Alguna vez, un gran escritor argentino señaló que las
herejías más insidiosas y a la vez más dañinas, son aquellas que más se parecen
a la ortodoxia de una doctrina.
Es el caso del Radicalismo. Se enfatizó su nombre y se
corrompió su organismo en un lapso extenso (1984.2003), que abarca todo un
proceso y no hechos coyunturales. Tal, la cansadora paradoja que dura hasta
hoy.
Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen, creadores y símbolos de
una concepción espiritual de la política, de un estilo vital y de una
metodología, conformaron una estructura partidaria (la U.C.R.) que, desde 1891 a 1930, mantuvo
inalterables las características y banderas que la singularizan. Pero desde la
muerte de Yrigoyen (1933), las conducciones partidarias, desviadas del rumbo
fundacional, provocaron el alejamiento de grandes sectores ciudadanos que se
desplazaron hacia una nueva fuerza (el Peronismo), dando lugar a una reacción
interna, fundadora (en 1945) del Movimiento de Intransigencia y Renovación, que
rescató las banderas históricas de la Intransigencia Yrigoyenista, y sancionó,
en 1948, las Bases de Acción Política, la Profesión de Fe Doctrinaria (el Credo
Radical), una Declaración Política interpretativa de la etapa (redactada por
Moisés Lebensohn), y dio dos Presidentes radicales al país, clausurando el
proceso de aquella "desviación doctrinaria" de la conducción
dirigencial.
Mientras la anterior preconizó la "alianza" con
los sectores conservadores liberales y con la "izquierda marginal e
histórica", la contemporánea está signada con la marca del
"Pactismo": una concepción que proclama la insuficiencia doctrinaria
del Radicalismo, que detracta su metodología, que reclama el aporte ideológico
del Social-Cristianismo, de la Social-Democracia y del Liberalismo y, en
general, encarece la "alianza" con otras fuerzas políticas del signo
que fueren aunque con preferencia por las franjas de la "izquierda
amarilla", bocona literaria pero renuente a soluciones de fondo, en una
tácita admisión de su debilidad política, resignando la reafirmación de su
doctrina, la agitación de sus banderas, la autoestima de sus hombres, el
silenciamiento de sus símbolos, y la cancelación de aquella misión que la
Profesión de Fe Doctrinaria llama: "El mandato histórico de la
Nacionalidad".
Esta concepción "Pactista" postula un "estilo
vital" que sustituye, en la relación interpartidaria, la Intransigencia
por el pacto, el disenso democrático por el consenso, la defensa de programas
por el común denominador, la crítica por la excusa, la militancia por la
hibridez política, y la coincidencia laudable en el sistema constitucional por
el contubernio de las "listas mixtas".
La Estadística muestra los hitos del descenso electoral
provocado por la "metodología pactista":
1983 Presidencial: U.C.R., 7.725.173 votos; 1989
Presidencial, U.C.R.: 5.391.944 votos; 1994 Convención Nacional Constituyente, U.C.R.:
3.114.166 votos, Frente Grande,
2.842.319 Votos; 1995 Presidencial,
U.C.R.-M.I.D.: 2.944.593 votos, Frepaso, 5.095.611 votos; 1999 Presidencial,
U.C.R.-Frepaso: 9.039.892 votos; 2003 Presidencial, U.C.R.: 450.489 votos.
En el distrito de Santiago del Estero la elección del
27-abril-2003 arrojó para Leopoldo Moreau 8.719 votos, y para el candidato a
Diputado Nacional Luis F. Gelid 13.514 votos, constituyendo dicho resultado la
peor derrota electoral de la U.C.R. santiagueña.
Los guarismos de la elección de Convencionales Nacionales
Constituyentes del 10 de abril de 1994 y de la elección presidencial del 14 de
mayo de 1995 comprueban, claramente, el "desplazamiento" (como en
1946) de sectores ciudadanos, simpatizantes del Radicalismo hasta ese entonces,
hacia los cauces nuevos del Frente Grande y del Frepaso, mientras que la
elección de F. de la Rúa en 1999 revela que el resultado fue
"compartido", provocando, cual fenómeno de espejismo, la falsa
ilusión de un triunfo radical mediante la astuta estrategia de concertar
"Pactos" para disfrazar derrotas.
Tal cuadro electoral catastrófico y la subsiguiente caída
del Gobierno de F. de la Rúa el 20-diciembre-2001 impuso al Comité Nacional el
28-junio-2002, una anticipada autocrítica mediante una Declaración
circunscripta a lo "ético-político", aunque muda respecto a la
"concepción ideológica" y "metodología" que inspiraron a
las conducciones dirigenciales desde 1984 hasta la fecha.
Puntualizaba:
"Los actuales actores políticos no lograron superar la mediocridad, ni crear expectativas sociales; nos faltó vocación de liderazgo; muchos dirigentes se contagiaron de la devaluación ética que padeció la Argentina de los 90; toleraron la profesionalización de la militancia; disimularon los privilegios que ellos usufructuaron; y callaron frente al prebendismo y las tendencias corporativas que deformaron el comportamiento partidario".
"Los actuales actores políticos no lograron superar la mediocridad, ni crear expectativas sociales; nos faltó vocación de liderazgo; muchos dirigentes se contagiaron de la devaluación ética que padeció la Argentina de los 90; toleraron la profesionalización de la militancia; disimularon los privilegios que ellos usufructuaron; y callaron frente al prebendismo y las tendencias corporativas que deformaron el comportamiento partidario".
Esa "autocrítica" no caló hondo, pues silenció la
existencia de una real "desviación doctrinaria" consistente en
"ideas" que importaban una "concepción política" y una
"metodología" extrañas al Radicalismo, que por vía de su principal
mentor sé autocalificó de "Social-Democracia".
Tales "ideas" están expuestas en dos Documentos
capitales:
1) el Discurso Presidencial
(Alfonsín) del Parque Norte del 1-diciembre-1985, donde elípticamente se
despliega un corrosivo ataque a la "metodología" de Hipólito Yrigoyen
en su lucha contra el Régimen, y se ironiza sobre el principio de la
"Intransigencia" -consignado expresamente en la Profesión de Fe
Doctrinaria- censurándose se la califique de "virtud"; 2) y también el Discurso Presidencial
(Alfonsín) del 2-octubre-1986, donde, de hecho, se alienta el "vaciamiento
doctrinario" de la U.C.R. mediante la sustitución de los contenidos de la
Profesión de Fe Doctrinaria por un "Sincretismo Ideológico" que se
lograría con la "conjunción" o "síntesis" de los aportes
ideológicos del Socialismo, Social-Cristianismo y Liberalismo, y donde, además,
se proponía la fundación de una "Segunda República", cual la
experiencia de Francia, lo que importaba una "fractura" en la
continuidad institucional iniciada en mayo de 1810 y cristalizada en la
Constitución de 1853, cuyo cumplimiento total fue una de las banderas de Hipólito
Yrigoyen.
Dicho "Sincretismo Ideológico" condujo a la fatalidad de la "Metodología de los Pactos":
El Pacto Alfonsín-Cafiero del 14-11-88, el Pacto
Alfonsín-Menem (de Olivos) el 3-11-93, el Pacto Alfonsín-Chacho Alvarez del
2-08-97, el Pacto De la Rúa-Cavallo del 20-03-2001 y el Pacto Alfonsín-Duhalde
del 31-12-2001, con su retahíla de repartos gubernativos, listas mixtas,
interbloques legislativos, concesiones programáticas, mutilación de fórmula
presidencial, supresión de símbolos partidarios, cancelación de función
opositora, en cuyo mar de continuas concesiones naufragaron los más combativos
esfuerzos de la "militancia" para preservar a la U.C.R. en su alta
misión nacional y como real alternativa de poder.
En cuanto a los "hechos" que produjo la
Social-Democracia propugnadora del "Sincretismo Ideológico"
descripto, que jalonaron el proceso disolutorio de la U.C.R., son:
1) la tentativa
de crear el Tercer Movimiento Histórico que buscó la desaparición de la U.C.R.
y del P.J., bajo la advocación del lema: "Yrigoyen-Perón-Alfonsín"; 2) la afiliación a la Internacional
Socialista llevada a cabo por Alfonsín sin autorización de la Convención
Nacional; 3) la sustitución de la
Comisión de Acción Política por el Consejo de Consolidación de la Democracia
integrado por un plural arco ideológico para imponer pautas a los radicales en
el gran tema de la Reforma Constitucional; 4)
el Gabinete Nacional de Coalición de 1983-1989 exuberante de conservadores,
peronistas, democristianos, socialistas y demócratas progresistas, que más
tarde integraron el gabinete de Carlos Menem o enfrentaron, sin pudor, a la
U.C.R. que los había cobijado en su gobierno; 5) el principio republicano de la Doctrina Radical fue violado
cuando se obligó a votar "por si o por no" el Núcleo de Coincidencias
Básicas acordado entre dos hombres (Menem y Alfonsín), mediante la presión de
la Convención Nacional sobre los legisladores radicales y del Congreso sobre la
Constituyente, sentando un precedente único en la Historia Constitucional del
país; 6) en un Partido Republicano por su origen y su Doctrina, se
construyó y se afianzó en la U.C.R. un "sistema de conducción
personalista" al "repetirse" Raúl Alfonsín 12 años en el Comité
Nacional: en 1983-1989 sin alternancia por imperio de la Reforma de la Carta
Orgánica Nacional del 9-12-1984, más los períodos 1989-1991, 1993-1995 y
1999-2001; 7) la Reforma de la Carta
Orgánica Nacional del 9-12-1984 que "igualó" a la
"militancia" con los "extrapartidarios", y que identificó
las Jefaturas de Estado y de Partido al reglar que el Presidente de la
República debía ser al mismo tiempo Presidente del Comité Nacional, algo que
habían "fulminado" Moisés Lebensohn en su discurso del 8 de marzo de
1949 en el seno de la Convención Nacional Constituyente, y también Ricardo
Balbín el 29 de septiembre del mismo año en la Cámara de Diputados de la Nación
al votarse su desafuero por el Peronismo; 8)
la confesión final de Alfonsín: "Soy Socialdemócrata" (Clarín del
30-marzo-1997).
Este proceso tuvo su "copia" en el distrito
radical de Santiago del Estero. También aquí se concertaron los Pactos: El MOP,
FRECAM, ALIANZA POR EL TRABAJO, LA JUSTICIA,..., LA ALIANZA CON LA NUEVA
ALIANZA, el FUP y por último el actual Intendente de la Capital Gerardo Zamora
que en aras de nuevas "alianzas" borró de su "Lema" el
escudo radical, también aquí se mutiló en 1999 la fórmula para la gobernación
sustituyéndose a un radical por un socialista en la candidatura a Vicegobernador;
también aquí se reformó la Carta Orgánica Provincial para autorizar a
"extrapartidarios" y la concertación de Frentes o Alianzas; también
aquí permaneció incólume el sistema de compatibilidades que permitió
"acumular" cargos partidarios y públicos y renunciar anticipadamente
períodos de cargos electivos para optar por candidaturas de mayor jerarquía; la
"alternancia" en el poder partidario o público fue un simple nombre,
y como ocurrió con Raúl Alfonsín en lo nacional, también José L. Zavalía se
"repitió" al frente del Comité Provincia durante cuatro períodos (8
años) y su cuñado el Senador Javier Meneghini un período más (2 años).
En la última elección del 14-septiembre-2003, el actual
Intendente usó el sistema de la Ley de Lemas vigente para concertar Pactos con
otros Partidos y favorecerse del tremendo deterioro del régimen
"Peronista-Juarista" producido por las "Marchas del
Silencio" por los crímenes de "La Dársena" que involucran a
funcionarios del Gobierno de Carlos Juárez. O sea que la "Metodología
Pactista" no ha variado con la asunción del Intendente Zamora que la usó
para recoger grandes "desplazamientos" del electorado peronista y de
otras fuerzas que votaron su "Lema" sin Escudo Radical y donde la
"Identidad" de la U.C.R. permaneció oculta y sus dirigentes actuales
-salvo honrosas excepciones- permanecen "funcionales" o apoyando
explícitamente el Gobierno de Carlos Juárez en episodios de público
conocimiento y resonancia.
Como ocurrió en procesos semejantes, en la "desviación
doctrinaria" de 1933-1945, y en la actual de 1984-2003, hubo
"alejamientos" y "acercamientos" a las figuras símbolo de
Alem y de Yrigoyen. En la contemporánea, hay un "alejamiento"
explícito, fundamentado y público en los Discursos del Parque Norte del
1-diciembre-1985 y del 2-octubre-1986, y en los "hechos" narrados que
fueron su expresión. La repulsa a las conducciones dirigenciales en unos casos,
y en otros el desconocimiento de la ortodoxia doctrinaria radical o su
arbitraria interpretación, provocaron otras "deserciones": Melchor
Posse al Movimiento Nacional y Popular, Dante Caputo al Frepaso, Carlos
Raimundi al Frepaso, Elisa Carrió al ARI, Ricardo López Murphy a RECREAR, Pablo
Javkin y Alejandro Ravinovitz en "entendimientos con al ARI"
proponiendo el nombre de Elisa Carrió como candidata presidencial de la U.C.R.
para la elección del pasado 27 de abril del 2003. Los correligionarios de todo
el país seguramente se preguntarán como fue posible que tres Presidentes del
Comité Nacional de la Juventud Radical, como Raimundi, Javkin y Ravinovitz,
recibieran tan alto honor para luego, desde esos altos cargos, defeccionar, lo
que nos conduce a la hipótesis si al afiliarse no se equivocaron de Partido.
También aquí en Santiago del Estero, el apoyo a la "Metodología
Pactista" y la descalificación de las figuras fundadoras, asumió aspectos
grotescos: en el período partidario 1997-1999, en plena Asamblea Provincial, un
dirigente que más tarde fue Diputado Nacional, detractando la "ética"
Alemnista, dijo:
"Si la ética no me sirve para conquistar el poder, la ética no me
sirve de nada".
Y en el período 1999-2001, en plena sesión ordinaria del
Comité Provincia, en medio del escándalo entre los Secretarios que suscitaron
sus palabras, el Presidente, dijo:
"Muchachos... eso que dijo Leandro Alem de que en política no se hace lo que se puede ni lo que se quiere, sino se hace lo que se debe... eso son "macanas" de Leandro Alem y de los tiempos de antes".
Y ese dirigente había llegado a ser Presidente del Comité Provincia en el Partido de Leandro Alem y de Hipólito Yrigoyen. Ese ex Presidente del Comité Provincia, fue, además, Diputado Nacional "alfonsinista" y Director de Lotería Nacional en el período del "Delarruísmo".
"Muchachos... eso que dijo Leandro Alem de que en política no se hace lo que se puede ni lo que se quiere, sino se hace lo que se debe... eso son "macanas" de Leandro Alem y de los tiempos de antes".
Y ese dirigente había llegado a ser Presidente del Comité Provincia en el Partido de Leandro Alem y de Hipólito Yrigoyen. Ese ex Presidente del Comité Provincia, fue, además, Diputado Nacional "alfonsinista" y Director de Lotería Nacional en el período del "Delarruísmo".
Pero también hubo "acercamientos" a las figuras de
Alem y de Yrigoyen. Ayer, en el período 1933-1945, y hoy, en el período
1984-2003. Se buscaba la senda histórica de la U.C.R. y se hicieron esfuerzos
hasta encontrarla. Uno de los buscadores fue Moisés Lebensohn. Otro, Gabriel
del Mazo, y toda la generación del M.I.R.. El esfuerzo fue intelectual y
político.
En su libro póstumo "Convocatoria de Recuerdos",
el "Forjista" Gabriel del Mazo puntualiza y celebra el
"acercamiento" de Moisés Lebensohn a la figura, temas y posiciones de
Hipólito Yrigoyen, señalando la "evolución" de su mentalidad. Dice
del Mazo:
"En los comienzos
de su actividad política, la formación de Lebensohn fue marcadamente
europeísta, como la de otros conductores jóvenes de valía que hemos tenido,
pero en los últimos años el pensamiento doctrinario de Lebensohn adquirió una
profundidad y brillantez que consistía, en buena parte, en haber centrado,
definitiva y totalmente, su mentalidad, en el "QUICIO NACIONAL", pues
su cristiana pasión humanista y su "OPCION POR LO ESPIRITUAL", como
su amor al pueblo y a la causa social de la Justicia, lo centró, fecundamente,
en la defensa de "NUESTRA ORIGINALIDAD" y de nuestra "AUTONOMIA
ESPIRITUAL".
Este "acercamiento" de Lebensohn es visible en:
1) en el gran
discurso del 8 de marzo de 1949 pronunciado en la Convención Nacional
Constituyente donde encomia la política económica y social y los actos de
Hipólito Yrigoyen; 2) en el denso
Prólogo al Tomo II "Mensajes" de la colección "Pueblo y
Gobierno", Ed. Raigal, 1951, donde aclara que "Yrigoyen llegó hasta
nosotros como una PROYECCION DEL
ESPIRITU DE LAS HORAS INICIALES", aludiendo a las "ideas"
que inspiraron el nacimiento y la organización de la Patria, y lo cierra
transcribiendo literalmente la definición de Yrigoyen de que "El
Radicalismo es una ESPIRITUALIDAD
que perdura a través de los tiempos"; 3)
en la Declaración de la Convención Nacional del 27 de abril de 1953, punto 2,
"originalmente redactada por su Presidente Moisés Lebensohn" recalca
Gabriel del Mazo, donde se expresa: "La U.C.R. librará esta lucha en todos
los frentes de la vida nacional, SIN
PACTOS, ACUERDOS NI CESIONES DE NINGUNA NATURALEZA, conforme a su tradición
histórica...etc.", o sea conforme a la concepción política y metodológica de
Hipólito Yrigoyen; 4) en esta misma
Convención Nacional, al fundamentar la "Línea Combatiente" contra el
Peronismo y al mismo tiempo contra las expresiones conservadoras del propio
Radicalismo, adhirió al "sentido profundo" de la Abstención de
Yrigoyen, explicando que era lograr la "diferenciación" con todo lo
no radical, lo cual sería posible usando todas las trincheras de lucha que aún
quedaban para desarrollar y exaltar el Programa revolucionario de la U.C.R.
Cabe consignar que, en igual dirección metodológica que Lebensohn, el máximo
historiador del Radicalismo Ing. Gabriel Del Mazo en su Conferencia del
16-junio-1965 (Buenos Aires), afirmó:
"La vía más
segura para afrontar la crisis nacional y la crisis de época, es el
reforzamiento de nuestra individualidad partidaria, que impida
desdibujamientos, o la ilusión de vigorizarse merced a coincidencias engañosas
con otras fuerzas, evitando mezclas de listas, de direcciones partidarias, y
menos repartos gubernativos".
En el período actual (1984-2003), existen, sin duda, en
todos los confines de la República, "acercamientos" a Alem e Yrigoyen
y acciones y reuniones que lo demuestran:
1) En la Capital
Federal hubo dos reuniones en el año 2000 con el intento de convocar a un
Congreso Nacional d la Intransigencia Radical, con la presencia de Eduardo P.
Zanoni, Renzo Breglia, Rubén López Cabanillas, Daniel Marcos, Osvaldo Alvarez
Guerrero, Enrique Matzkin, Horacio Federico Quevedo, Rubén Vara y quién escribe
estas líneas; 2) la Declaración del
Instituto Yrigoyeniano de la Capital Federal de fecha 5 de septiembre de 1996
sobre la afiliación a la Internacional Socialista de Raúl Alfonsín; 3) la Declaración del Instituto
Yrigoyeniano de la Capital Federal de fecha del 7 de octubre de 1997 titulada
"la U.C.R. y la Alianza con el Frepaso"; 4) el Documento: "Repasando lo ya manifestado. Para
meditar", de Hugo Osvaldo Sánchez, de La Plata (Buenos Aires), importante
radiografía de las falencias que condujeron al desastre del 14-mayo-1995,
publicado por primera vez el 22-mayo-1995 y reproducido el 19-octubre-2001; 5) el libro: "Argentinos, a
precaverse contra los que engañan al Partido y al Pueblo"., Editorial
Estudio Idea, 1992, de Armando Balbín, que es una valiosa aportación en la
indagación de las fuentes ideológicas que influyeron en Alfonsín, antes y
después de su gobierno; 6) el Libro:
"La caída del Radicalismo", Ed. El Corregidor, 1995, de Héctor
Ricardo Olivera, ex Legislador bonaerense que actuara en el Movimiento de Renovación
y Cambio y más tarde en el MODESO, originario de Chascomús, quién señala el
"cambio de visión" de Alfonsín luego de asumir su gobierno, aunque
sin identificar las fuentes ideológicas, y relata un episodio político
ilustrativo de la personalidad de Alfonsín cuando destaca que mientras prometía
en una cena de doscientos dirigentes del MODESO su decisión de rechazar la
propuesta de Menem de incluir la "reelección inmediata" en el
Proyecto de Reforma Constitucional, dirigía notas a los Legisladores Nacionales
sugiriéndoles considerar la inclusión de dicha propuesta "menemista"
en la Ley de Necesidad de la Reforma; 7)
el magnífico Documento titulado "Intransigencia Radical", presentado
por O. Alvarez Guerrero como una interpretación de la etapa que se analiza,
cuyas partes afirmativas merecen aprobación, pero cuyas páginas en blanco
intentan llenar el presente trabajo; 8)
la presentación de la candidatura de O. Alvarez Guerrero en la interna abierta
del 15-diciembre-2002 y el Programa de Gobierno que reedita, actualizado, las
Bases de Acción Política de 1948 aprobada ese año por la Convención Nacional; 9) la gran acción de difusión
doctrinaria de Rubén Vara, de La Plata, a través de periódicas publicaciones
difundidas a todo el país; 10) la
intensa labor de difusión doctrinaria realizada en esta Provincia por el M.I.R.
local, por cuya tribuna desfilaron Sergio Montiel, Eduardo Zanoni, Andrés Amil,
Renzo Breglia, Juan Octavio Gauna, Enrique Matzkin (tres veces), Alfredo
Allende, Miguel Angel Espeche Gil, Héctor Moisés Lebensohn, Osvaldo Alvarez
Guerrero (dos veces), Daniel Marcos (dos veces); 11) el homenaje rendido en el Comité Provincia local, el 14 de
junio del corriente año, a Moisés Lebensohn, en el 50º aniversario de su
fallecimiento, donde hablaron el suscripto y Daniel Marcos, cuyo discurso,
vibrante, enérgico y apasionado, con presencia de las más altas autoridades de
la Convención Provincial y Comité Provincia, motivó estruendosos aplausos al
final, y que fue valorada por haber ligado la lucha de Lebensohn al pensamiento
político y rumbo gubernativo de Hipólito Yrigoyen; 12) y muchas más acciones y reuniones que ignoramos y cuya
vinculación hay que lograr.
Frente al panorama que refleja el largo proceso 1984-2003,
cabe plantearse si cuál es el DEBER DE
LA HORA. Sin duda que VOLVER A LAS
FUENTES.
Si hubo una "desviación doctrinaria" en el período
citado, las etapas a recorrer para revertirlas, son:
1) partir del
CREDO radical, cual es la Profesión de Fe Doctrinaria sancionada el 28 de junio
de 1948 por la Convención Nacional, la cual es, a su vez, una síntesis de los
Documentos Fundacionales del Partido, entre ellos, además del Manifiesto
Fundacional, los Manifiestos de las Revoluciones Radicales, los discursos de
Alem de 1880 en la Legislatura de Buenos Aires, sus discursos en el Senado
Nacional y en la Cámara de Diputado de la Nación y su Testamento Político del 1
de julio de 1896, las Cartas de Yrigoyen al Dr. Pedro C. Molina en 1909, sus
Mensajes al Congreso de la Nación, sus Memoriales a la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, 2) la
autoconvocatoria a un Congreso Nacional de Reconstrucción de la U.C.R., que
elaboren los Documentos que fundamenten esa Reconstrucción y retome la senda
histórica de la U.C.R., y 3) la
aprobación de un Programa de Gobierno, actualizado dentro del contexto
histórico nacional y mundial contemporáneo, y una Declaración Política
interpretativa de la etapa de la decadencia y que fije los rumbos futuros del
Partido.
Esta fue la propuesta de mi libro "EL RADICALISMO Y LA DESVIACION DOCTRINARIA", Ed. La
Causa, 1999, cuyas líneas finales transcribo:
"En esta gran
empresa (la convocatoria del Congreso), deben confluir los esfuerzos, conjuntos
y simultáneos, de todos los núcleos radicales dispersos en la extensa geografía
nacional, en sus expresiones de la Juventud, de las Generaciones Intermedias, y
de los Viejos Luchadores, para, luego de encuentros previos, convocar a un
CONGRESO NACIONAL, recuperador de las Fuentes, actualizador de la Doctrina y
Programa y motorizador del Renacimiento Radical”
¡RADICALES, MANOS A LA OBRA!
Dr. HUGO A. HERRERA
Secretario del Comité Provincia
Períodos 1997-1999 y 1999-2001
Mesa Ejecutiva y de Prensa y Publicidad de la U.C.R.
Nota: El autor es
afiliado a la U.C.R. desde 1952. Se inició en el Movimiento Estudiantil
Reformista de 1945. En 1951 fue cofundador del Centro de Estudiantes de Derecho
de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán. Fue Presidente
del Comité Capital (Santiago del Estero), Delegado Titular al Comité Nacional
en el período 1964/65; Secretario de la Mesa Ejecutiva y Secretario de Prensa
del Comité Provincia de la U.C.R., períodos 1997/99 y 1999/2001. Es autor de
los Libros: "El Radicalismo y la Desviación Doctrinaria" y de
"Síntesis Histórica de la U.C.R.". Es integrante y cofundador del
Ateneo Gabriel Del Mazo, del Ateneo Moisés Lebensohn y del Movimiento de
Intransigencia Radical.
Fuente: Hugo Herrera: "El Radicalismo y la Desviación Doctrinaria" en http://www.pais-global.com.ar
25 de Enero de 2005.
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