Reportaje paralelo a los líderes de una ejemplar pugna electoral
1. ¿Cuál es la
diferencia entre La Hora del Pueblo y el Frente Cívico de Liberación Nacional?
Ricardo Balbín:
No pueden marcarse diferencias entre dos cosas que no pueden compararse. La
Hora del Pueblo es una coincidencia al servicio de lograr la
institucionalización y define pautas económicas-sociales y educacionales de
suma utilidad para marcar rutas de futuro y demostrar que se puede, sobre la
base de ideas esenciales, dar seguridad al reclamo de una democracia social y
vivir en ámbitos de sana convivencia y mutua colaboración. Reitero que nunca en
su seno se trataron aspectos vinculados
al proceso electoral. El Frente Cívico al que alude la pregunta, hasta hoy
aparece como un enunciado, definido de muy distintas maneras, de ahí que no sea
posible hacer comparaciones.
Raúl Alfonsín: La
Hora del Pueblo nació como una coincidencia de partidos políticos para lograr
objetivos comunes, referidos fundamentalmente a unir los esfuerzos populares
para obtener un rápido retorno a la normalidad institucional. Las distintas
agrupaciones, asimismo, han acordado puntos mínimos programáticos que se
comprometen a respetar y apoyar, ya sea desde posiciones de gobierno o de
oposición. Estas coincidencias no afectan en absoluto la individualidad de cada
uno de los partidos. Sobre el llamado Frente Cívico de Liberación Nacional es
poco lo que se sabe; en realidad, no pasa mucho más allá de un confuso
enunciado. Presencias como las de Frondizi y Frigerio en su gestación permiten,
por otra parte, abrigar serias dudas sobre sus verdaderas motivaciones.
2. ¿Alguna de ellas
es la continuación del Gran Acuerdo Nacional?
Balbín: La Hora
del Pueblo no es ni principio ni continuación de lo que se ha dado en llamar
Acuerdo Nacional. Acuerdo Nacional es una expresión oficial, supongo que es un
llamado a la responsabilidad y madurez del conjunto nacional, que termina en la
"urna" respetada, a la cual el pueblo que decide debe llegar rodeado
de garantías y libre de acondicionamientos, seguro de que su voluntad será
respetada.
Alfonsín: Con el
GAN ocurre algo similar a lo que se acaba de señalar para el denominado Frente
Cívico: no pasa mucho más allá de ser un confuso enunciado. Si simplemente se
tratase de lograr coincidencias mínimas para asegurar un futuro de normalidad
institucional, sin segundas intenciones, lo que La Hora del Pueblo ha hecho en
este sentido es mucho y muy positivo.
3. ¿Cómo ve el
radicalismo las negociaciones entre el Gobierno y Juan Domingo Perón?
Balbín: Aquí es
necesario hacer un distingo. Todo cuanto esté relacionado con hechos,
circunstancias y problemas relativos a actos de gobierno con relación a la persona
del señor Perón, considero lógico que se resuelvan. Pero si existen, cosa que
ignoro y no supongo, negociaciones vinculadas a resolver cuestiones
electorales, se afectaría la claridad con que deseamos se cumpla y realice la
consulta al pueblo.
Alfonsín: Al
radicalismo no le molesta que se hagan esfuerzos en todos los niveles para
asegurar la real vigencia de la democracia para todos los sectores de la vida
nacional. Si en cambio se realiza algún tipo de tratativas -sean cuales fueren
sus protagonistas- tendientes a llegar a acuerdos o pactos a espaldas de la
ciudadanía y para burlar o distorsionar la voluntad popular, el radicalismo
habrá de denunciarlas y luchará contra ellas.
4. ¿Qué significa que
el próximo gobierno sea de transición y consolidación?
Balbín: El
próximo gobierno será la consecuencia de la voluntad ciudadana y cumplirá su
ciclo de acuerdo a las ideas y soluciones propuestas al país. Tendrá o será el
"tránsito" entre lo que está y lo que viene. Creo sí, que si
comprende al país y sabe de sus angustias, inseguridades y de los múltiples
interrogantes abiertos ávidos de respuesta, será de consolidación, de la
necesaria consolidación, que no sólo dependerá de él, sino del conjunto
nacional. De ahí que el haber predicado la necesidad de convivir, coincidir o
disentir al amparo de la idea central de asegurar la vida de las instituciones
y de los cambios en paz, ayuda y mucho para afrontar la gran tarea que reclama
el país.
Alfonsín: La
pregunta debe estar dirigida hacia quien haya expresado tales intenciones. Para
nosotros el futuro gobierno debe ser la expresión de la libre voluntad
ciudadana.
5. ¿Cree usted en las
próximas elecciones?
Balbín: Con
absoluta seguridad. Así lo quiere y lo entiende el país y, dentro de él, todas
las instituciones que lo integran. Incluyendo naturalmente a las Fuerzas
Armadas. Por lo demás no queda otro camino. Quien intente frustrarlo juega con
fuego y no es aventurado afirmar que perecerá en la hoguera.
Alfonsín: Por
supuesto que sí. Las futuras elecciones son el triunfo de la permanente lucha
popular mantenida durante casi seis años contra todo tipo de opresión o
totalitarismo.
6. ¿Cómo se debe
presentar el radicalismo a esas elecciones?
Balbín: Con fe y
seguridad. Claramente definido y dando respuesta a las inquietudes de la época.
Es decir, mostrando su capacidad de realización y su decidido y permanente
deseo de servir al hombre y prestigiar las instituciones que lo prestigian y lo
protegen. En cuanto a candidaturas, si es que a ello también alude la pregunta,
y todo cuanto a ello se relacione, será la consecuencia de sus propias
determinaciones.
Alfonsín: El
radicalismo debe concurrir al acto comicial como lo mandan su tradición y sus
principios, es decir, con su propio programa y sus candidatos, elegidos por el
voto directo de sus afiliados.
7. ¿Cómo calificaría
usted estos seis años de Revolución Argentina?
Balbín: Llegó
arbitrariamente, sin razón y por la fuerza. No resultó de realizaciones sino de
retroceso. Introdujo la inseguridad, alteró la economía y la inquietud social.
Su balance, espero que sirva de experiencia para el futuro argentino. Esos son
caminos que no debemos recorrer nunca más.
Alfonsín: Han
sido nefastos para el país, para sus instituciones y para sus habitantes. Pocas
veces la historia mundial ha mostrado tanto daño -político, económico, social,
educativo, moral, etc.- cometido en tan poquísimo tiempo.
8. ¿Qué papel deben
jugar las FF.AA. en el próximo gobierno?
Balbín: El que le
asigna la Constitución Nacional y las leyes que rigen la institución. Deben
participar del Gobierno e integrar el Gabinete en las condiciones y con las
facultades inherentes al cargo, tal como lo indican nuestras reglas
constitucionales.
Alfonsín: Atender
sus funciones específicas, subordinadas a las que manden los poderes
establecidos por la Constitución.
9. ¿Cuál es el
panorama interno de la Unión Cívica Radical?
Balbín:
Auspicioso. Practicando en este momento su democracia interna para constituir
sus nuevas autoridades en todo el país y preparándose para elaborar un programa
de realizaciones. Evidenciará que está actualizado en el tiempo con vistas al
futuro. Será agresivamente afirmativo.
Alfonsín: El de
la UCR es un panorama de vitalidad. La clave de la larga y lozana historia de
este partido está en que nunca se ha cristalizado, que nunca se cerró a las
nuevas ideas, que siempre supo marchar al ritmo que los tiempos exigían. Así lo
vuelve a hacer ahora, en un proceso de debate interno que bien puede ser
calificado de ejemplar.
Balbín: Respondo
a las preguntas 10 y 11 juntas. Tenía y tengo del Dr. Alfonsín el mejor de los
conceptos. La pugna en la que estamos empeñados no altera mi personal
apreciación. He dicho antes de ahora, respondiendo a preguntas similares, que
con el doctor Alfonsín durante estos últimos años y muchos anteriores hemos
trabajado juntos sin haber mediado diferencias en las ideas. Explico entonces
esta lucha como el deseo de cada uno de hacer lo mejor para adelante, ya que
nada nos separó en lo que hicimos.
10. b) ¿Qué opina
usted del Dr. Balbín, con respecto a la pugna electoral que se ha dado entre
ustedes?
Alfonsín: El
doctor Balbín tiene una vieja y meritoria militancia radical, que ha culminado
con la docena de años que lleva como presidente del Comité Nacional. Pensamos
que, sin desconocer tales antecedentes, ha llegado el momento de renovar la
conducción, de ampliar las responsabilidades, de agilitar la acción partidaria
y de profundizar las definiciones.
11. ¿Cuáles son las
causas que los separan en este momento?
Alfonsín: No
existen causas que nos separen en este momento. El doctor Balbín decidió
aceptar la reelección para la que comenzaron a postularlo, desde fines de
noviembre pasado, el señor Julián Sancerni Jiménez y otros grupos de parecidas
características al que encabeza el dirigente capitalino, pertenecientes a
distintos puntos del país, y aun mismo de la provincia de Buenos Aires.
Nosotros, en cambio, creemos en la renovación.
12. ¿Qué factores
pueden impedir las elecciones en marzo del 73?
Balbín: Los del
resentimiento de algunos o las especulaciones antidemocráticas de los pocos que
auspician conducciones de corte totalitario. Sin descontar intereses
monopolistas o de penetración exterior.
Alfonsín: El
pueblo, que ha logrado la convocatoria electoral, no debe bajar la guardia. Es
evidente que existen poderosos intereses, fundamentalmente el imperialismo y
sus servidores internos, que buscan impedir la culminación de un proceso que
sin duda llevará a las funciones de gobierno -nacionales y provinciales, de
oficialismo y de oposición- a las grandes mayorías populares. El proceso de
liberación quedará así abierto y los privilegios que serán afectados lo saben;
por eso pueden intentar obstaculizar la normalidad de la salida. Pero no
tendrán éxito, porque los argentinos no admiten ya más frustraciones ni
intentos reaccionarios.
13. ¿Cuáles son las
causas de tanta violencia y muerte?
Balbín: Mucho se
ha dicho y explicado a este respecto. Se han analizado matices. Se han
explicado algunos y se han condenado otros. Pero la causa fundamental radica en
la no representación y participación del pueblo en las decisiones que le
pertenecen. De ahí que la recuperación en la Ley, mediante el logro de las
instituciones de la República, terminarán con la "violencia protesta"
y ubicará en su pequeño límite a la "subversiva", que no termina con
la institucionalización, ya que actúa en otras partes de Latinoamérica y del
mundo, pero le impedirá engordar en el río revuelto.
Alfonsín: No por
repetida debe dejarse de lado la referencia a la violencia de arriba y a la
violencia de abajo. Lamentablemente, la subversión comenzó el 28 de junio de
1966, cuando fue derrocado el gobierno constitucional. A partir de allí se
desató una violencia que enfrentó a los defensores del statu quo con los
grupúsculos mencionados en la respuesta anterior. El pueblo argentino
permaneció ajeno a esos enfrentamientos, que significaron muerte, secuestro,
tortura y otros atropellos a la dignidad humana. Precisamente el respeto de los
derechos humanos y ciudadanos, el retorno a la normalidad de la ley sin
represiones injustas y la libertad de expresión para todas las opiniones e
ideas constituyen ahora fundamento indispensable para la desaparición de la
violencia y el imperio de la paz. El pueblo podrá así defender sus derechos y
hacerse oír, sin necesidad de tener que acudir -como legítimamente lo han
venido haciendo- a la protesta masiva y callejera frente a los muchos
atropellos de que, en lo político, económico-social y educacional, ha sido
víctima.
14. ¿Qué le pediría
hoy al presidente Lanusse?
Balbín: Nada más
que el cumplimiento del deber que se ha impuesto en su nombre y en el de las
Fuerzas Armadas, cual es el de convocar al país y realizar la tarea con
limpieza y sin limitaciones, respetando la voluntad soberana del pueblo.
Alfonsín: A
Lanusse y a las Fuerzas Armadas les pediría, simplemente, que cumplan el
compromiso adquirido de devolver al pueblo, sin proscripciones ni
condicionamientos, el ejercicio de su soberanía.
La elección interna mas reñida de la historia del
radicalismo proclamó candidato a Presidente a Ricardo Balbín con su rival Raúl
Alfonsín, que controla ahora la mitad del partido, se dieron la mano sellando
la unidad partidaria.
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Fuente: "Ricardo Balbin vs Raúl Alfonsín" en Revista Extra, Año VII, N° 82, mayo de 1972.
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