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martes, 14 de diciembre de 2010

Moisés Lebensohn: "El programa del 44" (20 de febrero de 1944)

La Juventud Radical de Buenos Aires reclama el restablecimiento de las libertades públicas, el cumplimiento de los pactos de solidaridad americana, la depuración de la administración de los elementos adversarios del orden constitucional o complicados con el fraude, la revisión de los decretos-leyes dictados y la derogación de aquellos que, como el de enseñanza religiosa, lesionan el patriotismo espiritual de la nación.
Propugna la creación de las condiciones de normalidad democrática mediante:

a) Estatuto de partidos, que garantice la intervención directa, la fiel expresión de la voluntad y el control de los ciudadanos en su vida interna. Régimen de elecciones primarias.

b) Estatuto de funcionarios públicos que establezca designaciones por concurso,escalafón y estabilidad, con el fin de apartar la administración del juego de partidos.

c) Plan de represión de la venalización de conciencias y de gravitación de factores no cívicos en la ciudadanía.

Para afrontar con dignidad y eficacia esta nueva etapa, requiérese la reconstrucción del Radicalismo conforme a las exigencias de la época, con la unión de todos los radicales,la renovación de valores en los cuadros directivos y la reestructuración del partido sobre bases que conviertan al hombre del pueblo en actor y no espectador de las decisiones partidarias; voto directo y representación de las minorías en todos los casos y asambleas de afiliados.
Postula un programa de construcción nacional, a cumplirse planificadamente en el primer período constitucional, destinado a lograr las siguientes finalidades:

a) Reforma agraria inmediata y profunda, que abra a todos los trabajadores del campo el acceso a la tierra, transformándola de valor de renta a especulación en instrumento de trabajo.

b) Reforma educacional, que imponga la obligatoriedad de la enseñanza media,técnica o agraria e integre un sistema que asegure a las nuevas generaciones, bajo la tutela efectiva del Estado, idénticas posibilidades de pleno desarrollo físico, cultural y moral, en comunidad de condiciones e igualdad de oportunidades.

c) Régimen de organización y seguridad social que otorgue a todos los habitantes las perspectivas ciertas de trabajo, de un standard de vida decoroso, de cultura y de un porvenir liberado de las angustias de la desocupación, de la enfermedad, de la vejez y de la incertidumbre sobre el futuro de los descendientes.
d) Política de recuperación económica. Monopolio del Estado, ejercido por sí o delegado en su caso a cooperativas, de servicios públicos, combustibles, energía, seguros,movilización y comercialización de los sectores esenciales de la producción.

e) Reforma financiera que ubique el peso de la carga impositiva sobre las grandes rentas y la valorización ganada por el trabajo colectivo.

f) Política destinada a lograr la unidad económica con los paises y progresivamente con el resto de América, rindiendo a la cooperación económica mundial.

La Juventud Radical aspira a una democracia económica sobre fundamentos renovados, a la cual concurran con sus contingentes de post-guerra. Con su aporte podremos vencer al desierto y alcanzar la población necesaria para la edificación de un libre, justo y fuerte país. Este ideal será inaccesible si no se destruye la red de intereses creados que pretende mantener los actuales moldes y en todos los órdenes, en lo político,económico y cultural, sofoca la existencia de la República y clausura los horizontes de la juventud. Al defender nuestro derecho a la vida, defendemos el derecho del país a la vida y al porvenir. Traicionan la función histórica del Radicalismo, expresión Política de las clases populares, aquellos núcleos actuantes que, con pensamiento conservador, procuran la subsistencia de tales intereses creados. Constituyen los mejores aliados de las tendencias totalitarias, pués privan al pueblo de fe en los objetivos democráticos, así como quienes ensayan el resurgimiento de la politiquería caudillesca, responsable de la desgracia nacional. El país no está dispuesto a regresar a etapas superadas, ni a aceptar ficciones que cubren con grandes palabras fines inferiores.
Se intenta un sinuoso planteo: O vieja Política o fascismo seudo-nacionalista.Afirmamos la falsedad del dilema, que sólo nos conducirá a una encrucijada. Ni lo uno ni lo otro. Sostengamos en los hechos la voluntad de crear una democracia auténtica,con hondo sentido humano; un Régimen de verdadera libertad y verdadera justicia al servicio de la nacionalidad; un Régimen que subordine la economía al hombre y movilicelos recursos naturales, no en el limitado beneficio de sus poseedores, sino del desarrollo nacional y el bienestar social. Esta tarea demanda el esfuerzo de todos los radicales, sin exclusiones, más únicamente podrán encausarla hombres nuevos, con una nueva mentalidad, sin responsabilidad en los errores pasados.
Las jóvenes generaciones argentinas no se sienten ligadas a una clase dirigente que omitió su deber social y vivió absorbida en la conquista de situaciones personales,insensible a las angustias del pueblo y a los requerimientos de nuestra realidad. Con la determinación de trabajar en grandes y mejores días para la Argentina,definimos nuestra fervorosa adhesión a la causa de las Naciones Unidas, de cuya victoria depende la perduración de la libertad. Estamos con el pueblo de Estados Unidos, pero no con Wall Street y sus proyecciones imperialistas; con el de Gran Bretaña, más contra la City. Estamos con los soldados que luchan por nuestro ideal de vida, y, a su lado, contra las fuerzas del Mundo Viejo que los oprimen en sus propios países, decididos, cual ellos, a forjar en nuestra tierra un Mundo Nuevo.



































Fuente: Programa aprobado por la Junta Ejecutiva de la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires, el 20 de febrero de 1944 en Pensamiento y Acción de Moisés Lebensohn




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