estar en condiciones de saber lo que el
país poseía, antes de pasar a explotar los yacimientos y antes de exigir
grandes contribuciones en dinero para impulsar esta industria.
Actualmente, señor Presidente, desde el punto de vista
científico no se sabe en que consiste la riqueza de Comodoro Rivadavia. El
gobierno tiene allí reservadas 5.000 hectáreas , cuyo valor ha sido calculado
en 1.000 millones de pesos, sin contar los subproductos, y solo comprendiendo
el primer horizonte petrolífero, solo en 200 —que son las que abarca la
explotación actual—, se esta en condiciones de asegurar que hay petróleo, Lo
primero que ha debido hacerse en Comodoro Rivadavia ha sido revelar la magnitud
del horizonte petrolífero, es decir, de los horizontes petrolíferos; porque
también se ha cometido el error allí de detenerse en la primera napa
petrolífera, cuando es conteste la opinión, entre los que se dedican a esta
industria, de que las exploraciones deben hacerse hasta alcanzar el ultimo
horizonte petrolífero, para poder entonces estar en condiciones de explotar las
diversas capas u horizontes de petróleo. En las 4.800 hectáreas
restantes se induce, y es lógico, que existe petróleo; pero no se sabe en que
forma, en que cantidad ni de que calidad. Lo primero que ha debido hacerse era
revelar los distintos horizontes petrolíferos, y para eso se exige una
operación elemental. Así como se sabe que para determinar un piano se necesitan
tres puntos, del propio modo, para revelar el horizonte petrolífero se
construyen generalmente en forma triangular tres pozos, y luego se van
aminorando los triángulos hasta que se esta en condiciones de conocer
perfectamente bien el horizonte petrolífero y poder fijar la indicación del
anticlinal.
He de llamar la atención de la Cámara sobre la anomalía de
que en el preciso momento en que el país empieza a explotar yacimientos
petrolíferos, el producto haya subido de 24 pesos la tonelada a 60. Ya se que
se va a argumentar diciendo que eso se debe al encarecimiento del carbón y a la
suba de los fletes, motivada por la guerra europea y a otras muchas con causas
distintas; pero es inadmisible que en estos momentos se venda la tonelada de
petró1eo a 60 pesos, cuando hasta el ano 1916 se vendía a 24. Eso importa
atentar indistintamente contra todas las industrias que procuran radicarse en
el país, y contra las clases consumidoras. ¿Para esto nos ha servido el
petróleo?
La compañía panamericana, a que me he referido, esta
terminando de hacer construir 20 transportes-tanques para conducir petróleo.
Dio este dato su gerente, que debe hacernos meditar: esos transportes, dentro
de pocos meses han de conducir petróleo bruto a la Republica y lo van a vender
al precio de 16 pesos la tonelada; ¿que haremos nosotros con Comodoro
Rivadavia? ¿Seguiríamos produciendo 3.000 toneladas mensuales, para darnos el
lujo de imponer semejante precio a los consumidores? ¿Como competiremos con
este precio, cuando actualmente la tonelada de petróleo crudo, según datos
oficiales de la comisión, cuesta al gobierno 16,75 en Comodoro Rivadavia a lo
cual hay que agregar los gastos de transporte?
El señor diputado Escobar, hace una observación en voz baja.
Dice el señor diputado Escobar; no hacer nada.
Evidentemente, parecería que esa hubiera sido la mira preconcebida que se
hubiera seguido, de no hacer nada, de reducir por inercia la producción de
Comodoro Rivadavia.
Felizmente, señor Presidente, contra todas estas anomalías,
contra todas estas desidias, contra todas estas... no quiero usar un adjetivo
grueso... contra todas estas cosas, llega en hora oportuna, reaccionando, el
proyecto del Poder Ejecutivo, que demanda a la honorable Cámara, fondos para
explorar y para explotar honesta e intensamente la riqueza minera de Comodoro
Rivadavia y también para hacer los trabajos de investigación que han de
decirnos cuál es la riqueza efectiva que tiene en petróleo la Republica.
Es muy conocida la política seguida en todas las naciones del
mundo por los grandes capitalistas, por los grandes trusts cuya mayor
radicación esta en Norte America. Ya lo dije antes y he de repetirlo: ha habido
países que han sido agitados y conturbados, en lo que respecta a su
tranquilidad, a sus fueros y hasta a su soberanía, y cuando se ha ido a buscar
la causa mediata o inmediata de los acontecimientos, han aparecido los
capitales y las intrigas de los trusts.
Debemos, pues, sin falsas alarmas, estar prevenidos y
afirmarnos en el concepto de que la riqueza petrolífera, como todas las
riquezas del país, pertenece antes que a nadie a la Nación misma. Acabamos,
señor Presidente, de culminar una jornada difícil y áspera. Después de treinta
años en que hemos tenido que erguirnos virilmente en las protestas armadas,
hemos conseguido llegar a la legalidad, ancha vía abierta —hay que decirlo como
una eminente justicia— por la piqueta revolucionaria. Esta reparación, señor
Presidente, de orden institucional, que ha de presentar reconciliada y unida a
la familia argentina, tiene una gran trascendencia, porque ella no ha de quedar
circunscripta al texto frío y escuálido de la Constitución; esta reparación
política ha de abarcar todos los ordenes de la vida nacional, se ha de volcar
en eficiencias saludables para todos, en esta patria nuestra de hoy, grande
porque nos ha de mostrar a todos sus hijos elaborando el bien común.
Creo, señor, que el país puede operar económicamente la
misma revolución que se acaba de sellar triunfante en el orden institucional.
Yo creo que el gobierno actual, a pesar de todas las dificultades de población,
a pesar del retraimiento de brazos y de capitales que nos impone la ceguera de
esta guerra, ha de poder iniciar la evolución industrial del país.
Creo, pues, señor, para terminar, que todos estos proyectos
del Poder Ejecutivo, que he analizado y estudiado con la detención que su
importancia reclamaba, evidencian, como lo he dicho, el pensamiento del
gobierno de finanzas, de economía y de rehabilitación de las fuerzas vivas del
país mas completa que se haya presentado a la honorable Cámara. Debemos darle
nuestro voto; llega su momento premioso; debemos desear salir de la era de los
proyectos y de las promesas, para entrar en las amplias avenidas de la
competencia universal, donde, como en todos los ordenes de la vida, triunfan
los mas fuertes y los mas aptos, los que mas trabajan y los que mejor suenan.
He terminado (¡Muy bien! ¡Muy bien!) — Aplausos. Varios
señores diputados felicitan al orador.
Fuente: Hipólito Yrigoyen "Pueblo y Gobierno" Politica Emancipadora Reforma Patrimonial Volumen II Petróleo, Editorial Raigal, 1953. Recopilación hecha por Roberto Etchepareborda y Tito Leoni.
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