Provengo de un hogar modesto, he nacido sin prejuicios y he podido, sin declinar, ocupar altas posiciones que, sinceramente, me honran. Muchos son los hombres que están en igual situación.
¿Cómo podríamos abjurar entonces de nuestro partido? ¿ Cómo podríamos desconocer una escuela democrática cuyas virtudes aquilatamos en nosotros mismos?.
Creo, también que le he devuelto al partido parte de lo que he recibido de él.
Al partido y al país....
Y si he firmado el manifiesto del 16 de mayo, es porque estoy dispuesto a seguirle prestando mi concurso.
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