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lunes, 18 de julio de 2016

Arturo Frondizi: "Por la unidad de la UCRI" (11 de septiembre de 1963)

La etapa crucial que atraviesa la Unión Cívica Radical Intransigente exige de cada uno de nosotros la adopción de una actitud inequívoca, que diga claramente como entendemos y asumimos nuestra responsabilidad militante.

Si se analizan los problemas actuales a la luz de la historia del radicalismo, se advertirá que la crisis que conmueve al partido no es nueva. El radicalismo fue, desde sus orígenes, una poderosa herramienta del pueblo argentino para la realización de los grandes objetivos espirituales y materiales de la Nación.

Por eso es inevitable que las minorías reaccionarias –antinacionales por los intereses que representan y por su conformación espiritual e ideológica- procuren desnaturalizarlo, inhibiéndolo como instrumento de liberación nacional. El cumplimiento de ese designio fue facilitado por hombres de nuestras propias filas, proclives a la desviación ideológica y al oportunismo político.

Hipólito Yrigoyen enfrentó reiteradamente la acción confusionista o segregacionista de grupos enquistados en la UCR y la resistió siempre con tenacidad ejemplar, impidiendo que el radicalismo dejara de ser el cauce del movimiento nacional.

En 1956, la histórica U.C.R. se dividió, como consecuencia de una crisis semejante. Enfrentamos entonces, los radicales, una disyuntiva definitoria, totalmente ajena a las consideraciones personales. Se trataba de aceptar el acceso al gobierno amparándose en el juego de intereses de quienes lo ejercían o por el contrario, intentar la conquista del poder aliados solo con el pueblo. Elegimos el camino de la historia y nació la Unión Cívica Radical Intransigente como expresión contemporánea de la Unión Cívica Radical.

La historia argentina es una lucha constante por la constitución efectiva de una nación, y que esa manera de entender el proceso histórico nacional es inseparable de la Unión Cívica Radical Intransigente.

Afrontamos los problemas estructurales de la Republica y los resolvimos con sentido nacional y audacia auténticamente revolucionaria. Pasamos por encimas, inclusive, de los prejuicios ideológicos –de cuño aparentemente nacional- cuya vigencia fue alentada y propagada por todos los voceros de la reacción amenazada en sus bases de sustentación. Porque ese fue el sentido de mi gobierno caímos derribados por la reacción oligárquica, el examen del pasado nos va suministrando las claves de nuestra tarea futura.

PROGRAMA NACIONAL

SOBERANIA POPULAR: La vigencia irrestricta de la genuina legalidad democrática es el único sistema político compatible con la condición humana y el medio indestructible para que las grandes mayorías impriman su sello creador al proceso nacional.

DESARROLLO ECONOMICO: La realización de la grandeza nacional –es decir, la promoción hacia niveles superiores en lo social, lo institucional y lo cultural- exige que rompamos las estructuras que nos condicionaron como país esencialmente agropecuario. La persistencia de ese esquema nos relegaría cada vez más a la periferia del mundo moderno.

JUSTICIA SOCIAL: El bienestar de la población, solo será suficiente y permanente si se asienta en un desarrollo económico vigoroso y profundo.

En torno a estas banderas serán posibles la unión y el triunfo. Al servicio de esa finalidad, debemos revitalizar al partido.

Debemos construir una UCRI poderosa, no un pequeño partido sectario.

Yo quiero la unidad del partido, fervorosamente, como lo desean todos sus afiliados. Pero solo la concibo como unidad fecunda y creadora que se base en la lealtad a los principios y en la armonía de ideales que nace exclusivamente del debate democrático y de la identificación absoluta de los radicales intransigentes con el destino de todos los sectores nacionales y populares. La UCRI como estructura, será fiel a su historia y a su destino o perecerá.

Pero el radicalismo intransigente como corriente histórica de la Nación Argentina, no descartara nunca de su puesto de vanguardia en la lucha emancipadora del pueblo. Esta decisión inquebrantable ha sido expresada por la mesa directiva de la Convención Nacional. Me solidarizo plenamente con su actitud, valiente y legitima. Tengo el orgullo inmenso de pertenecer a una gran fuerza popular que nadie logrará destruir, y de formar en sus filas como un afiliado mas.

Como militante y como ciudadano, ocupo mi lugar, seguro de que la victoria solo aguarda a quienes sean consecuentes con la causa de la Nación y de su pueblo.





Fuente: Carta del Dr. Arturo Frondizi al Presidente de la Convención Nacional de la UCR Intransigente Dr. Julio Cesar Oyhanarte desconocido por el sector que orienta el Dr. Oscar Alende, 11 de septiembre de 1963.

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