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martes, 23 de octubre de 2012

Horacio Oyhanarte: "Defensa del Petroleo" (1916)


Después del estudio realizado ayer sobre los diversos proyectos del Poder Ejecutivo en lo que respecta a la colonización, al banco agrícola, a la Marina Mercante, a la consolidación de la deuda y al que sucintamente me permití hacer sobre el régimen ferroviario del país, me queda por estudiar lo mas rápida y concretamente que me sea posible el crédito que solicita el Poder Ejecutivo para impulsar los trabajos en la región petrolífera de Comodoro Rivadavia.
Ya en un debate accidental tuve oportunidad de evidenciar mi criterio con relación a esta trascendental cuestión. Ratificare aquel concepto; y la acción gubernativa con unos breves datos, que me permitiré someter a la consideración de la honorable Cámara, terminare mi exposición.
Hace mucho tiempo que en la Republica Argentina se sabe que existen riquísimos yacimientos de petróleo; pero la preocupación por esta industria puede decirse que es reciente. Ella data de 1906, en que se descubrió la zona petrolífera de Comodoro Rivadavia. Un capataz del Ministerio de Agricultura buscando en las inmediaciones del mar, agua potable, sentida necesidad de los habitantes del territorio, dio a los 525 metros, con el descubrimiento del petróleo.
Hay dos conceptos que pueden confundirse a menudo: la explotación y la exploración del petróleo; son dos cosas distintas, que conviene estudiar por separado aunque sea brevemente, para llegar a la conclusión poco consoladora de que ambos conceptos, en lo que respecta a la exploración como a la explotación, han fracasado en Comodoro Rivadavia.
Lo primero que han debido hacer los gobiernos era una exploración racional y científica, para estar en condiciones de saber lo que el país poseía, antes de pasar a explotar los yacimientos y antes de exigir grandes contribuciones en dinero para impulsar esta industria.
Actualmente, señor Presidente, desde el punto de vista científico no se sabe en que consiste la riqueza de Comodoro Rivadavia. El gobierno tiene allí reservadas 5.000 hectáreas, cuyo valor ha sido calculado en 1.000 millones de pesos, sin contar los subproductos, y solo comprendiendo el primer horizonte petrolífero, solo en 200 —que son las que abarca la explotación actual—, se esta en condiciones de asegurar que hay petróleo, Lo primero que ha debido hacerse en Comodoro Rivadavia ha sido revelar la magnitud del horizonte petrolífero, es decir, de los horizontes petrolíferos; porque también se ha cometido el error allí de detenerse en la primera napa petrolífera, cuando es conteste la opinión, entre los que se dedican a esta industria, de que las exploraciones deben hacerse hasta alcanzar el ultimo horizonte petrolífero, para poder entonces estar en condiciones de explotar las diversas capas u horizontes de petróleo. En las 4.800 hectáreas restantes se induce, y es lógico, que existe petróleo; pero no se sabe en que forma, en que cantidad ni de que calidad. Lo primero que ha debido hacerse era revelar los distintos horizontes petrolíferos, y para eso se exige una operación elemental. Así como se sabe que para determinar un piano se necesitan tres puntos, del propio modo, para revelar el horizonte petrolífero se construyen generalmente en forma triangular tres pozos, y luego se van aminorando los triángulos hasta que se esta en condiciones de conocer perfectamente bien el horizonte petrolífero y poder fijar la indicación del anticlinal.
He de llamar la atención de la Cámara sobre la anomalía de que en el preciso momento en que el país empieza a explotar yacimientos petrolíferos, el producto haya subido de 24 pesos la tonelada a 60. Ya se que se va a argumentar diciendo que eso se debe al encarecimiento del carbón y a la suba de los fletes, motivada por la guerra europea y a otras muchas con causas distintas; pero es inadmisible que en estos momentos se venda la tonelada de petró1eo a 60 pesos, cuando hasta el ano 1916 se vendía a 24. Eso importa atentar indistintamente contra todas las industrias que procuran radicarse en el país, y contra las clases consumidoras. ¿Para esto nos ha servido el petróleo?
La compañía panamericana, a que me he referido, esta terminando de hacer construir 20 transportes-tanques para conducir petróleo. Dio este dato su gerente, que debe hacernos meditar: esos transportes, dentro de pocos meses han de conducir petróleo bruto a la Republica y lo van a vender al precio de 16 pesos la tonelada; ¿que haremos nosotros con Comodoro Rivadavia? ¿Seguiríamos produciendo 3.000 toneladas mensuales, para darnos el lujo de imponer semejante precio a los consumidores? ¿Como competiremos con este precio, cuando actualmente la tonelada de petróleo crudo, según datos oficiales de la comisión, cuesta al gobierno 16,75 en Comodoro Rivadavia a lo cual hay que agregar los gastos de transporte?


El señor diputado Escobar, hace una observación en voz baja.


Dice el señor diputado Escobar; no hacer nada. Evidentemente, parecería que esa hubiera sido la mira preconcebida que se hubiera seguido, de no hacer nada, de reducir por inercia la producción de Comodoro Rivadavia.
Felizmente, señor Presidente, contra todas estas anomalías, contra todas estas desidias, contra todas estas... no quiero usar un adjetivo grueso... contra todas estas cosas, llega en hora oportuna, reaccionando, el proyecto del Poder Ejecutivo, que demanda a la honorable Cámara, fondos para explorar y para explotar honesta e intensamente la riqueza minera de Comodoro Rivadavia y también para hacer los trabajos de investigación que han de decirnos cuál es la riqueza efectiva que tiene en petróleo la  Republica.
Es muy conocida la política seguida en todas las naciones del mundo por los grandes capitalistas, por los grandes trusts cuya mayor radicación esta en Norte America. Ya lo dije antes y he de repetirlo: ha habido países que han sido agitados y conturbados, en lo que respecta a su tranquilidad, a sus fueros y hasta a su soberanía, y cuando se ha ido a buscar la causa mediata o inmediata de los acontecimientos, han aparecido los capitales y las intrigas de los trusts.
Debemos, pues, sin falsas alarmas, estar prevenidos y afirmarnos en el concepto de que la riqueza petrolífera, como todas las riquezas del país, pertenece antes que a nadie a la Nación misma. Acabamos, señor Presidente, de culminar una jornada difícil y áspera. Después de treinta años en que hemos tenido que erguirnos virilmente en las protestas armadas, hemos conseguido llegar a la legalidad, ancha vía abierta —hay que decirlo como una eminente justicia— por la piqueta revolucionaria. Esta reparación, señor Presidente, de orden institucional, que ha de presentar reconciliada y unida a la familia argentina, tiene una gran trascendencia, porque ella no ha de quedar circunscripta al texto frío y escuálido de la Constitución; esta reparación política ha de abarcar todos los ordenes de la vida nacional, se ha de volcar en eficiencias saludables para todos, en esta patria nuestra de hoy, grande porque nos ha de mostrar a todos sus hijos elaborando el bien común.
Creo, señor, que el país puede operar económicamente la misma revolución que se acaba de sellar triunfante en el orden institucional. Yo creo que el gobierno actual, a pesar de todas las dificultades de población, a pesar del retraimiento de brazos y de capitales que nos impone la ceguera de esta guerra, ha de poder iniciar la evolución industrial del país.
Creo, pues, señor, para terminar, que todos estos proyectos del Poder Ejecutivo, que he analizado y estudiado con la detención que su importancia reclamaba, evidencian, como lo he dicho, el pensamiento del gobierno de finanzas, de economía y de rehabilitación de las fuerzas vivas del país mas completa que se haya presentado a la honorable Cámara. Debemos darle nuestro voto; llega su momento premioso; debemos desear salir de la era de los proyectos y de las promesas, para entrar en las amplias avenidas de la competencia universal, donde, como en todos los ordenes de la vida, triunfan los mas fuertes y los mas aptos, los que mas trabajan y los que mejor suenan.
He terminado (¡Muy bien! ¡Muy bien!) — Aplausos. Varios señores diputados felicitan al orador.



























Fuente: Hipólito Yrigoyen "Pueblo y Gobierno" Politica Emancipadora Reforma Patrimonial Volumen II Petróleo, Editorial Raigal, 1953. Recopilación hecha por Roberto Etchepareborda y Tito Leoni.

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