Se refiere a la reivindicación de un hombre cabalmente
yrigoyenista que bajo los adustos y
nobles ideales intransigentes y revolucionarios, nos marca un camino a seguir,
a nosotros, los militantes del presente, aún a varias décadas de su muerte, en
esta dura tarea de forjar, como él mismo
decía, una “Argentina soñada” en un “mundo nuevo”. Para ello es que nos sirve su ejemplo de voluntad, de pensamiento
crítico y sagaz, de intransigencia en sus actos y actitudes, pero a la vez de una sublime
sensibilidad hacia los más humildes, hacia el pueblo todo.
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