SALARIOS
En cuanto a los trabajadores, necesitan algo mas que un jornal y algo mas que una ocupación permanente. Necesitan una renumeración que haga posible la constitución de sus propias reservas, el decoroso mantenimiento de su familia, un buen nivel de vida y la posibilidad de una sólida educación general o profesional para sus hijos. Necesitan, los trabajadores, la certeza de que en su alta edad, las jubilaciones y pensiones prometidas en el orden del 82 y del 75 por ciento se conviertan en realidad inmediata.
ASOCIACIONES PROFESIONALES
Los trabajadores de nuestro país necesitan el mantenimiento de la Ley de Asociaciones Profesionales. Sabemos que en algunos aspectos la ley 14.455 puede y debe ser modificada, mejorada, pero cuando se habló de su modificación y quienes hablaron, alarmaron, fueron un ministro y algunas organizaciones patronales, quedó evidente el designio de favorecer la división de la clase obrera, la pluralización sindical, la agremiación optativa, la contribución voluntaria del afiliado y de provocar la pauperización del organismo sindical, al extremo de hacerle imposible su misión representativa y gestora de los derechos y de las aspiraciones obreras.
ORGANIZACIÓN OBRERA
El país destinatario de todo cuanto hagan los argentinos, así como necesita de una fuerza armada para los fines exclusivos que le señalan la constitución y las leves que les dieron origen, así como tiene organizaciones para la enseñanza, instituciones industriales y comerciales, culturales, artísticas, científicas, deportivas, etc. debe contar también con una fuerza obrera unida y seria. Un movimiento que defienda al país, al trabajador y a las expresiones de la industria y del comercio en cuanto son fuente de ocupación y elementos de distribución de la producción Argentina.
DEMOCRACIA
La democracia, que según Tomás de Aquino el santo, es el poder del pueblo, no puede incurrir en dictaduras. Su deber es superar al comunismo realizando todas las justas transformaciones económicas y sociales sin herir en lo mas mínimo la libertad del hombre y el derecho de la persona humana a decidirse por sí mismo.
COMUNISMO
El comunismo no es un capricho intelectual ni un producto por generación espontánea. Es el hijo legítimo del capitalismo; por eso, tal como el capitalismo creó una civilización, redactó sus códigos, organizó la jerarquía, dominó pueblos y explotó al hombre y se adueñó del poder político, el comunismo se armó hasta los dientes, habla de paz pero hace la guerra o la provoca, amenaza, se infiltra y sabotea valiéndose de sus agentes - conocidos o secretos - en cada país, domina a la clase obrera, explota el trabajo del campesino y del obrero industrial: se apropia de la plus valía como el mas experto patrón capitalista y se apodera del poder público aniquilando ipso todas las demás formas del pensamiento político.
LOS IMPERIALISMOS
Su líder en Rusia, llora ruidosamente por la muerte de Lumumba - que nosotros condenamos - pero manda ajusticiar a Beria y mata civilmente a sus ex pares y compañeros Malenkov, Bulganín y Zukov, la gloria militar soviética de la última guerra. Y como si esto fuera poco lo exhuma a Stalin y lo mata de nuevo. Lo desjerarquiza, y un comunista sin jerarquía, sin mando, es un ente pasivo; nacido para la obediencia, aunque respire es casi un muerto. Pone el grito en el cielo por la invasión a Cuba pero sus tropas invadieron Hungría, ahogaron en sangre la revolución del pueblo y ahorcaron a Imre Nagy, jefe del gobierno comunista húngaro y a sus compañeros. Es que no lloran por Lumumba, ni gritan por el dolor de Cuba. Lloran y gritan todos contra los Estados Unidos y miran hacia nosotros los latinos americanos invitándonos a gritar y a llorar. Pero nosotros lloramos y gritamos por la muerte de Lumumba y de Beria, de Imre Nagy y de los patriotas húngaros: lloramos y gritamos por la invasión de Hungría y de Cuba, cuyo partido comunista oficial apoyó a Batista; lloramos por todos los asesinatos, gritamos por todas las invasiones, no por algunas. Nosotros lloramos y gritamos contra los dos imperios. Contra el yanqui y el moscovita, porque para el hombre, para los pueblos, el problema no es cambiar de amo, sino suprimir el amo.
RETORNO A LA JUSTICIA
Me he alejado un tanto de esto que en nuestro medio se ha convertido en una lucha puramente oral y epistolar contra el comunismo. Permítaseme repetir que debemos superar al comunismo en su planteo económico. No es tarea difícil ni larga. Se trata de mejorar el nivel de vida popular estimular sus consumos promover la capitalización obrera. Declarar la necesidad de la lucha no es luchar; los discursos y las cartas militares, los largos comunicados ministeriales y las declaraciones empresarias, tienen como las papas fritas suflés mucho aire y poca sustancia, poca papa. Traslademos la contienda al campo económico, afirmemos las libertad, terminemos con las leyes de excepción, decretemos la amnistía de tanto preso, volvamos a la justicia al tribunal, a la autoridad de la Constitución. Parezcamos y seamos de nuevo una democracia.
REDENCIÓN SOCIAL
En nuestro país luchamos todos por encontrar soluciones y a menudo las dieron los hombres del partido Socialista; don Hipólito desde la Presidencia, con su partido en el Parlamento, finalmente Perón con sus organismos partidarios, sindicales y de gobierno. La lucha en el campo gremial y por las reivindicaciones, fueron sostenidas por la Federación Obrera Argentina, por la FORA de gloriosa memoria y de conducta ejemplar mantenida hasta hoy por los obreros de la construcción naval, por los trabajadores plomeros, por grupos de la alimentación y muchos otros: por la Unión Sindical Argentina y por las Centrales que culminaron en la Confederación General del Trabajo. Antes de terminar, debo recordar a alguien mas, Don Carlos Pellegrini, ese argentino en muchos sentidos arquetipo, visitó en 1905 hace por lo tanto mas de medio siglo al Presidente de la Federación Americana del Trabajo que lo era por entonces el obrero del tabaco, don Samuel Gompers, fundador de aquella entidad a fines de 1886 y desde entonces Presidente hasta 1924.
Gompers sostuvo - dice Pellegrini - que si la clase obrera había mejorando su condición económica y social en los últimos cincuenta años lo debía exclusivamente a las Asociaciones Obreras. Y que la lucha habría de continuar hasta el triunfo final. Para nosotros el triunfo definitivo es la supresión del régimen del salariado. Forma actual de la dependencia obrera. Con Pellegrini y repitiendo sus palabras - quieran escucharlas los hombres de la Unión Industrial Argentina en cuya sede Pellegrini tiene categoría de fundador - podemos agregar. Mientras el obrero sea un simple asalariado sin interés en los resultados económicos de su propio esfuerzo, será inútil buscar la fórmula que lo vincule y lo interese en la prosperidad de la empresa industrial que lo ha reclutado.
Pellegrini quiere, también el y como todos, que el obrero sea socio del capital, no sirviente.
Señores: por no tener nada, sino su ignorancia y su miseria, la clase obrera luchó por todo y todo lo está alcanzarlo o lo alcanzará. Por haber sido puesta fuera de la mesa de la vida, se acercó a la mesa peleando y hoy, este mismo 1° de Mayo, reclama su parte con voz audible, con derecho pleno y energía indoblegable.
Murieron las edades de la esclavitud y de la servidumbre; desaparecieron con ella formas y medios de producción y estructuras económicas, sociales y políticas fundadas en los privilegios del nacimiento, en la fuerza, en el apoderamiento por unos pocos de los bienes producidos por todos. Las edades presentidas por Spies cuando profetizó un silencio mas poderoso que las voces que la horca estrangulaba, habrá de mostrarnos aquel triunfo definitivo de que acabamos de hablar. Entonces la organización del trabajo será libre, totalmente libre del dominio de los partidos y mas fuerte que todos los dictadores.
La clase obrera, la única clase, porque de su carne y de su sangre nacieron el sabio, el descubridor, el estadista, el sacerdote, el guerrero y el pacifista, el revolucionario y el verdugo, el poeta y el santo y hasta el rico, esa clase única está marchando y sino se demora en tratos venales, ni en la faena mercantil de su propio destino, llegará al campo abierto de la vida en libertad, con derechos totales, con seguridad y fuerza para afirmar el bienestar humano. Entonces todos seremos obreros de alguna obra.
Gompers sostuvo - dice Pellegrini - que si la clase obrera había mejorando su condición económica y social en los últimos cincuenta años lo debía exclusivamente a las Asociaciones Obreras. Y que la lucha habría de continuar hasta el triunfo final. Para nosotros el triunfo definitivo es la supresión del régimen del salariado. Forma actual de la dependencia obrera. Con Pellegrini y repitiendo sus palabras - quieran escucharlas los hombres de la Unión Industrial Argentina en cuya sede Pellegrini tiene categoría de fundador - podemos agregar. Mientras el obrero sea un simple asalariado sin interés en los resultados económicos de su propio esfuerzo, será inútil buscar la fórmula que lo vincule y lo interese en la prosperidad de la empresa industrial que lo ha reclutado.
Pellegrini quiere, también el y como todos, que el obrero sea socio del capital, no sirviente.
Señores: por no tener nada, sino su ignorancia y su miseria, la clase obrera luchó por todo y todo lo está alcanzarlo o lo alcanzará. Por haber sido puesta fuera de la mesa de la vida, se acercó a la mesa peleando y hoy, este mismo 1° de Mayo, reclama su parte con voz audible, con derecho pleno y energía indoblegable.
Murieron las edades de la esclavitud y de la servidumbre; desaparecieron con ella formas y medios de producción y estructuras económicas, sociales y políticas fundadas en los privilegios del nacimiento, en la fuerza, en el apoderamiento por unos pocos de los bienes producidos por todos. Las edades presentidas por Spies cuando profetizó un silencio mas poderoso que las voces que la horca estrangulaba, habrá de mostrarnos aquel triunfo definitivo de que acabamos de hablar. Entonces la organización del trabajo será libre, totalmente libre del dominio de los partidos y mas fuerte que todos los dictadores.
La clase obrera, la única clase, porque de su carne y de su sangre nacieron el sabio, el descubridor, el estadista, el sacerdote, el guerrero y el pacifista, el revolucionario y el verdugo, el poeta y el santo y hasta el rico, esa clase única está marchando y sino se demora en tratos venales, ni en la faena mercantil de su propio destino, llegará al campo abierto de la vida en libertad, con derechos totales, con seguridad y fuerza para afirmar el bienestar humano. Entonces todos seremos obreros de alguna obra.
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